Ella da la vuelta apenas pone un pie dentro del comedor haciendo que su falda alce vuelo.
Sus zapatillas giran bruscamente por lo que uno de los estudiantes, que iba detrás suyo, retrocede sin éxito porque termina cayendo de bruces con sus partituras decorando el suelo. Un pequeño número de personas detiene lo que está haciendo por ver el espectáculo. Es como si una coma hiperbática se integrara en la rutina de la mañana y todos se adecuaran a ella.
Observo la timidez que precede a sus actos. La veo observar en todas las direcciones encontrando más rostros de lo que esperaba. Por una completa razón desconocida quiero que su atención recaiga en mí. El egoísmo del humano se hace presente en nuestras pasiones. Y la pasión que me a mantenido cuerdo en todos estos años ha sido ella.
No voltea a verme a pesar de que, en los segundos en que transcurre la escena, dejo que recaiga mi mirada en ella con la esperanza de que sienta algún indicio de mi presencia a su alrededor. No lo hace, no voltea a verme, y vuelve a sorprenderme.
Desisto de intentar y cierro mi casillero, después de sacar un lápiz junto con un post-it, para luego centrarme en la víctima del despiste de Holly.
Lo reconozco. Lo reconozco con solo observar la tenue cicatriz que decora gran parte de su brazo, y que se extiende en toda la palma de su mano izquierda.Es el mismo chico, menudo y regordete, que hablo con Millie ese día.
Que hizo nada ese día.
El primer instinto del humano es ceder a sus impulsos. Lanzarse a ellos y dejarse llevar por todos los sentimientos que conlleva. El humano está acostumbrado a doblegarse ante lo que siente. Y, justo en este momento, siento rabia.
Muy a pesar de que otros sentimientos opuestos afloren mientras la observo sonrojarse y extender su brazo para ayudar a Kasper.
El nombre en mis pensamientos es sumamente desagradable e irritante que no puedo articularlo en voz alta.
Recojo toda mi ira y me alejo de la escena.
No es momento de perder el poco autocontrol que tengo, y armar una escena, frente a ella. Hundo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y de soslayo, doy un último vistazo hacia atrás que me deja ver a Holly recogiendo, junto con Megan, el papeleo dispersado en el piso.
A unos metros diviso a Tyler y a Marcell charlando con una chica que tampoco es difícil de reconocer.
Liza lleva un lienzo bajo su brazo y con el que tiene libre gesticula mientras habla con ellos. Una conducta que lleva arraigada como yo me aferro a mis recuerdos.
Cuyos recuerdos pueden hacer más daño que vivir el presente.
Me acerco.
—... Y después dijo que no —comenta Marcell al lado de Tyler—. Al menos no lo hizo en público y le agradezco por ello.
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Donde está el arcoíris
Fiksi RemajaHolly Sink es buena huyendo. Huyó hacia Fareven, lejos de todos sus sentimientos, lleva un violín atado a su cintura y una tupida falda de tull como escudo. Su vida reciente como universitaria no parece tan mal hasta que conoce la debilidad de todas...