Holly Sink es buena huyendo.
Huyó hacia Fareven, lejos de todos sus sentimientos, lleva un violín atado a su cintura y una tupida falda de tull como escudo.
Su vida reciente como universitaria no parece tan mal hasta que conoce la debilidad de todas...
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Mendel fue muy astuto al explicar y experimentar su teoría de descendencia con los Pisum sativum, también conocido como guisantes, porque ellos tiene pocos fenotipos y su reproducción es más prolifera y de corta duración que otras plantas.
Al menos, él sí tenía idea de lo que hacía.
Escuchar de la propia boca del pelirrojo que le gusto es desconcertante. Atronador. Bullicioso, mentalmente, y demoledor de cualquier previa hipótesis. Lo estaba ignorando, tal vez lo escondía cada vez que la palabra gustar rondaba mis pensamientos entre todos mis recuerdos entorno a Blyne, pero ello no lo podía esconder con mis demás problemas: mi supuesta adopción, el embarazo inesperado de Liza, mi violín hecho trizas por Fohr, y la creciente problemática por mi beca trucada, no son suficientes, al menos hasta ahora.
Estoy comenzando uno por uno, y cada paso que doy es tan lento que el caracol se burlaría de mí. Una liebre, ni que digamos.
Santo arcoíris, crecer es demencial.
Después de muchos años, volví a escribir una carta. Era un pequeño ópice que tenía que superar si quería encauzar cada lío que tengo y, que otra forma que comenzar por algo sencillo como escribir. Tenía que acordarme de los pasos para hacer: la fecha, lugar, destinatario, saludo, firma, todo aquello que la hace una misiva. Apenas me fueron necesarios cinco minutos para acabarla de escribir y ahora reposa bajo la almohada de Fohr, quien no se despertó, y una vez que lo haga, dudo mucho que no me odie.
Seré breve, le escribí sobre lo que sentía.
Dicen que expresar los sentimientos ayuda a entendernos y creo que no funciona conmigo. De alguna manera me sentía atada a Fohr por su enfermedad y por todos aquellos buenos momentos que vivimos, pero había una gran mancha de tinta en medio de nuestras vidas.
No olvidarlo lo que hizo y evité afortunadamente.
Danielle dice que es de valientes luchar frente a un temor y vencerlo. Yo creo que el objetivo no es vencer el temor, es lidiarlo, porque de ellos estamos seguros de cuan queremos hacer algo. Lo hice, escribí lo que sucedía en mi mente mientras él intentaba hablar conmigo luego de aquel suceso. Lo hice cuando lo internaron y mi beca había sido aceptada y tuve que, forzadamente, desplazarla. Garabateé mi no perdón a su conducta y el por qué me he mantenido alejada.
Los pedazos de madera estaban esparcidos por el suelo y enredado en su dedo anular iba una cuerdas de mi violín. Tampoco perdonaría eso.
No, señor.
Así que eso fue todo antes de decirle a la señora Clare que me disculpara, pero no estaría para ellos dentro de algunas horas. Que iría a casa de mi enamorado y pasaría la noche ahí, pero, mientras decía todo esto, mi mente comenzó a divagar.
Específicamente con Liza y Millie.
—¿Vienes por Blyne?
Liza ya había sido dada de alta para cuando fui a buscarla. Mi mirada no evita caer sobre su abdomen mientras dibuja algo en un cuaderno. Su posición es de vigilia cuando ve que cierro la puerta a mi espalda y me apoyo en ella.
