Holly Sink es buena huyendo.
Huyó hacia Fareven, lejos de todos sus sentimientos, lleva un violín atado a su cintura y una tupida falda de tull como escudo.
Su vida reciente como universitaria no parece tan mal hasta que conoce la debilidad de todas...
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Sentirse libre es el primer paso para crecer. Y hay maneras de lograr la libertad en un mundo lleno de limitaciones.
Salir de la rutina.
Emprender un viaje a un lugar desconocido.
Y brillar por tu propia cuenta.
Marcell lo había logrado hace doce meses cuando salió de la rutina para viajar por sus sueños. A la universidad y con una beca.
Por lo que ví como, cada día, se sentía menos oprimido por la sociedad y más libre de manera independiente hasta ese día. No fue nada fácil adaptarse a su horario. Pasaba menos tiempo en casa y la mayoría de los fines de semana el equipo de fútbol americano del colegio iba de excursiones, que eran juegos amistosos, con algunos colegios del estado. Papá, mamá y yo teníamos que correr para alcanzar su ritmo y no quedarnos muy, pero muy, atrás.
Todos competíamos en la misma carrera sin ser participantes voluntarios. Pero todo dió fruto cuando Marcell comenzó a crecer. Y, paralelamente, la familia también creció con él
Todos dispuestos a seguirlo.
Mamá en una clase de costura y papá con su nueva dieta.
Todo había comenzado en nuestro patio trasero cuando la noticia de la muerte tocó nuestra puerta, literalmente. Para ese entonces éramos unos pre-adolescentes que aún jugaban Scrabble, los sábados en la noche con las galletas de pasas de mamá, y lo más importante era ganar a su padre que se dedicaba a hacer trampa para conseguir la victoria, hasta que la noticia de la perdida de un miembro de la familia Rabson nos sacudió de nuestro desinterés y comenzamos a guiar nuestro propio sendero y dibujar el camino hacia nuestro final.
Y de alguna manera ambos lo logramos. Pero aún no terminamos.
Mamá cambio la harina por una aguja y mi padre dejo los tres terrones de azúcar por una.
Desde ahí fue un borrón de esos años. Marcell jugaba en las mañanas, tardes, y solo en las noches podía descansar ya que sus fines de semana era la misma cosa. Obtuvo una beca en un equipo de fútbol en la universidad de Fareven, donde va a finales de su segundo año, y, antes de eso, consiguió una enamorada que para variar, es completamente diferente a él. Ella es voluntaria en una escuela para invidentes y cursa una carrera en la universidad comunitaria de nuestra localidad, así que, su actitud altruista se la contagia a mi hermano, quien viene cada fin de semana a casa solo para pasar el rato con ella mientras hace el voluntariado. Él no detallo como o donde la conoció pero ha de haber sido algo mágico para que lleven casi cuatro años de relación y la distancia no les afecte tanto como a otros.