En ocasiones la vida te hace bromas muy crueles y sin sentido, esta noche en especial era una de ellas.
Llevaba varios años sin ver al menor de los Wolfhard, cuando eran vecinos solían ser muy unidos e incluso se llevaba mil veces mejor con él que con Nick pero entonces todo se acabó con el divorcio de sus padres y aun cuando había prometido seguir en contacto y en las vacaciones de verano Millie iría a verlo, se prometieron tantas cosas pero aún le costaba recordar en qué momento rompieron comunicación...
Lo que si recordaba muy bien era que hace solo 2 años cuando recién entro a la residencia, se peleo en Año Nuevo con su padre y cómo era característico de Millie, simplemente consiguió el primer vuelo que encontró disponible y viajó de California a New York pero para su mala fortuna su roomie estaba fuera y olvidó dejarle las llaves con el portero por lo que utilizó las llaves de Nick y se quedó en su departamento. Después de un vuelo agotador y el mal trago que su padre y su nueva y joven esposa le hicieron pasar se quedó profundamente dormida en la habitación de su amigo, todo estaba silencioso hasta que escucho abrirse de golpe la puerta principal. Su primer instinto fue levantarse y esperar a que entrara Nick, pero eso nunca ocurrió, lo que siguió después fue algo que no pudo sacar de su mente por varios días.
Una risa de mujer, cosas caerse y su voz...
-Desvístete- esa no era la voz de su amigo, quizás era...
-Oh Finn- se quedó de piedra y sin saber qué hacer, podía salir o encender la luz pero aún así no era correcto hacerlo, era la casa de su hermano y por ende el chico tenía mayor derecho que ella, así que se sentó en la cama esperando encontrar algún plan B- Te quiero ahora, dámelo ahora cariño- aquella mujer sonaba borracha, probablemente ambos lo estuvieran.
-Te haré gritar mi nombre- un gemido- me pedirás más- otro gemido femenino- y más...
Era incómodo, ella se sentía incómoda, buscó sus audífonos pero no los encontró y no se atrevió a encender la luz, solo se quedó escuchando a ese par teniendo relaciones.
Fue la experiencia más bizarra que había tenido y realmente no se sentía cómoda.
No recordaba cuando se quedó dormida pero en cuanto vio el primer rayo de luz matinal, salió de aquel lugar y antes del medio día ya estaba el cerrajero entregándole el nuevo juego de llaves, fueron los 200 dólares mejor invertidos de su vida.
Y ahora lo tenía de espaldas haciendo ese comentario tan fuera de lugar.
-Buen día a ti también, que agradable verte de nuevo- se giro lentamente y apenas pudo visualizar una sombras así que toco el interruptor de la luz, tuvo que cerrar los ojos para poder acostumbrarse y cuando al fin los abrió pudo verlo frente a ella.
Era mucho más delgado que su hermano y un poco más alto, no pudo evitar empezar a analizar su rostro. No tenía barba como Nick y se le marcaban más los pómulos aunque el cabello y color de ojos era una copia fiel de su amigo y colega.
-Si que la vida te ha tratado mal, luces demacrada y más vieja de lo que debes estar- ese comentario dolió y mucho, la había ofendido en menos de 15 minutos- Mi hermano debe estar ciego.
-En primera te salude y al parecer no tienes educación porque no fuiste capaz de contestarme de forma apropiada- intentó peinarse el cabello- segunda... mi look no es algo relevante o digno de admiración y lo más importante.
Tomo aire antes de soltarle todo lo que pensaba de esa osada insinuación.
-El hecho de que tu hermano y yo seamos buenos amigos no quiere decir que tenemos alguna relación de pareja o de índole semejante- estaba tan enojada- Somos amigos... A-M-I-G-O-S.
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Maybe someday -Fillie
Romance"Siempre hay una explicación" esa es la frase favorita de Millie Brown. Una excepcional estudiante de medicina, dotada de un gran intelecto, carácter amable y sumamente gentil con todos ...bueno casi con todos. Todos menos Finn Wolfhard el autorita...