Finn había tenido una noche donde había descubierto muchas cosas pero una de ellas lo aterraba hasta un límite inimaginable, se sentía como un vil cobarde temiendo a lo que Millie despertaba en él, tenía tanto tiempo sin sentirse así es más aún no podía recordar si en algún momento se llegó a sentir anteriormente de la forma en que lo hacía o era la primera vez.
Ella le había confesado que le quería y que sentía algo más profundo que una simple atracción física pero él aún no le había platicado algo, algo que podía cambiar lo que tenían y no sabía si podía decirle ahora así que decidió dejarle un ramo de rosas blancas en la entrada de su casa con una pequeña nota donde le escribió un breve pero profundo verso que deseaba pudiera transmitir una parte de lo que sentía por ella.
"En un beso, sabrás todo lo que he callado".
Tenía que contarle aquello o sabía que la perdería pero aún así le aterraba cómo podían salir las cosas pero debía de asumir las consecuencias de sus actos así que cuando ella le respondió para agradecerle el detalle le pidió que se vieran en la cafetería favorita de Millie a las 6 pm y así podrían hablar un par de horas hasta que ella entrara a su guardia del día, quedaron de verse en el lugar y hora indicada.
Finn solo esperaba poder aclarar las cosas entre ello dos y que no fuera muy tarde como para arruinar la relación que tenían por un simple pero bastante importante detalle que había pasado por alto en las últimas semanas.
Para Sadie todo aquel misterio que tenía su amiga cada día la sorprendía más, siempre respeto la privacidad de la castaña pero desde hace un par de meses ocultaba demasiadas cosas, podía entender que no quisiera hablar sobre la enfermedad de su padre ya que era un tema demasiado delicado y doloroso pero sentía que cada día la conocía menos y eso no era algo propio de ella, así que entre uno de sus descansos decidió ir al hospital para comer juntas.
En cuanto la pudo ubicar la vio absorta en su celular y era esto una acción que últimamente hacía de forma recurrente, ella sospechaba algo y todo lo relacionaba con su ex novio Romeo, Millie le había contado que le pidió una segunda oportunidad para retomar su relación pero hasta dónde sabía la pelirroja, su amiga se había negado aunque cabía la posibilidad de que se hubiera arrepentido.
-Mills- la castaña guardó el móvil y sonrió al verla- Vamos a comer.
-Sads- la saludo con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla- Solo dame quince minutos en lo que tomo mi bolso- la vio caminando lo más rápido que pudo rumbo al interior del hospital.
Cómo lo prometió a los pocos minutos ella ya estaba con su amiga, ambas decidieron ir a una pizzería que quedaba relativamente cerca del hospital.
-Te veo más feliz que en los últimos meses hasta pareces otra- la castaña sonrió mientras tomaba un sorbo de su bebida- Me gusta la Millie que estoy conociendo, me agrada verte tan llena de vida y energía.
-Sigo siendo la misma de siempre.
-Obviamente, me refiero a que luces llena de una energía que nunca antes había visto, ya no eres la chica adicta al trabajo que le gusta salir a bailar o tomar una copa siempre con las mismas personas y en los mismos lugares.
-Nunca había pensado que era la clase de imagen que proyectaba a los demás- tomo su rebanada de pizza y mientras la observaba como si fuera la respuesta de sus problemas, tomó la decisión de contarle una parte de su vida a esa pelirroja con la que había convivido y compartido el techo en los últimos dos años y medio. Le contaría una parte de su vida que muy pocas personas sabían.
-Hace tiempo me enamore de un chico, vivimos una relación maravillosa- Sadie dejo de morder su rebanada y observo así amiga con curiosidad- Obviamente esta parte de mi vida, es decir la parte privada casi nadie la conoce así que puedo comprender tu sorpresa- suspiro con nostalgia al recordar aquellos tiempos- Yo realmente me enamoré de él y todo parecía marchar de maravilla hasta que un día me cito en un lugar para terminar la relación, no había una explicación lógica o que al menos me hiciera entender porque me estaba dejando, después de eso yo recibí la noticia de que había sido aceptada en el programa de neurología en América así que deje mi corazón roto y esa relación fallida en Londres y me vine para acá; y cómo puedes estarte imaginando fue mi manera de huir y evadir el dolor que sentía pero desde ese día cerré mi corazón para que nadie me volviera a lastimar hasta que apareció este chico, es maravilloso y me hace sentir de una forma tan especial que no puedo describírtela.
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Maybe someday -Fillie
Romansa"Siempre hay una explicación" esa es la frase favorita de Millie Brown. Una excepcional estudiante de medicina, dotada de un gran intelecto, carácter amable y sumamente gentil con todos ...bueno casi con todos. Todos menos Finn Wolfhard el autorita...