Lady, lady, lady.

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Dicen qué hay momentos que definen tu vida y ahora él sabía que eso era verdad. El día que conoció a Millie su vida cambió pero en particular cuando habló con Robert Brown en aquel bar definió el resto de sus días aunque él aún no lo sabía del todo.

Después de hablar con el Sr. Brown y escuchar sus consejos que no sabía qué tan buenos eran empezó a ver cómo podía arreglar las cosas con la mujercita que constantemente invadía sus pensamientos.

Lo primero era trabajar en si mismo para no cometer el mismo error, después volver a ganarse su confianza y para ello tenía que dejar de acosarla como lo había hecho anteriormente, si quería lograr eso debía además ganar la aprobación de Sadie y sus amigos lo cual significaba tener la bendición de su hermano.

Anoche había contactado con Sadie y le suplicó que lo viera, se reunieron en una pequeña cafetería cerca de Central Park.

-Hola- dijo tímidamente Finn, la pelirroja no respondió más que con un simple gesto de manos, era extraño estar en una situación tan incomoda o rara pero aún sin Millie de por medio él realmente quería recuperar la relación que había forjado con Sadie, era extraño que ella se quedara en el departamento pero no le dirigiera la palabra.

-Di lo que tengas que decirme- parecía cansada y fastidiada.

-Lo siento- Era una disculpa genuina- Siento no haberte dicho nada, mentirle a Millie, haber defraudado tu confianza, siento tanto mi comportamiento con todos. No busco que me tengas lastima solo quería decírtelo, tú siempre fuiste amable conmigo y realmente me gustaría volver a ganar tu confianza.

Sadie se quedó callada solo observándolo sin emitir ningún comentario, dejó que siguiera hablando y ya cuando terminó de disculparse ella al fin respondió.

-Espero que la comida aquí sea buena o en mi vida vuelvo a salir contigo- la chica no era rencorosa y en lo poco o mucho que él dijo todo fue sincero y para ella eso bastaba- Olvídate que yo sea la Celestina entre tú y mi amiga, no creo que seas bueno para ella pero aún así podemos ser nosotros dos amigos aunque si vuelves arruinar todo ahora si te olvidas de mi amistad.

-Gracias- Era el primero de muchos otros pasos que estaba por dar.

-Callate y come.






Lo más importante de esta vida siempre será la gente que está aquí.






Después de la boda de Noah y Maddie, Millie decidió averiguar que era lo que sentía por Nick pero de una forma más cautelosa y sincera, no quería destruir una amistad de años por una simple confusión de sentimientos.

-Tuve que atender a una niña que se dislocó el brazo derecho- ella no podía lidiar con este tipo de estrés- Prefiero asistir a una cirugía que estar en pediatría- ambas a los niños pero le desesperaba que no le indicaran qué malestares sentían, era frustrante- Solo necesito convivir con adultos o me volveré loca.

-Eres una amargada- dijo Romeo mientras ambos terminaban su tercer vaso de café, la guardia era el día de hoy particularmente agotadora.

-Soy sincera- aquello lo sabía muy bien el chico y ante el comentario solo sonrió- Además de que tuve una noche terriblemente mala, los malditos de mis vecinos se les ocurrió estar peleando a las tres de la madrugada y esta mañana a las siete se les ocurrió reconciliarse lo cual me despertó.

-Vaya no sabía que tenías ese tipo de fetichismos- ella río ante la ocurrencia.

-Claro que no y ambos lo sabemos bastante bien así que deja de decir tonterías.

-Claro que lo sé- Romeo se le quedó viendo y acarició su mejilla-Extrañaba tanto platicar contigo.

-Y yo contigo- aun cuando compartían tantos momentos íntimos como buenos amigos, Millie notaba que el chico le ocultaba muchas cosas y eso la hacía sentir un tanto mal- Te noto raro.

Maybe someday -FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora