Estaba en el comedor del hospital degustándolo un sándwich de pavo y un té de menta, acaba de atender a un chico que había sufrido un accidente automovilístico, era un día cualquiera en el hospital.
Su padre pensaba que desperdiciaba su belleza y carisma en una profesión tan poco femenina.
Le dolió demasiado la forma en que su padre los trataba y en gran parte por esa razón entendía de alguna forma porque el matrimonio de sus padres no había funcionado, Robert Brown era un hombre bastante atractivo, poderoso, rico y educado; era sin duda un gran partido pero el mayor defecto de su progenitor era su cuadrada forma de ver la vida y es que para Robert lo más importante siempre fue la imagen pública y reputación de su familia.
Sus padres se conocieron muy jóvenes y su madre Camille Biddulph bueno en realidad ahora era Albrecht, ella provenía de una familia muy adinerada y con un poco de sangre noble del Reino Unido; ambos se habían conocido en Paris cuando su padre estaba haciendo un año de intercambio en dicho país mientras que su madre estudiaba diseño, aún recordaba cómo sus abuelos maternos les contaban que desde el primer día que conocieron al futuro esposo de su hija lo odiaron y se opusieron rotundamente a la relación pero sus padres estaban enamorados y eran demasiado jóvenes e inexpertos así por lo que contrajeron matrimonio al poco tiempo de conocerse.
Camille dejó su carrera como diseñadora ya que se dedicó de tiempo completo a su familia y hogar, al poco tiempo nació Charlie y un par de años después llegó Paige. Parecían la familia perfecta pero nada estaba más lejos de la realidad; su padre tuvo un sin número de amantes a quienes ni siquiera ocultaba de la vista desconsolada de su esposa, esa situación duró hasta que nació Ava ya que cuando la niña cumplió un año le pidió el divorcio a Robert quien se negó a entregárselo.
Aún recordaba las peleas cada día, cómo se fue extinguiendo el amor entre ellos hasta el día en que Paige y Charlie les pidieron que se divorciaran de una vez y fue hasta ese momento en que su padre cedió a firmar los papeles.
Todos los se quedaron con su madre hasta que sus hermanos mayores fueron a la universidad y entonces sólo fueron Ava, su madre y ella.
A su padre casi no lo veía ya que cuando iba a Estados Unidos pasaba los días con los socios de su progenitor y en los últimos años lo hacía con los Wolfhard.
Guardó su cuaderno y se dispuso a regresar a el ala de emergencias, hoy sería un largo y agotador día sin duda alguna.
Nick estaba acabando de acomodar su saco cuando recibió un mensaje de la que sería su pareja en la gala de beneficencia le había cancelado a unas pocas horas del evento, con el poco tiempo que tenía y una lista muy reducida de candidatas solo le quedaba una opción y esa era Millie.
-Hey extraña- la castaña iba saliendo de una biopsia de la arteria temporal y por lo visto eso la tenía de un excelente humor- Oye Millie, tengo un favor que pedirte, es algo de vida o muerte.
Ella se asustó un segundo ante las palabras del chico y su actitud tan mesurada.
-¿Estás bien?- llevó sus manos al cabello rizado de su amigo y delicadamente lo acomodó detrás de su oído derecho m.
-No es esa clase de emergencia, es relacionado a la gala- tomo aire y la vio directo a los ojos, tenía que decirle- Mi pareja me acaba de cancelar y nadie más tiene tiempo, de verdad que necesito que me acompañes Mills- rara vez le llamaba así pero sabía que cuando lo hacía era algo realmente importante para él.
-De acuerdo pero me debes una comida vietnamita y...- tenia que sacarle jugo a este momento- me acompañarás a mis lecciones de baile ya que Noah está de vacaciones y debo tener compañero- fue más de lo que llego a imaginar que le pediría pero realmente estaba entre la espada y la pared.
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Maybe someday -Fillie
Romance"Siempre hay una explicación" esa es la frase favorita de Millie Brown. Una excepcional estudiante de medicina, dotada de un gran intelecto, carácter amable y sumamente gentil con todos ...bueno casi con todos. Todos menos Finn Wolfhard el autorita...