Y aceptó aquel café aún sin saber a ciencia cierta el porqué, la última vez que vio a Finn fue antes de navidad y aunque había química quizá demasiada entre ellos dos por alguna extraña razón el chico se alejó.
Al inicio se sintió desconcertada, triste y por último furiosa; al parecer todos los hombres huían de ella como si trajera la peste así que decidió hacer lo que mejor sabia y eso era sumergirse en el trabajo para esquivar sus emociones, por lo cual cuando mencionaron un seminario en Francia y luego un hospital le hablo sobre una estancia en uno de sus programas pilotos, no lo pensó dos veces y aceptó.
Así que cuando escucho a Finn gritándole que no se fuera algo dentro de ella se agitó y no fue precisamente un sentimiento dulce y cálido, ya que la sensación era algo muy parecido a la frustración, confusión y un dejo de resentimiento.
Él la ignoraba y hacía sentir insignificante ante los ojos de un chico por quien su corazón se agitaba, las mano le sudaban y la respiración se volvía errática.
Pero cuando dijo ese discurso meloso sobre alguna clase de sueño o fantasía que tuvo, su pequeña y cursi Millie quien pocas veces tomaba el control de sus emociones le gritó que aceptara hablar con él, quizás sería algo bueno para ella.
Y así estuvo más de tres horas escuchándolo platicar sobre lo que soñó, cómo terminó en el hospital pero sobre todo lo aterrado que estaba ahora que la tenía de nuevo en su vida.
-Se que tiene años de no conocernos, ambos hemos cambiado pero yo sé que los dos sentimos algo, esos besos no fueron por puro impulso o necesidad.
-Finn...
-Imagino que esto debe escucharse egoísta, tonto y cómo una auténtica alucinación pero nos merecemos una oportunidad por todos estos años lejos. No te pediré que te quedes y dejes atrás tus sueños y ambiciones porque jamás podría quitarte lo que más amas y eso es tu carrera pero te pido una segunda oportunidad para conocernos e intentar ver qué pasa entre nosotros; sin juegos, medias tintas o dudas.
-Yo no sé- estaba confundida ante aquellas palabras así que solo desvió la mirada-Esto es demasiado.
Finn tomó la mano de Millie y ella se derritió al ver su mirada llena de decisión,
-Viajaré mañana, te daré una respuesta en cuanto regrese.
El chico sonrió y asintió mientras besaba la mano de aquella chica que tanto quería.
Para Millie vivir sin un plan o siguiendo uno resultaba aterrador y completamente nuevo, aún cuando pareciera que ella era el sinónimo de libertad siempre tenía miedo del mañana.
Y es que ella siempre vio como todos aquellos que llegaban a enamorarse a su alrededor acababan con el corazón roto. Sus padres vivieron una relación de ir y venir que terminó con un divorcio demasiado público y lleno de resentimientos, sus hermanos y el montón de relaciones fallidas, ella y Romeo. Todo siempre acababa mal, le aterraba saber que posiblemente las cosas terminarían así con Finn pero el simplemente hecho de que él tocara su mano o le dijera que la quería hacía que algo dentro de su corazón empezara a inquietarse así que decidió por primera vez dejarse llevar por el momento.
El quedarse le costó dos mil dólares más pero valió la pena estar unos minutos con aquel chico que aceleraba su corazón.
Mientras estaba en el avión se quedó pensando en las palabras que le había dicho Finn, él imaginarse poder estar con alguien que te haga feliz y saque lo mejor de ti debe ser algo hermoso de vivir y ella quería eso en su vida.
"¿Porqué perder el tiempo soñando si la vida real es mucho mejor?".
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Maybe someday -Fillie
Romance"Siempre hay una explicación" esa es la frase favorita de Millie Brown. Una excepcional estudiante de medicina, dotada de un gran intelecto, carácter amable y sumamente gentil con todos ...bueno casi con todos. Todos menos Finn Wolfhard el autorita...