Please don't go.

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No sabía a dónde ir más que al departamento de Nick pero incluso aquel lugar no me podía transmitir tranquilidad así que se quedó vagando por la ciudad hasta aclarar su mente para saber dónde podía ir.

Lo hizo en automático pero llamó a la única persona que podría tranquilizarla...

-¿Puedo ir a tu casa?- sabía que todo aquello estaba mal pero aún así era su única opción, camino hasta la dirección que le había hecho llegar mediante un mensaje de texto y tocó el timbre del departamento número 6, le abrió la puerta principal y ambos subieron en silencio hasta su destino -Gracias.

-Tranquila Millie- Romeo le ofreció una taza de té negro y un sándwich- Para eso somos los amigos- sin importar el pasado que compartían había algo más fuerte que los unía y eso era la confianza y lealtad- He visto que actúas raro desde hace unas semanas ¿Qué te sucede?

Saco todo lo que van arrastrando y después de varios minutos y unas cuantas lagrimas derramadas sonrió como un peso se le quitaba de encima.

-No es tu responsabilidad- dijo cuando ella terminó de platicarle- Tú eres su hija, no su madre o esposa- le entregó un pañuelo desechable- No debes cargar con todo y mira qué se lo mucho que puedes soportar la presión.

Esa noche ceno y platico con su ex novio durante horas hasta que dieron las 11 pm y fue cuando decidió que era mejor marcharse a su casa.

-Te agradezco por lo de hoy, realmente me ayudaste mucho al escucharme- lo abrazo y se despidió.

Romeo la había dejado ir hace un par de años cuando pensó que era lo mejor para ambos y aún cuando tardó solo unos meses para darse cuenta de lo mucho que se había equivocado, supo que si tenía la oportunidad de tenerla a su lado una vez más sin duda no la dejaría escapar nunca más y pareciera que el destino le estaba dando ese segundo chance.

En los días siguientes la cercanía entre Millie y Romeo se hizo más fuerte. Pasaron de los evidentes desplantes y saludos forzados a compartir un par de cafés e incluso hablar sobre pacientes o de cómo marchaba su día; para Nick fue evidente que algo ocurría entre ellos pero aún así no se atrevió a preguntarle a su amiga sobre aquel chico.

-Millie- la alcanzó cerca de la sala de emergencias- Mi madre estará de visita la siguiente semana y pensé que te gustaría cenar con nosotros esos días- después de varias semanas de estrés al fin le daban una buena noticia- Ambos que te adora mucho más que a sus propios hijos- ella acepto la invitación no solo por Cecile, también era porque quería ver a Finn después de tantas semanas sin hablarle.

Los días pasaron y entre su visita al oncólogo con su padre, el humor tan cambiante de su madre que no se percató que ya había llegado el día en que la matriarca de los Wolfhard llegó a la ciudad hasta que Nick le llamó para invitarla a cenar.

Así que ella llegó puntual como siempre solía hacerlo, se puso unos jeans que convino con una sencilla blusa rosa, un cardigan color nude y unos tenis azules; sabía que esa cena era como hacerlo con sus hermanos y Phillip ya que para su madre un buen atuendo consistía en un vestido elegante y un par de tacones de algún diseñador prestigioso.

En cuanto la vio Cecile entrar por aquella puerta no la soltó ni por un segundo. Nick sabía que su madre adoraba a la castaña, era la hija que nunca tuvo y es que no había sido nada fácil criar a dos hombres, para aquella mujer a quien siempre le hizo falta la dulzura y alegría de una niña que corriera libre por la casa mientras sus otros dos retoños se hacían un sin fin de travesuras.

-Cada día qué pasa luces más guapa que el anterior- Millie se ruborizó ante el cumplido que le hizo la mujer que para ella era como una segunda madre- Siempre he dicho que Dios bendijo a tus padres con tres hermosas, inteligentes y maravillosas hijas- Le sirvió un poco de vino tinto- Mis hijos son una bendición pero vaya que necesite una compañera, gracias por aceptar la invitación- si bien para Nick no era nada sorprendente como sus padres amaban a su amiga para Finn si resultaba algo chocante ver semejante escena- Me enteré de que tu madre está en la ciudad, tiene años que no la veo- Millie se movió incómoda en su silla mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para explicar el extraño actuar de su madre con los Wolfhard- Sé muy bien que siempre han existido ciertos roces entre nosotras pero puedo entenderlo- tomo la mano de la chica y le sonrió dulcemente- Yo estaría celosa de toda aquella familia que quiera acaparar el tiempo de mis hijos- Millie sonrió y movió la cabeza de forma positiva- No te mortifiques y mejor disfruta la comida.

Maybe someday -FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora