No podía explicar cómo después de aquel concierto se volvieron más cercanos, si bien aún no hablaban sobre lo que les pasó cuando eran niños tampoco parecía importarles o al menos a Millie, no dejaban de mensajearse cuando tenían tiempo y casi todas las noches que tenían libre acababan cenando en algún lugar que ella quería mostrarle.
De alguna forma deseaba recuperar el tiempo perdido y por ello ponía tanto empeño en descubrir cada día algo que mostrara un lado de su ser, Finn la había llevado a varios bares y cafeterías que le gustaban, mientras que ella le enseñó diferentes espacios artísticos donde los pintores, poetas y fotógrafos en surgimiento mostraban su estilo trabajo.
El chico descubrió que ella era conocida por muchos artistas, fotógrafos y diseñadores ya que su madre la había involucrado en ese medio desde que se mudaron a Londres.
Ella era lista, analítica y perfeccionista; ahora sabía que tocaba el violonchelo con gran maestría ya que su abuelo le enseñó cuando cumplí doce años, también descubrió que amaba escuchar música alternativa y los clásicos del jazz mientras cocinaba porque esas dos cosas eran las únicas que ayudaban a desestresarla.
Por su parte Millie descubrió que Finn era un ávido lector de los clásicos de Dickens, había tocado en una banda cuando era un adolescente, odiaba las rosas rojas y el pay de manzana.
Después de cada salida que tenían Finn la dejaba en su departamento y se despedía de ella con un lento pero arrebatador besó, cada que la besaba sentía como el corazón se le saldría del pecho, las piernas le temblaban y sus mejillas se sonrojaban. Cada beso despertaba una necesidad de ocurriera algo más pero se ponía un limite de autocontrol que ni ella o él intentaban pasar, era una regla ni escrita que ambos respetaban.
Cerca de la segunda semana de estar saliendo Millie recibió la noticia de que al parecer las quimioterapias estaban surtiendo efecto en él organismo de su padre y aun con los efectos secundarios se veía una palpable mejora.
Le era difícil verlo sin cabello, con una pérdida considerable de peso y durmiendo cada día más de lo normal pero estaba ganando la lucha contra el cancer y eso era un logro considerable.
Después de acompañar a su padre recibió un mensaje de Noah invitándola a comer ya que en los últimos días ambos habían tenido un horario muy pesado y quería corroborar que se encontrará bien.
Él era de los pocos que conocían el caso de su padre al cien por ciento, el chico la había apoyado desde el primer día.
Todo era muy fácil cuando estaba con él, se complementaban hasta las oraciones que el otro diría y sabía que era una amistad totalmente diferente a la que tenían con Nick o Sadie pero no por ello era menos importante.
-Estoy saliendo con alguien- fue a la primera persona que se lo confesó.
-¿Quién es?- su amigo la observó antes de poner una cara de sorpresa- Sabía que ustedes terminarían juntos.
-¿Cómo podrías saberlo- ¿Habían sido tan obvio? En ese caso seguramente ya lo sospechaba Nick y aún no estaba lista para confesárselo al menos no a él.
-Claro, todos en el hospital lo insinúan al menos.
-¿En el hospital?- Pero si nadie conocía a Finn claro quitando a Nick, Noah y posiblemente Romeo pero fuera de ellos nadie lo conocía.
-Nick y tú...-No lo dejo terminar la oración.
-Asco, claro que no hablo de él.
-¿Entonces?
Ella sonrió al recordar cada vez que había salido con el chico que no paraba de rondar en su cabeza.
-Es alguien que técnicamente tiene tiempo que conozco pero no nos habíamos visto en unos años, realmente me gusta- Noah la miro emocionado- Es inteligente, maduro, tiene un sentido del humor similar al mío y me respeta.
ESTÁS LEYENDO
Maybe someday -Fillie
Romance"Siempre hay una explicación" esa es la frase favorita de Millie Brown. Una excepcional estudiante de medicina, dotada de un gran intelecto, carácter amable y sumamente gentil con todos ...bueno casi con todos. Todos menos Finn Wolfhard el autorita...