DOBLE ALFA | Larry Stylinson

4. Wolf Training

05 de Enero, 2150

Wolf Training era una edificación que fue construida en el siglo XX, ubicada en Chelmsford que anteriormente había sido una universidad para los humanos, que fue tomada hace muchas décadas para un fin similar. Constaba de cinco torres de siete pisos, de los cuales tres torres eran habitados por los alumnos, enormes puertas principales de roble, un gran campo al oeste para que los lobos entrenaran con total libertad y un gran lago al este junto al bosque.

Su misión era preparar a los futuros militares que pertenecerían a la gran manada de Inglaterra, destinados a defender a su país. En WT se podía asistir desde los dieciocho años y pedían ciertas características para lograr entrar. 

Los alfas militares de primera línea debían tener un buen desempeño físico y contar con un gran tamaño en su forma de lobo. 

Los betas militares acudían para aprender todo sobre armas, explosivos y demás. Ellos pertenecían a la segunda línea.

Y por último estaban los omegas, que acudían para convertirse en grandes médicos, que además de formar parte de la gran manada de Londres, podrían ejercer su profesión fuera de esta.

Louis quería llegar a ser uno de los mejores médicos de Inglaterra, medico completo, el cual implicaba saber el cómo salvar todo tipo de ser vivo ya sea en forma humana o canina. Quería ser muy útil, poder ayudar, salvar a todos los que estuvieran en sus manos y recibir ese gracias de cada ser que ayudara y dormir con una enorme sonrisa todas las noches, hacer hasta lo imposible para que nadie en sus manos falleciera. Lo lograría, estaba decidido.

Lunes, 08:30 a.m.

—¡NIALL! —llamó mientras bajaba las escaleras con una maleta en mano con todo lo necesario dentro, estaba emocionado, quería llegar y armar su nido. Su padre le había pedido al Director una habitación más grande para que pudiera vivir con Niall, a lo que el director le cedió una de las grandes habitaciones que contaban con dos dormitorios.

—Sí, ya estoy listo déjame llevarme algunas frutas para el camino, tengo muchos nervios ¡Sabes que como mucho cuando tengo nervios!— hablaba rápido mientras iba y regresaba de la cocina.

—Sí, está bien, tranquilo —dejo la maleta cerca de la puerta— Iré a despedirme de mi mamá —dijo nostálgico.

—Déjala feliz —el omega asintió. 

Su padre había pasado todo el fin de semana con ellos, lo que había dejado feliz y tranquila a su madre, se sentía mejor física y emocionalmente, pero en unos días volvería a estar mal y eso preocupaba al omega. No le afectaba tanto como regularmente afectaba a otras omegas, debido a sus genes, pero aun así su estado de ánimo decaía con su alfa lejos de ella.

Subió a la habitación de su madre a pasos lentos, con su corazón acelerado ¿Qué diría? ¿Cómo dejarla feliz?, o al menos tranquila.

Toco dos veces, escuchándola desde dentro —Pasa Louis.

Se adentró a la habitación y la vio acostada con un libro en sus manos, luciendo preciosa como siempre y llena de vida, con el carmín decorando sus mejillas. Siempre se veía así después de tener a su alfa en casa, era desafortunado que días después perdiera su color y su alegría.

—¿Sabías que era yo? —se quedó de pie frente a la cama.

—Tengo tu olor tan grabado conmigo desde hace 18 años e incluso los meses que te tuve en mi vientre, no te confundiría mi niño— una lágrima traicionera amenazaba con recorrer la mejilla del omega corrió hacia los brazos de su madre.