25. Mansión Styles

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16:00 pm, 31 de Enero 2150

Louis disfrutó cada minuto del largo viaje, en silencio, mirando cada detalle a su alrededor. Acomodo su mejilla sobre su palma y dejo caer su frente en la ventana, sumergiéndose en sus propios pensamientos; cosas malas se avecinaban, como un inevitable presagio que solo se había postergado por años, hasta algún punto sintió que la gente a su al rededor lo subestimaba, se sentía capaz de sobrellevar lo que pasaba, según él no había mostrado ser distraído o despreocupado.

Dartford era un poco alejado del centro de Londres al igual que Watford, donde Louis vivía, aunque este estaba un poco mas cerca de Chelmsford, lugar donde estaba Wolf Training, el omega esperaba poder volver a clases, le preocupaba el hecho de volver a estar encerrado en un solo lugar. Tomo tanto aire como para bufar en protesta de lo que la vida quizás estaba planeando nuevamente para él, su cambio de aroma no paso desapercibido para los gemelos que lo vieron preocupados, ambos sabían que todo lo sucedido era causante de mucho estrés y desorden emocional para el pobre omega, como: preocupación, tristeza, alegría, amor y quizás algo de rencor por las personas que le habían hecho pasar los peores momentos de toda su vida en tan poco tiempo.

Louis necesitaba relajarse, sabían que de no ser así el omega simplemente se desplomaría al no poder con tanto y se enfermaría.

—Estamos por llegar, Lou —anuncio Edward posando su gran mano sobre la del omega, regalándole una de sus cálidas sonrisas.

Estaban en un asiento de tres, Louis al subir corrió a ganarse un espacio al lado de la ventana dejando a Edward al medio y a Harry del otro extremo lo cual lo tenía un poco malhumorado.

—Me alegro, realmente me siento muy cansado ¿Crees que pueda dormir un poco al llegar? —pregunto con sus pestañas siendo mas pesadas de lo normal.

—Claro que sí —acerco la mano de omega y beso su dorso—.  Si gustas podría prepararte un dulce baño, llenar la tina con pétalos de rosa azules, como sé que te gustan y después llevarte hasta la cama para que puedas dormir —se acercó hasta su mejilla para besarla sintiendo gratamente como el calor de estas se posaban sobre sus labios.

Louis cerro sus ojos agradecido con cada mimo y propuesta. Quizás podría bajar un poco la guardia, su padre estaba en buenas manos y ya no caerían nuevamente en las manos del enemigo. Quizás ahora podría prestar atención a sus sentimientos. Giro su rostro quedando tan cerca del alfa como para que ambos apreciaran cada destello en sus miradas —Sí, alfa, muchas gracias.

Edward aprovecho la atención del omega en él para sonreír hacia un lado, algo poco habitual en él y ofrecer —Puedo acompañarte si tú quieres.

Un gruñido suave se hizo presente, él omega se inclinó para ver a Harry, sonrió abochornado, tenía que hablar después con él sobre la actitud tan malhumorada que había tenido.

Regreso su mirada a Edward y le sonrió ameno siendo correspondido con una amplia sonrisa llena de tranquilidad, el alfa era capaz de tranquilizarlo con su mera presencia. Estaba en guerra consigo mismo y él le ayudaba con eso, estar en los brazos del alfa era como ser abrazado por las nubes con su sonrisa siendo el cálido sol, quería pasar su día con él. Otro día podría pasar su día con Harry, quien le hacía sentir la adrenalina recorriendo por sus venas, como caminar solo por la noche y aun así sentirse acompañado por la luna que brillaba todo su camino. Ambos eran distintos, pero tan iguales a la vez.

Un día Edward era la luna mas brillante de la noche, arrasando con cada momento oscuro que podría presentar en su vida, que siempre lo alumbraba en sus momentos más oscuros; y al otro ser el sol que lo mantenía cálido aun con las inevitables tormentas que amenazaban cada día de su vida.

DOBLE ALFA | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora