El itinerario para los siguientes días surgió como por arte de magia. En un abrir y cerrar de ojos se vio envuelta en paseos, desayunos, citas para tomar el té y bailes que ocuparían todas las noches de la siguiente semana.
A pesar de que el día había sido tranquilo y había pasado prácticamente todo el tiempo con su hermana hasta el anochecer, la tensión no la abandonaba en ningún momento.
-¿Y bien?- le preguntó a Emily cuando se encontraban en el cuarto de esta ordenando y metiendo vestidos en el gran armario que ocupaba casi toda una pared de la habitación.
-¿Qué?- preguntó Emily con una vocecilla débil e indecisa.
Emily caminaba del armario a la cama donde los diferentes vestidos se encontraba desperdigados sobre la mullida colcha ribeteada de encaje.
-¿De verdad necesito preguntarlo?- le pregunto escéptica mientras se sentaba en el borde de la mullida cama.
Emily la miró por unos instantes con sus hermosos ojos azules y una expresión seria en el rostro. La miro impasible durante unos instantes hasta que suspiró y se sentó al lado de su hermana mayor mientras colocaba las manos recatadamente sobre su regazo.
-Se en que estas pensando. Y supongo que tiene que ver con el desayuno de esta mañana y cierto conde...
Evelyn asintió con una sonrisa mientras le tomaba ambas manos y se las apretaba con cariño, intentando infundirle confianza.
-No tienes que hablar de ello si no te sientes preparada...
-No es eso, es solo que la verdad no se como reaccionar antes los acontecimientos de esta mañana. Yo...-miró a su hermana directo a los ojos con indecisión- no se lo que estoy haciendo o sintiendo...
-¿Sientes algo por James?
Emily se mordió el labio con nerviosismo mientras parecía reflexionar al respecto.
-Yo...¡no lo se!- soltó con la respiración acelerada mientras se soltaba de las manos de Evelyn, se levantaba de la cama y comenzaba a dar vueltas por la habitación- ¡no lo se! ¡todo esto es su culpa! ¡y mía también! ¡él por haberme besado y yo por aceptar esa estúpida invitación!- soltó casi gritando.
Evelyn la miró con los ojos como platos. No lo podía creer.
-¡¿Te beso?!- preguntó mientras se llevaba una mano a la boca en gesto de incredulidad.
Emily se limitó a asentir. No era capaz de decirlo en voz alta. Le parecía que si lo hacia el asunto recobraría un sentido de realidad que hasta el momento no era capaz de otorgarle.
-Ya no quiero seguir hablando de esto- soltó con fastidio mientras sacudía las manos en el aire, en un gesto negativo.
Evelyn asintió obediente- si eso es lo que quieres, cuenta conmigo- dijo con serenidad mientras hacia una seña de cerrar su boca y tirar una llave al aire. Emily no pudo evitar sonreír.
-Y ahora que recuerdo, alguien lucia muy nerviosa en el desayuno- le dijo a Evelyn levantando las cejas de manera teatral- no creas que no me di cuenta como Michael casi amenaza a James para que se moviera de lugar. Bueno la verdad es que nadie pudo ignorar eso- se encogió de hombros mientras volvía a tomar vestidos y acomodarlos en el armario.
-No tengo nada que decir al respecto.
-Espero me tengas la confianza suficiente para contármelo algún día- Evelyn estaba a punto de replicar pero Emily levantó una mano, haciéndola callar- No es algo de lo que tengamos que hablar en este momento. Yo sola puedo sacar algunas conclusiones y la principal es que ese hombre esta perdidamente enamorado de ti.
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La trampa del Duque
RomantiekEvelyn Fairchild desea con todas sus fuerzas una última aventura. No es que las tuviera anteriormente pero sería la última antes de verse obligada a casarse con un hombre sin rostro, alguien a quien ni siquiera había conocido pero que estaba a punto...