"El amor de una amistad" +18 ~TERMINADO~

Capítulo 18 "Una noche de terror"

Los personajes no me pertenecen. Le pertenecen al gran autor Akira Toriyama

"El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad" Albert Einstein.

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Al día siguiente, Vegeta se levantó de muy mal humor. La amenaza de Zangya aún se conservaba dentro de su cabeza. ¡Cómo odiaba a esa mujer! En el momento en que la tuvo enfrente, tenía unas inmensas ganas de... ¿De qué? ¿Matarla? Sacudió ligeramente la cabeza ante esa tentadora alternativa, aunque inconscientemente sintió ese deseo de llevarlo a cabo —«yo no soy como mi padre»—. ¡No, no lo era! Pero eso no le impedía cavilar esos tipos de conmiseraciones. En ese instante, lo embargaba una gran ola de emociones que se dispersaban por su mente: Ira, fastidio, frustración, vergüenza, y, aunque no quería admitirlo, también el miedo invadía su ser. ¿A caso el maldito universo estaba en su contra? En un santiamén, se dio cuenta de lo que estaba pensando, se estaba compadeciendo y eso solo lo hacía las personas débiles. ¡Él no era débil! No podía dejarse derrotar tan fácilmente por una zorra, tenía todas las herramientas necesarias para no perder y, lo mejor de todo, no estaba solo en esto. Le costó mucho trabajo dejar su orgullo para aceptar la ayuda de Yamcha, pero con tal de que Bulma siguiera siendo feliz y no supiera nada, entonces valdría la pena.

Vegeta salió de su casa con rumbo a la escuela, por esa ocasión prefirió irse caminando. En esos instantes, fragmentos de su vida pasada rondaban dentro de su mente, algunos desagradables y otros no tanto; el recuerdo de Tarble predominó ante las demás. ¿Qué hubiera pasado si...? Un centenar de preguntas como esa lo amartillaban por cada paso que daba, y la palabra "Hubiera" no parecía darle respuestas contundentes. Habían pasado 7 largos años desde la muerte de Tarble. En todo ese tiempo había aprendido a vivir sin él, le costó mucho, ¡sí! Pero jamás sucumbió ante la atadura de la pena y del llanto. Ese luctuoso momento lo persiguió hasta su presente, y a pesar de que pudo lidiar contra esa faceta de su vida, aún lo acechaba ese fantasma del pasado que más tarde se convirtió en su más obscuro secreto. Vegeta bufó, aún le costaba mucho trabajo procesarlo. Las únicas personas que sabían de esa situación (recientemente Zangya y Yamcha) eran Mei, Gine, Bardock, Gokú y, sorpresivamente, el director de su colegio; ese hombre se había convertido en su sabio consejero...

...

— ¿Qué te parece la escuela, muchacho?

—Como en todo, me da lo mismo—respondió Vegeta bruscamente sin dejar de mirar detrás de la ventana.

El director enfocó su vista en la misma dirección que la del muchacho y, notó, que éste miraba a Bulma Brief entre curioso y divertido.

—Es una muy buena opción para comenzar una amistad—opinó el hombre con una sonrisa.

Vegeta giró la cabeza para verlo y, luego, le preguntó con un semblante confuso:

— ¿De qué habla?—demandó.

El director volvió a sonreír, y usando una voz paternal, le explicó a su nuevo alumno.

—Es una de las mejores estudiantes que cuenta este colegio... bueno, lo era...—Vegeta escuchó en como las últimas palabras fueron dichas en un tono de voz triste—. Su padre murió hace tres meses—arguyó—, motivo que provocó que se desocupara de sus debes educativos. Siempre está sola, algunas veces la veo llorando y en las últimas semanas mis colegas la han estado mandando aquí, con reporte—el director soltó un profundo suspiro—. La confianza que ella se tenía, flaqueó.