Capítulo 28 "Explicaciones" parte 2

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Un sabio dijo: El amor duele, los amigos se van, el tiempo se pierde, los recuerdos quedan, las promesas se rompen. Pero la vida... la vida sigue.

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(Bardock y Mei)

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Un sutil chirrido se escuchó a sus espaldas. Bulma viró despacio, viendo cómo su mejor amigo hacía amago de introducirse a la habitación. Por unos segundos reinó un incómodo silencio, ya que ninguno de los dos sabía qué decir. Bulma aún sujetaba la grabadora con fuerza, como si temiera que alguien se la fuera a arrebatar. No obstante, su atención estaba puesta en Gokú, que hasta apenas pudo reparar en el estado de éste. El muchacho parecía tranquilo y sin ninguna intención de querer llorar, tal vez debido a que por fin su amigo estaba descansando en paz. Le tomó un tiempo a Gokú comprender que el llorar no revertía la perdida, algo que aún Bulma ignoraba. Sus pensamientos al ver a su amigo no eran para nada agradables. Se sentía muy molesta con Gokú, que en serio parecía que él no lamentaba la muerte de Vegeta. Hasta que recordó esas palabras...

«Yo también perdí a alguien. Perdí a mi hermano»

Eso le había dicho...

Entonces lo entendió, porque ella también estaba pasando por lo mismo. El dolor de Gokú no se veía porque solo lo guardaba para él, en su interior. Se mostraba fuerte, no reflejando su pesar, aunque por dentro su corazón estaba hecho polvo. Bulma siempre creyó que la tristeza era ver a alguien derramar miles de lágrimas y gritar; que equivocada estaba. No supo cómo, pero pudo ver en Gokú su alma llorar, y su sonrisa, esa sonrisa externa no era otra cosa más que de agradecimiento y aceptación a la muerte de su amigo ya que por fin se terminó años de dolor y desesperación en la vida de Vegeta Ouiji; eso era su mayor y mejor consuelo: «Él ya no sufre».

Sin mencionar ninguna palabra, Gokú caminó hacia donde estaba su mejor amiga, atreviéndose a estar al lado de ella sin importarle sus deseos de que la dejasen sola. Bulma no objetó, se incorporó un poco y, sin pensarlo, se lanzó a los brazos del muchacho. Lloró, terminó de llorar todo el dolor que le profesaba la muerte de su amado. Gokú seguía sin decir una sola palabra, ya que sus hechos eran más que suficientes para reconfortar a Bulma, ahí estaba él para ella, y así sería hasta el final de su vida. Seguía abrazándola con fuerza, no le importaba que su camiseta se mojara de nuevo ahora por aquellas lágrimas de desdicha, nunca la dejaría sola. Así se quedaron toda la tarde, hasta que la noche llegó y ambos se quedaron profundamente dormidos, agotados por ese día que sería difícil olvidar.

(...)

Los rayos del sol se adentraron por su ventana, ocasionando un despertar doloroso. Bulma abrió sus hermosos ojos azules, intentando aclarar su visión; se sentía muy cansada y desorientada. Al quererse incorporar, un leve mareo provocó que se volviera a acostar; aparte de ese síntoma, sintió que algo le impedía levantarse. Se talló los ojos con brusquedad y enfocó su vista en la habitación que estaba altamente iluminada por los fuertes rayos del sol. Lo primero que vio fue a un Gokú que estaba profundamente dormido. Bulma bajó la mirada dándose cuenta que su amigo la abrazaba rodeando ambos brazos a su cintura; era por eso que no pudo incorporarse por completo. Como si hubiera sido sacudida por dentro, una opresión en el pecho hizo que se estremeciera al recordar lo que había ocurrido en el día anterior.

"El amor de una amistad" +18 ~TERMINADO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora