Capítulo 5 "Reconciliación"

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Los personajes no me pertenecen. Le pertenecen al autor Akira Toriyama

"No dejes que tu orgullo pueda más que tu corazón... La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final" Anónimo.

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Vegeta abrió la puerta de su mini biblioteca y le dio acceso a Mei para que entrara. La mujer traía una charola con dos sándwiches de atún, el espagueti que había calentado su hijo y dos vasos con limonada. Puso los alimentos sobre el escritorio y se retiró del lugar dejando a los jóvenes asolas. Vegeta tomó una rebanada de sándwich y lo devoró en un solo bocado.

Bulma abrió los ojos como platos de la impresión, en esos momentos solo se dedicaba a ver a su nuevo mejor amigo devorar el emparedado; sin darse cuenta, había dibujado una sonrisa en su rostro. Volvió a recorrer el despacho y se acercó a una ventana, pudo advertir que los vidrios estaban empañados, al parecer la lluvia no había tardado en caer.

— ¡Oye!— la ojiazul dio un respingo ante la voz de Vegeta, se volteó para mirarlo nuevamente —. ¿Tienes sed?

Bulma, con el ceño fruncido, caminó hacia donde estaba él...

—Me llamo: BULMA. ¡Así qué llámame por mi nombre, grosero! —explotó ella, furiosa; solo dos veces Ouiji la había llamado "Bulma", y quería volver a sentir esa sensación de felicidad que la embargaba al escuchar su nombre en los labios de él.

Vegeta solo observaba divertido a su amiga, quien se veía muy graciosa con las manos en las caderas y ese semblante de indignación. Como si nada, continuó engullendo su comida. Esa acción irritó más a la chica.

— ¿Por qué no me llamas por mi nombre?— preguntó la ojiazul con voz curiosa y molesta.

Vegeta no respondió en seguida, tomó su vaso y lo llevó a sus labios para beberse toda la limonada. Una vez hecha esa acción, puso el vaso en la charola y se dedicó a mirar a la chica, quien también lo examinaba expectante. Cruzó sus brazos a la altura de su pecho y puso un semblante imperturbable.

—No es necesario —la respuesta de Vegeta confundió más a la ojiazul—. Vamos al comedor, la cena ya ha de estar lista.

Bulma no sabía qué pensar, desde el momento en qué entabló charla con Vegeta, él ya la tenía totalmente confundida con sus raras y peculiares respuestas. Tomó su vaso con limonada, dispuesta a seguir a su amigo hacia el comedor; tenía toda la tarde para conocerlo mejor. A pesar de que ya conocía una pequeña parte de él, jamás imaginó que compartían la horrible sensación de perder a un ser querido. Supo entonces que necesitaba su ayuda, necesitaba que su amigo la ayudara a superar esa muerte que cargaba sobre sus hombros. Por lo que pudo percibir en el despacho, Vegeta pudo lidiar con la muerte de Tarble y, ella, necesitaba hacerlo con el de su padre. En el comedor, la ojiazul se dio cuenta de que Mei y Vegeta intercambiaban palabras, pero al percatarse de su presencia dieron por terminada la conversación.

Los tres estaban sentados, alrededor de la mesa, degustando un delicioso sazón originario de la capital del norte. Mei veía con ojos brillosos a la nueva amiga de su hijo, ¡eso era una sorpresa muy agradable! La hizo sentir como un miembro más de su pequeña familia.

—Dime, Bulma: ¿qué tal la escuela?— preguntó Mei con esa amabilidad que tanto la caracterizaba.

Vegeta dejó su tenedor a un lado para ver a la ojiazul, quien se encontraba sumamente nerviosa. Él sabía que su amiga no iba nada bien en sus deberes educativos; la primera impresión de ella, en esa mañana, fue encontrarla afuera de la oficina del director. Decidió sacarla de ese apuro.

"El amor de una amistad" +18 ~TERMINADO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora