James no pudo evitarlo, sus ojos se llenaron y la emoción fué notoria en su sonrisa. Estiró los brazos para tomar a la bebé sin embargo, tal y como lo tenía previsto ella se negó colocándose del mismo modo que cuando entramos; Dándole la espalda a quién no reconoce como su padre.
La elegría se disipó de la misma forma en la que se pagaría un cerrillo trás un fuerte soplido. Le dolía el rechazó inconsciente de Harley, pero no era para menos, mi hija era una niña que tomaba confianza rápidamente pero no se iba con las personas que acababa de conocer así como así.
—Lucía...— murmuró, en sus ojos pude ver que estaba pidiendo mi ayuda y «¡Dios!» Soñé tantas veces con tenerlo así; rogándome, no obstante y aunque de alguna manera me daba un poco de sastifaccion, en lo más profundo de mi ser dolía.
Llámenme idiota, tonta, malditamente estúpida, pero sí, en el fondo mis sentimientos hacía él siguían siendo los mismos, auque me empeñara en ocultarlo, y mentirme a mi misma repitiéndome una y otra vez que el rencor estaba más vivo que nunca, la verdad es que James seguía siendo el hombre al cual amaba de una manera inexplicable porqué de alguna forma de había ganado aquél sentimiento sin hacer mérito alguno.
—¿Que esperabas, James?—escupí con rencor, porqué aunque lo quería mi enojo con él no disminuía ni un centímetro—¿Que te irías luego regresarías y Harley te recibiría con los brazos abiertos?— bajo la mirada, tenía los ojos completamente humedos, pero las lágrimas no salían de ellos.—Ella no aceptará estar contigo así nada más...
—Soy su padre, Lucía.—escupió un poco enojado, reí sarcásticamente.
—Y la dejaste, te lárgaste, preferiste toda tu falsa felicidad por encima de ella. La abandonas.—repetí sería, recarcando cada palabra.—Lloró tu ausencia por días ¿Sabes? Pero hubo una noche en la que incluso para ella fué claro qué yo sóla le bastaba.—ahondo en su culpa.—Harley no quiere estar contigo, ¿Sabes por qué? – bajó la mirada hacía el piso sabiendo claramente el motivo.—Porque no te conoce. Tu hija James, no te conoce. No sabe quien eres, para Harley tu sólo eres una persona más en el mundo.
—Ya entendí, sé a donde quieres llegar...
—Perfecto.— murmeré e hice que Harley me mirará, la acerque a James y luego él la sostuvo, Harley hizo un puchero que indicaba que estaba apunto de llorar—Tranquila, bebé, estoy aquí.—Sonreí y eso hizo que se calmara castamente, aunque miraba a James con desconfianza.
En cambió él, la miraba como si fuese lo más hermoso que hubiera en el mundo, luego besó su frente y sonrió, Harley, tomó entré sus pequeñas manitos el dijen que corgaba de la cadena de oro que tenía él en su cuello y empezó a jugar con ella.
Él se separó de mi lado, y camino con ella en sus brazos hasta llegar al sofá negro que estaba en la pequeña sala de estar del despacho, yo, por otro lado me senté en la silla detrás del escritorio, mirándolos a ambos, siendo testigo de como James la miraba, y los incontables besos que dejaba en su frente o cabello, en como le susurraba cosas mientras sonreía, y lo inevitable que era no darse cuenta el parecido impresionante entre ambos.
Por un momento dejé que mi imaginación hiciera estragos con mi mente, Imaginando en como sería una vida con James y Harley juntos, en lo diferente que sería todo si no hubiéramos hecho las cosas como las hicimos, no pude evitar que mi mente imaginara La familia que pudimos haber sido si ninguno de los dos nos hubiéramos equivocado tanto.
La pequeña carcajada de Harley, me regresó de mis cavilaciones mentales e hizo que pusiera mi atención en ellos. Harley reía mientras James, hacía caras raras y graciosas, que a mí también me robo una sonrisa.
Por lo que queda de noche, solo por ese tiempo voy a dejar que él disfrute de ella, Mañana, ya no sería así, en mañana las cosas serían diferente. Volví a colocar mi atención en ellos, Harley ahora le sonreía agusto.
.......
Lentamente abrí mis ojos, al abrirlos por completo me di cuenta que no estaba en mi habitación, y que estaba sentada sobre la silla de mi despacho.Los recuerdos del día anterior vinieron a mi mente, y rápidamente eche un vistazo al despacho, encontrándolo vacío, no había nadie en él a excepción de mí. Mi corazón se aceleró con miedo que se sintió como un latigazo con los miles de escenarios que surcaron mi mente, uno de ellos, era que James había esperado que me durmiera para robarse a mi hija.
Me levanté rápidamente de la silla y sentí muchas ganas de llorar, hasta que un pedazo de papel llamó mi atención, estaba sobre el escritorio, rápidamente lo tomé.
Estaremos en una de las habitaciones de arriba.
-James.
Mis nervios se aplacaron un poco y salí del lugar casi corriendo, Cuando llegué a la planta alta, empecé a buscarlos, hasta encontrarlos en la habitación continúa a la mía.
James estaba recostado en la cama, ya no traía la chaqueta de cuero, ni la camiseta que traía ayer, sólo un pantalón, Harley ya no traía la blusa de Jeans ni la falda blanca que tenía puesta él día anterior, sólo pañales, eso era lo único que vestía su pequeño cuerpo, que yacía dormido sobre el pecho de su padre.
Verlos de esa manera me llenó de nostalgia, pero decidí ignorar el sentimiento y dirigirme a mi habitación para ducharme.
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Mi Hermoso Error
RomanceLucía Montenegro; es una joven de 24 años, acaba de terminar su carrera de diseño y moda. Hija menor de una familia muy bien posicionada económicamente. James Evans; un hombre magnate de los negocios, de 31 años, viaja a nueva york para cerrar negoc...