Cap 58

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El lugar quedo en silenció por unos segundos que se me hicieron eternos, hasta que fue mi padre que aún enojado había estado manteniendo una extraña calma, el qué habló:

—¿Evans?– inquirió aún sin procesar el porqué de la presencia de James en el lugar.– ¿Qué carajos significa ésto, Lucía?–volvió a preguntar cuando el entendimiento surco sus facciones y giró su rostro hacía mí para que afirmará lo que ya él había descubierto

No dije nada, solo bajé el rostro mirando mis pies descalzos sobre el piso de mármol frío, y luego de varios segundos asentí sosteniendo lágrimas en los ojos y levanté el rostro chocando con su mirada inespresiva de otro sentimiento que no fuera enojo.

—Si padre– afirme sosteniéndole la mirada.–James es el padre de Harley.

Apenas terminé de decir el nombre de mi hija, Alejandro se lanzó hasta el lugar de James, propinandole un fuerte golpe en la mandíbula, pero James no hizo ni dijo nada sólo se quedó quieto mirando a un Alejandro completamente cabreado y luego de unos instantes asintió, dando a entender que de una u otra manera él se merecía ese golpe.

Luego que se estuvieron mirando por varios segundos sin mediar palabra alguna Kate, caminó hasta Alejandro y lo tomó por el antebrazo, encaminándolo hasta el lugar donde estaba al principió.

—Eres un maldito, Evans– soltó mi hermano con desdén– ¡Un maldito hijo de puta!– gritó cegado de ira.

James lo miraba atententamente a los ojos, mientras se quitaba la sangre que estaba empezando a salir del interior de su labio inferior.

—Me disculparé por lo que en realidad creo que he hecho mal.– habló él por primera vez mirando a todos en la sala–Que es haber alejado a Lucía y nuestra hija de ustedes, sin dar la cara antes. Lo demás es irrelevante para ustedes, son temas privados que sólo nos competen a mí y a Lucía.––  dijo tranquilo.

—¡¿Como que no nos importa, imbécil?!– estalló Alejandro en un fuerte gritó que me sobresaltó– ¡¿Abandonaste a tu hija con apenas una semana de vida, maldita sea?!

—¡Que yo no abandone a mi hija, joder!– gritó James de regresó completamente furioso perdiendo toda la calma que había estado tratando de mantener.

—¿Ah no?– inquirió mi hermano con sarcasmo–¿Entonces como se le llama a irte solo porque si, dejando a una niña recién nacida y regresar casi un año después?

—No me fui por que quisiera, Montenegro, yo quería... Quiero a Harley– corrigió – y sabía que ella—me miro— la cuidaria bien, por eso me decidí hacer todo lo necesario para preservar la salud de mi padre, es por eso que me fui, por eso hice lo que hice– confesó mirandonos a todos.

Así que fue por eso. Se casó con la tal Irina por que su padre se lo había pedido y no quería arteral la salud del señor Daniels con una negativa de su parte, pero ¿Por que no me lo dijo? Yo lo hubiera entendido....

—Eso no justifica lo que hiciste, Evans, bien podía haber dado la cara ante nosotros, por lo menos prensentarte ante la familia como el padre de mi nieta– dijo mi padre en una muy, muy extraña calma, en realidad no esperaba ésta reacción de su parte.

—Estoy de acuerdo con usted señor Montenegro– respondió James mirándolo – aceptó mi cobardía, pero no era algo opcional para entonces. Yo quería conocer a mi hija, y también estaba muy seguro desdé el primer momento en que Lucía me dijo de su embarazo que me haría cargo del niño que venía en camino, es por eso que le propuse que se viniera acá, yo no tenía planeado irme de Los Ángeles y mucho menos una semana después del nacimiento de mi hija.

Aclaró, mi padre al igual que el resto de la familia lo miraban desconfiados, pero no dijeron nada.

—He aprendido de mis errores, y he regresado por mi hija, por Luce. Porqué quiero darle un hogar a Harley, un hogar donde sus padres estén con ella– estó último lo dijo caminando hasta mi y pasando su brazo por mi cintura y pegando su cuerpo al mío, dejando en claro lo que ahora éramos.

Mi familia quedó atónita, todos menos Líana, que apesar de que no quería a James, sonreía. Sonreía para apoyarme, al igual que Louis, que estaba a su lado.

—¡Maldita sea, Lucía!– vociferó mi hermano de nuevo.– Apenas volvió ya lo perdonaste, ¿Eres estúpida o que?..

—¡Ya basta Ale!– le gritó Kate de vuelta– deja a Lucía tranquila, ella es lo suficientemente adulta como para saber que hacer con su vida – añadió y le Sonreí a modo de agradecimiento.

—Bien– dijo mi padre y luego carraspeo–  yo no cometeré el mismo error que en el pasado Lucía, sólo lo dejaré estar, de todos modos por cualquier cosa yo estaré aquí para ti cariño, estaré preparado para consolarte a ti, y matarlo a él.– sus palabras hicieron que las lágrimas que había aguantado durante toda la reunión salieran, me separé de James, y me acerqué para abrazarlo.

Sus brazos enseguida me rodearon con amor.

—Gracias papá, que confíes en mí significa mucho, te amo– susurré para que sólo él escuchará. Me sentía feliz que él, aunque no estuviera de acuerdo con todo ésto me estuviera apoyando.

—Yo te amo más, princesa, solo quiero verte feliz y si él te da por lo menos una mínima parte de esa felicidad, estoy de acuerdo en que por lo menos intenten formal una familia– susurró de igual manera que yo, dejando un beso en mi cabeza – pero si te hace más daño del que ya te a causando no respondo ¿Bien?– asentí. Sentí los brazos de mamá envolverme también, y luego un beso de su parte en mi mejilla derecha.

—Estaré aquí para ti siempre.– susurró con amor maternal.

—Gracias, mamá –Fue lo único que respondí para abrazarla también, y darle un beso.

Me separé de mis padres, y volví mi mirada hacía Alejandro que era el único que hasta ahora no había dado ninguna clase de aprobación a mi relación con James. Cuando nuestras miradas chocaron, me miró unos segundos sin decir nada, luego volteo la mirada a la de papá.

—Éstas cometiendo un gran error, padre, talvez él sólo quiere volver a hacerle daño a Lucía y tu éstas dejándolo entrar a su vida así como así después de todo el daño que le hizo a mi hermana – dijo y casi inmediatamente de haber terminado su palabrería, giró sobre sus talones e hizo un movimiento brusco logrando que de está manera el agarré que tenía Kate sobre él se desvaneciera, y una vez libre se encaminó rápidamente hacía el pasillo que daba a la sala de estar trasera de la casa.

Mi Hermoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora