Cap 45

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JAMES EVANS

Estaba enojado, me enojó de una manera increíble que el tal Aaron llegará a casa de Lucia y entrará como perro por su casa. Me enojó aún más la forma en la que la llamó; preciosa, ¡Imbecil! Pero en definitiva algo que me dolió y enojó en partes iguales fue la manera en que Harley se lanzó a sus brazos, a mí apenas me conocía, y me duele pensar que todo el tiempo que no estuve con mi bebé él se lo haya robado, y sé que es mi culpa, pero ¡mierda! No lo puedo evitar.

Los celos me están matando. Una vez que el tipo ese, salió de la casa de ellas, Luce me miró de una mala manera, pero estaba enojado y no me importó en lo absoluto, le regresé a Harley, y con el mayor enojó de toda mi vida salí de la casa y me subí al auto y emprendí camino a casa de mis padres.

No quise en ningún momento amenazarla con respecto a que le quitaría a Harley, yo no quería hacerlo, sería una jugada sucia de mi parte, pero, yo era un hombre muy precavido y sabía que Lucía no daría su brazo a torcer con respeto a mis visitas a Harley.

Es por eso que una semana antes de regresar, contacte a mi abogado y le comenté el caso, y fue él quién me dijo que si la madre de mi hija no quería compartir conmigo lo que por ley me pertenecía, podía demandarla y tendría un noventa y nueve por ciento de ganar el caso, puesto que; Yo enviaba dinero para la manutención de Harley y había documentos que garantizaban que la niña tenía mi apellido, eso ante la ley no se consideraba un abandono.

Yo no quería llegar a tales extremos con ella, no quería que pensará que yo le iba a arrebatar a Harley de los brazos, pero ella se lo buscó.

Cuando llegué a la casa de mis padres estacioné el auto y bajé de él para después encaminarme a la puerta principal, Al entrar estaba mi madre en el sillon del recibidor leyendo algo en su celular.

-¡Mi amor!-se emocionó al instante que me miró.

-Buenos días, madre-saludé mientras ella me envolvía en sus brazos, yo correspondí el gestó dejando un pequeño beso en su cabeza.

-¿Donde has dormido, James? El chófer me dijo que te dejó en una casa, luego llamé a tu departamento y nadie contesto-preguntó con un dejé de enojo.

-Lo siento por no venir antes, madre.-me disculpé -He dormido con mi hija.- añadí sonriente, ella me miró con alegría.

-Me alegro por tí cariño, pero ¿La madre te dejo así, tan fácil?-preguntó con curiosidad.

-No, pero eso es irrelevante ahora.- respondí intentando no darle importancia.

-Esta bien, ¿Cuando la traerás a casa?-cuestionó cambiando de tema drásticamente.

-No lo sé, talvez sea pronto-dije rascando mi nuca- ¿Y papá? ¿Como ha estado?-regunté al no verlo por ningún lado.

-Ha estado estable, aún esta un poco enojado contigo, en esté momento ha de estar en la habitación.-asentí.

-Me iré a duchar, bajaré para desayunar contigo.- ella sonrió y asintió, la verdad el que mi padre estuviera enojado conmigo era algo que me descolocaba un poco, pero era lógico que estuviera enojado, hace poco más de un mes fue cuando se enteró de la existencia de Harley ¿Como? Pues, nos escuchó a mamá y mí hablar sobre mi bebé.

.....

Después de una larga ducha, decidí salir del baño, me vestí y una vez listo me dirijí al comedor. Cuando llegué al lugar ya mis padres se encontraban sentados en la mesa, mi madre sonrió al verme, a diferencia de mi padre que lo único que hizo fue un asentimiento de cabeza en forma de saludo.

-Buenos días, padre-dije devolviéndole el saludo y sentándome en la silla continúa a la de él y frente mamá.

-Buenos dias, James-después de su saludo una mujer de la cual no sabía su nombre, llegó a la mesa y empezó a servir el desayuno y todos empezamos a comer en silencio.

-Iré al centro comercial ¿Necesitan algo?- preguntó mi madre interrumpiendo el incómodo silencio que se había hecho en la mesa.

-No, Daisy, no necesito nada.-murmuro tomando su mano por encima de la mesa y dedicándole una sonrisa.

-Daniels, de igual manera te compraré algo, ¿Y tú, James?- preguntó hacía mí.

-No necesito nada.- ella puso cara de fastidió, entonces una idea cruzó por mi mente haciéndome Sonreír.-Pero necesito que compres cosas para mí hija.-hablé sacando la billetera del bolsillo de mi pantalón, sabía que mamá quería ir al centro comercial porque se aburría en casa, pero no tenía nada que comprar en el lugar.-Quiero que le compres todo lo que quieras a mi hija; juguetes, ropa, zapatos, diademas, lo que quieras madre.- hablé tendiendo mi tarjeta en su dirección, ella acepto emocionada.

-¡Por supuesto! ¡Le compraré de todo a mi nieta!- inquirió con entusiasmo, papá veía la escena sin ninguna expresión en su rostro.

Después que terminamos de desayunar mamá se retiró al centro comercial feliz, papá se sentó en la sala de estar principal a leer un periódico y yo subí a la habitación en busca de mi portafolios y chaqueta, para irme a la empresa.

-Quiero hablar contigo -dijo mi padre cuando estaba apunto de salir de la casa, yo me giré hacía él.

-Padre lo siento, vendré en la tarde, estoy retrasado para llegar a la oficina y tengo mucho trabajo.-expusé y me giré de nuevo.

-Ahora.- levantó la voz y yo decidí hacerle caso para que no se alterará, me dirigí hasta él y coloqué mi portafolios sobre el sofá y luego me senté frente a mi padre.

-¿Que es lo que sucede, papá?-pregunté.

-¿Cuando vas a traer a la niña?- su pregunta tan directa me hizo mirarlo detenidamente buscando una emoción en su rostro, pero nada, estaba totalmente serió.

-No lo sé padre, su madre esta muy enojada, ni siquiera quiere permitirme a mí mirarla-dije mirando otro sitió.

-Si yo estuviera en su lugar hubiera hecho exactamente lo mismo que ella, fuiste un cobarde al abandonar a tu hija.-o miré sorprendido ¿Primero me decía que Harley era un error en mi vida y ahora que yo era un cobarde por haberla dejado? No lo entendía, definitivamente no.

-Lo sé.-fue todo lo que dije.

-Quiero que traigas a la niña cuanto antes aquí, quiero conocerla.- pronunció y volvió a leer el periódico dando por terminada nuestra conversación.

-Bien.-tomé el portafolio y salí de casa rumbo a la empresa. Mi padre era sumamente extraño, primero decía una cosa y luego otra, tampoco entendía su insistencia por conocer a Harley.

Ahora tenía que convencer a Lucía para que me dejara traer a Harley a casa.

......


Eran las cuatro de la tarde, hace dos horas aproximadamente mi madre me llamó al celular avisandome que todas las cosas que había comprado para Harley estaban en mi departamento, así que en este momento estoy entrando a mi casa, en busca de todo eso para llevarlo con mi princesa.

El trabajo en la empresa estuvo pesado, pero me motivaba la idea de que al final de la jornada podría ver a mi hija.

Cuando entre al recibidor del departamento, lo encontré repleto de bolsas, todas eran rosas o de algun otro color femenino, también había juguetes, muñecas, biberones, accerios y más.

Tomé todas las bolsas como pude y las lleve por el ascensor a mi auto, me subí y condujé hacía la villa dónde estaban mi hija y su madre.

Mi Hermoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora