Prologo

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Salí del colegio, venían las vacaciones de invierno, eso significa que me iba a pasar toda la vacación en la cama viendo películas, al llegar a casa, veo las maletas que mi papá usa cuando se va de viaje con su esposa, vi dos pasajes en la mesa del florero que había cerca de la entrada, me alegré al saber que iba a tener casa sola.

Todo estaba muy silencioso, eso era raro de esta casa, subí a mi cuarto, que compartía con mi hermana menor, de 5 años, estaba llorando y no entendía, la observé bien, si se hizo un raspón o se golpeó.

-¿Que pasó Zoé?-me acerqué arrodillada, pero mi hermana no respondía-mírame Zoé, sino me cuentas no puedo ayudarte.

-No quiero que te vayas-me dice muy triste, mirándome a los ojos.

-No me voy a ir-me reí-¿Por qué dices eso?

-Lo escuché.

-¿Donde está Marilyn?-le seque las lagrimas-No llores.

-Mamá está en su cuarto.

Fui al cuarto de mi papá y toqué la puerta antes de entrar, abrí lentamente, la esposa de mi papá estaba buscando algunas cosas.

-Hola Marilyn-dije y ella me miró, me dio una leve sonrisa.

-Hola Jop-me saluda-¿Que tal el cole?

-Aburrido como siempre-hice una pausa-Zoé está llorando.

-¿Que pasó?-dijo saliendo y yendo a mi cuarto.

La seguí, se agachó hasta llegar a su hija y la consuela, después le pregunta porque estaba así y le dijo que no quería que me vaya con papá, Marilyn no sabía que decir ni qué hacer, yo solo quería saber por qué decía eso.

-Vamos a comer chocolate ¿Si?-le dice para animarla, Zoé asiente sonriendo.

Bajamos las tres a la cocina, Zoé comió y volvió a sonreír, empezó a jugar con sus autitos de juguete.

Me quedé con Marilyn en la mesa, comiendo los bombones que nos gustaban.

-Mari...-la llamé y ella me miró.

-Se que te estarás preguntando sobre el llanto de Zoé-asiento, ella suspira pesadamente-antes que nada, con tu papá lo pensamos bien.

-Me están asustando-me reí nerviosa.

-Mira, con tu papá decidimos tomarnos un tiempo-dijo mirando su mano que con la otra agarraba su anillo-pero no fue por nada de infidelidad ni por esas cosas, sino que... presentimos que lo que tenemos es algo más de costumbre que de amor...

-Pero si están casados... se supone que los que se casan se aman-aunque a lo personal no me casaría.

-Si, pero no nos vamos a divorciar, solo nos damos un tiempo, él se va a ir contigo a Argentina...

-¡Espera! ¿Que?-dije sorprendida, me iba a ir a otro país.

-Van a ir a la casa de tu abuela, además ella está sola y hace tiempo que no los ve.

-¿Como que me voy a Argentina? ¿Esto desde cuando está decidido?

-Hace un mes más o menos-abrí los ojos más de lo normal-se van pasado mañana.

-¿Es un chiste?-me reí y ella negó, se me fue la risa-¿Y el colegio? O sea, es mitad de año...

-Ya lo arreglamos Jop, va a ser divertido que vuelvas a tu país.

-Si, pero ustedes...

-No te preocupes, sabemos manejarlo.

-¿No pensaron en Zoé? Digo, ¿Como vas a hacer cuando esté enferma? O ¿Cuando tengas alguna reunión?

-Llamó a una niñera, igual, voy a estar trabajando en el mismo cole que ella.

Estaba procesando todo, se dieron un tiempo para ver si se amaban o no, no entendía estas cosas de amor, tal vez por eso me va mal, si querían darse un tiempo, se podría hospedar en un departamento cerca, pero no, se le ocurrió ir a otro país, había algo que no me estaban diciendo, pero tampoco me quería meter en la relación de ellos.

-¿Quieres ir acomodando tus maletas?-me preguntó, sacándome de mis pensamientos, asentí lentamente y subí las escaleras.

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora