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Las horas en el colegio se pasaban lentas, en el almuerzo tenía planeado hablar con Peter, ya que Zack los lunes no se sentaba con nosotros, estaba con sus amigos, que tenían miedo acercarse a mi por Adam y Gabriel.

-¿Como andamos?-me pregunta mi primo, estábamos caminando hacia el comedor.

-Bien.

-Mira, Adam me contó-lo miré.

-¿Ahora te tengo que pedir permiso con quien tengo que salir?-le pregunté y frunció el ceño.

-¿Estas con Adam?-preguntó con la mandíbula apretada.

-No-creo que Adam contó otra cosa y yo estaba hablando de otra diferente-¿Qué te contó?

-¿De que estás hablando?-ataca.

-Nada ¿Qué me ibas a decir?-se quedó mirando un tiempo intentando averiguar algo.

-Me contó que está trabajando con tu casa-me quedé observándolo, no sabía que decir, Adam me dijo que no le iba a decir-Gracias por ayudarlo, él no está en una buena situación y no se deja ayudar...

-¿Que haces para ayudarlo?-intenté sacarle información.

-Nada fuera de lugar...

-Hacer cosas ilegales es fuera de lugar.

-No es legal tener a una persona trabajando para alguien en negro-se fue dejándome con la boca abierta.

Fui al comedor y Peter ya estaba sentado comiendo, busqué mi comida y me senté con él, me sonrió al verme y yo también lo hice.

-Perdón por lo del sábado-dije y él me miró bajando su comida.

-Creo que es raro hablar de eso-dijo algo nervioso-no deberías pedir perdón, fui yo quien te besó.

-Adam se comportó como un idiota, él no se tenía que meter.

-Entiendo, pero ninguno de los dos lo hicimos-dice bajito-hubiese sido raro porque ninguno de los dos sabe hacerlo, tampoco quiero que te sientes forzada a hacerlo conmigo...

-Si, me parece que apuramos la situación.

-Si-se ríe y yo también, estábamos locos.

Terminamos de comer y fuimos a la biblioteca, dejé el libro que me hizo leer el profe, caminé por los pasillos viendo libros, mientras Peter bailaba con los auriculares a mi lado, a veces se sacaba los auriculares para que escuchara una buena canción y bailara con él, pero me daba vergüenza bailar en una biblioteca.

La puerta de la biblioteca se abrió tan rápidamente y se cerró de un portazo con Peter nos miramos y nos acercamos a la esquina para ver qué había pasado, estaba Adam buscando a alguien.

-¿Siempre hace esas entradas dramáticas?-preguntó Peter riendo y yo también me reí, seguimos con lo nuestro.

-¡Jaroline!-escuché su voz gruesa y furiosa, miré atrás y vi a Adam molesto.

Ahora si no sabía que había hecho, que yo sepa solo estaba en una biblioteca viendo libros, miré a Peter, estaba igual que yo, asustado y confundido.

-¿Que te pasa?-me reí nerviosa y volví a ver los estantes.

-Vete-le dice Peter, lo miré y asentí para que nos deje solo, miré a Adam que veía a Peter irse, su mirada se clavó en mí-te dije que no se lo digas ¿No podes mantener la boca cerrada?

-¿Ahora que hice?

-¡¿Como que que hiciste?! ¡Te dije que no le contarás nada a Gabriel!

-Espera, uno, tranquilízate y dos, no me vuelvas a levantar la voz-dije enojada, aunque él estaba más enojado que yo-tercero él me dijo que se lo contaste.

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora