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Adam.

Estaba sentado en la moto mirando la espalda de la chica que hace varios minutos había dañado y me dolía, ella miraba el río esperando a que venga el auto y que la lleve a la casa de Marissa, me había pasado de la raya como siempre lo hacia pero no entendía por qué con ella todo era un rebote, si a ella le dolía a mi también me dolía, nunca me había importado desilusionar a alguien, pero la desilusioné y me importó, no quería que me viera como lo hace todo el mundo aunque fui yo quien le puso una pared para alejarla.

Una limosina apareció, me paré de la moto y Jop se paró volteando, me vio con sus ojos brillosos por las lagrimas, no me gustaba verla así, miré al conductor que abrió la puerta para que Jop entrara.

-Nena...

-No me hables, no me mires, no te me acerques-dijo antes de entrar-mejor hazlo pero cuando hayas cambiado, cuando sepas que tus palabras si destruyen a las personas.

-Yo...-entra y cierra la puerta-lo siento de verdad-no me escuchó.

-Te tendrás que esforzar-dijo el conductor y lo miré mal, odiaba que me dijeran que es lo que tenía que hacer.

El auto avanzó llevándose a Jaroline, miré al cielo estaba acostumbrado a cagarla pero no estaba acostumbrado a cagarla a ella, había cambiado mi vida en estos dos meses, me había dicho que siempre hay caminos buenos, quería lo mejor para mi, no me juzgó, confío en mí sin saber como era mi vida, me ayudó con la policia, tiraba ideas para que gane algo de Plata, pero como soy un cabeza dura siempre me negaba y no la dejaba hacerme feliz.

Mi celular vibro y tuve un mensaje en el grupo con los chicos. Estaban esperándome en el departamento de Austin que había hecho una mini fiesta para conseguir algo de plata.

Me subí a mi moto y me puse el casco, prendí la moto y manejé lo más rápido que daba, me gustaba sentir esa sensación de adrenalina, esquivaba los autos y pasaba en rojo algunas cuadras, entré al bloque donde vivía Austin y dejé la moto, subí las escaleras y toque la puerta donde había ruido, nadie salió así que entré y había bastante gente.

-¿Sabes donde está Austin?-pregunté al chico que cobraba en la puerta.

-Esta con Gabriel en la cocina.

Fui directo a la cocina pero antes de llegar me choque con Ashley, me sonríe le alcé las dos cejas, se acerca a mi oído.

-Ya te estaba extrañando en la cama-dijo y se fue, rondé los ojos y seguí mi camino, no pensaba seguirla.

Miré a Gabriel que agarraba de la cintura a Ludmila, Austin estaba fumando sentado en la mesa, me vieron y nos saludamos, agarré un cigarrillo mentolado y lo encendí.

-¿No ibas a traer a Jop?-preguntó Gabriel y me encogí de hombros.

-Cuando llegue ya se había ido a lo de Marissa.

-No entiendo porqué va a lo de esa señora-dice Gabriel tomando cerveza, me invitó pero negué.

Ludmila me miraba curiosa y eso me incomodaba pero lo sabía disimular bien, me vio que la estaba mirando y levanté las dos cejas, ella rodó los ojos.

-Discutí con Jop-dije y Gabriel giró su cabeza para mirarme a los ojos, frunció el ceño.

-¿Problemas en el paraíso?-se burla Austin.

-Cierra la boca-dijo Gabriel enojado y se para enfrente mío-¡Te dije que con mi prima no te metas!-me agarrar de la remera.

-Gabriel, basta-dice Ludmila, yo solo estaba serio, sabía que no íbamos a llegar a las piñas, nunca lo hacíamos.

-Con mi prima no, no es una de estas con las que te acuestas y después las dejas, a ella no la vas a utilizar.

-Tranquilo que solo discutimos por el trabajo-mentí-el trabajo que me dio-Gabriel bajo la guardia y soltó mi remera.

No iba a poder decirle a Gabriel nada, que ella me salvo de ir a la carcel, que siento una leve atracción hacia ella, pero claro está que ahora me odia y ni en figurita me quiere ver.

Gabi se fue de la cocina, quedé con Austin y Ludmila mirándome con los brazos cruzados, fruncí el ceño.

-¿Que hiciste?-preguntó Ludmila.

-Nada-iba a salir de la cocina pero Ludmila me paró.

-¿Cuando te vas a dar cuenta de que te gusta?

-No me gusta-la miré mal.

-Si amigo, claro, te pusiste loco cuando te dije que dormí en su cuarto-apreté los puños.

-Te dije que la vigiles desde afuera.

-Ella me invitó a su cuarto-agarré a Austin lo puse contra la pared-vamos Adam, ella no va a querer nada conmigo, sabes que ella no se acuesta con el primero que ve, confía en ella como ella confía en vos.

-Ya no confía en mí-lo solté, me senté en la mesa.

-Si la viste antes de venir-dijo Ludmila y la miré, odiaba que esa chica sepa casi todo.

-Si, pero discutimos...

-¿De que?

-No importa, solo que no quiere ni verme, ni que me acerque, ni que le hable, la cague mal... se fue llorando y no hice nada al respecto-cale del cigarro-me odia, sabía que algún día me iba a odiar, pero ahora yo me odio porque le hice daño, le hice daño para salvarla de mí.

-Si, eres un idiota-dijo Ludmila que miraba su celular-Zack acaba de decirme que Jop llegó llorando a casa y que no quiere salir de su cuarto ni para comer.

-¿Por qué no te dejas ayudar por ella? O sea, quiere hacerte el bien-habla Austin.

-Es que no puedo recibir su ayuda, la verdad es mucho para mi...

-Típica de hombres, no querer recibir ayuda de una mujer por no quedar como un débil...

-No es por eso...

-¡¿Entonces?!

-Es que siempre terminó perdiendo todo y prefiero que no esté conmigo para sacarme el peso de perderla, porque mi vida es tan mierda que no la quiero llevar conmigo ahí.

-No es solo eso-se cruza de brazos otra vez-tienes miedo, tienes miedo del porque una chica como ella se fijo en alguien como vos, te siente tan poca cosa y que no puedes darle nada, porque sientes que no eres para ella e intentas alejarla, pero siempre está para vos, Marissa te metió en la cabeza de que ustedes nunca van a poder estar juntos y te lo creíste, por eso la alejas, pero te duele, le haces daño para alejarla, pero te haces daño a vos mismo por mentirte, te mientes de que no sientes nada por ella.

-¿Qué dices?-fue lo único que dije.

-Que te saques la venda de los ojos y vayas por ella.

-No puedo hacerlo.

-Si puedes hacerlo-dijo algo enojada-me voy a buscar a Gabriel-se va, miré a Austin.

-Yo solo digo que tiene razón-se llevo una botella a la boca.

Rodé los ojos, miré a la sala, donde estaban bailando las personas, imaginé a Jop bailando con las amigas de Ludmila, sacudí la cabeza, necesitaba distraerme, salí a la pista y busqué a Ashley, estaba fumando en el balcón, fui y terminé mi cigarrillo, la agarré de la cintura y le corrí el pelo, le besé el cuello.

-Te estabas demorando-se voltea sonriendo.

Fuimos a un cuarto de visita y caímos en la cama, empezamos a besarnos, nos sacamos la ropa, me puse protección y empezamos lo de siempre, descargándome con ella, mientras gemía y se agarraba fuerte de las sábanas, la cama se movía con nosotros.

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora