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Había pasado un mes desde la pelea que tuve con Adam, la verdad cumplió todo lo que le dije, ya no me hablaba, ni se cruzaba en mi camino, solo lo veía en las mañanas antes de entrar al cole pero no nos mirábamos, en el comedor siempre estaba ahí, pero tampoco hablamos ni nos mirábamos, pensé que todo iba a seguir igual, que él iba a amenazar a Peter o que me iba a hablar, pero no fue así, hizo lo que le pedí.

Peter todo este mes fue mi sustento, andábamos siempre juntos, reíamos, estudiábamos, escuchábamos música y bailábamos, siempre nos esperaba a mi y a Zack cuando íbamos a Ballet, todos los días de semana me quedaba en casa hasta las 8, que esa era la hora en la que tenía que estar en casa de Marissa, los fines de semana tenía que estar encerrada en casa con Zack o venía Peter a hacer maratón de series y se quedaba a dormir a Marissa le caía bien Peter y le alegraba verlo, le encantaba la pareja que hacíamos. Hoy sábado 6 de Octubre iba a conocer a los padres de Peter, estábamos yendo al hospital porque la hermana de Peter nació ayer, iba a conocer a su familia y estaba bastante nerviosa.

-Tranquila, son buena onda-dijo Peter sosteniendo mi mano y caminando por el pasillo del hospital-le vas a caer bien-me da un beso en la frente y después en los labios.

Entramos a un cuarto donde había una mujer en la camilla dando de amamantar a un bebé y dos señores sentados viendo al bebé, se dieron cuenta que entramos y los tres nos vieron.

-¡¿Ella es Jop?!-dijo uno de los señores, que era un señor con hermosos rasgos y tuve envidia de sus ojos verdes esmeralda.

-Pa, la vas a asustar-dice Peter-Jop el es mi Pa Hernán-señala al de ojos verdes y me saluda con un beso en el cachete-y él es mi viejo Fabián-señala al otro señor con ojos color miel claro, me sonríe y me saluda.

-Bienvenida Jop-tenia un acento particular.

-Ella es una amiga de la familia que donó su vientre para que mis padres puedan tener a esa hermosura de bebé, se llama Laura-dijo Peter presentándome a la señora que estaba en la camilla.

-Hola cariño-dijo sonriéndome.

-Hola-le dije sonriendo.

-La bebé ya se durmió, ¿Quieren cargarla?-nos preguntó Laura y Peter todo emocionado fue a agarrarla, lo seguí y estábamos los dos mirando a la bebe que Peter cargaba.

-Es hermosa-dije mirándola-felicidades-miré a los padres y ellos me sonrieron-¿Cual es su nombre?

-Taishmara-dijo Peter, era lindo nombre.

-Una foto-dice Fabián y Hernán sacó su celular, nos tomó una foto.

-Es muy pequeña-dice Peter y me miró sonriendo, sus ojos estaban brillosos y me pareció tan tierno, tenía ganas de besarlo, un flash nos captó y vimos a su papá tomándonos foto-Es muy pequeña-repitió y lo volví a ver.

-Esta bien Peter, no tengas miedo, vas a ser un gran hermano-le dije despacio, le besó en la frente a su hermanita y después me dio un beso a mí en los labios, me puse nerviosa porque sus padres nos vieron.

-Te pusiste rojita-se burló Peter y me mordí el labio para no reír.

La hora de visita se acabó y nos fuimos del hospital, los padres de Peter nos llevaron a comer a un restaurante donde el precio de cada plato era carísimo y servían poco, me daba vergüenza pedir algo y al final terminé comiendo la mitad del plato de Peter ya que le habían dado un montón, no quería hacerle gastar plata a su familia, la familia de Peter era demasiado alegre y me contaban todas las travesuras que hacía Peter cuando era un niño pequeño, reíamos mientras comíamos.

-Me acuerdo que Peter me encerró en el baño y no pude salir hasta que llegó Fabián-nos contó Hernán riendo.

-Cuánta maldad-dije mirando a Peter mientras reía, pasó un brazo por mi espalda.

-Soy una persona sofisticada-dice y nos reímos, Peter me miraba sonriendo y me hacía poner nerviosa.

-¿Como eras de pequeña?-me pregunta Hernán.

-También era una diablilla-dije riéndome-supuestamente mi papá una vez llene de barro toda mi casa, por fuera y por adentro.

-¡Ay no! Con razón están juntos, no sé si preocuparme-dice en chiste Hernán y reímos todos.

Al terminar de comer fuimos a la casa de Peter, su papá nos dio copas con un poco de champagne, para celebrar el nacimiento de su hija y que todo estuvo bien, sus padres se miraban y se veía el amor que sentían el uno al otro, la felicidad de los dos me hacía feliz, miré a Peter que también los estaba mirando, también vio que ellos se amaba.

-Felicidades al hermano-dije y me miró, hicimos brindis y tomamos un poco, después me dio un beso y sus padres chiflaron.

-Estamos acá todavía-dijo Hernán, Peter sonrió aun si separar nuestros labios.

Sus padres después se besaron.

-Nosotros también estamos acá-dijo Peter riendo.

-Puedes dormir en la habitación de visitas-dijo Fabian después de un tiempo-es tarde para que vayas a casa.

-Fabián, por favor, ya son grandes, no hace falta que duerman en cuartos separados-dice Hernán, me sonrojé al mismo tiempo, no sé qué me pasaba.

-Bueno, hagan lo que quieran-dice Fabián rindiéndose-nosotros nos vamos a descansar, mejor dicho yo voy a dormir mientras que Hernán ve sus series...

-Fabián, no tienes porque contarlo-se ríe y nos da un beso a los dos-que descansen bien, si es que duermen-sube las escaleras.

-Espero que solo sean silenciosos-dijo Fabián despidiéndose con un beso-buenas noches-sube atrás de Hernán.

-Lo siento, son muy fastidiosos-dije Peter avergonzado, miré la botella que estaba en la mesita y miré a Peter, sus padres ya estaban en su habitación.

-Son geniales-dije tomando lo que quedaba en mi copa.

-Puede ser-se sienta en el sillón y yo también lo hice-¿Vemos una peli?

Estuvimos viendo una peli o mejor dicho hablábamos mientras la peli pasaba, él estaba tan feliz con su hermana que no podía dejar de escucharlo ni de verlo, me gustaba que Peter sea así de transparente.

-Si alguien llega a romperle el corazón voy a pagarle a unos chicos para que le den lo merecido a quien se lo haya roto, porque dudo que yo pueda hacerlo-dice y me reí.

-Eres tan tierno-me burlé.

-Así te gusto-me guiña el ojo y nos reímos, lo besé y cada vez el ambiente se puso caliente.

Sentí estar preparada para dar el siguiente paso, tenía toda la confianza en él y me sentía bastante cómoda con él, sabía que me iba a cuidar como yo a él. Me puse encima de él poniendo mis piernas a cada lado, no dejábamos de besarnos, él me sobaba toda la espalda y desabrochó mi corpiño.

-Jop... ¿Estas segura?-me preguntó mirándome a los ojos asentí-si no quieres que siga dímelo, no quiero hacerte daño.

-Sé que nunca lo harás-dije besándolo.

-¿Vamos arriba?-asentí otra vez y fuimos a su cuarto, cerró la puerta y nos volvimos a besar.

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora