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Era viernes y fue el último día de escuela de mi último año, también era el día en que era el concurso estaba nerviosa y triste al mismo tiempo, estábamos atrás del escenario con Zack, aunque él seguía enojado no iba a dejarme sola en el concurso, la práctica de ayer fue la peor y tenía miedo de cómo nos iba a ir, eran tres bailes, miré por las cortinas, había un montón de personas, estaba entrando en pánico, supe que mi papá y mis dos abuela estaban por ahí y Peter también, habíamos prometido ir a cenar los tres después de bailar, hacíamos lo posible para que Zack no nos vea mal, pero él ya sabía que no estábamos juntos.

Caminé y fui a el camarín donde estábamos con Zack, estaba sentado en el sillón mirando a la nada en sus pensamientos, me senté a su lado, estábamos bastante distanciados.

-Zack...-lo llamé despacio.

-¿Qué quieres?-dijo molesto.

-Lo siento, de verdad quiero a Peter...

-Si, por eso andabas con mi hermano a escondidas.

Me miré al espejo, estaba vestida para el baile al igual que él, todos los que nos miraban bailar no iban a saber cómo nos sentíamos realmente, estábamos tan mal por dentro que con el maquillaje nos cubría todo, miré mis pies, tenía mis zapatos personalizados.

-No quería arruinar nuestra amistad-aguantaba las lagrimas para que no se arruine el maquillaje.

-Pero lo hiciste-era tan malo conmigo, se rió amargo-igual sabía que iba a pasar.

-¿Qué?-lo miré con el ceño fruncido.

-No es la primera vez que destruye una pareja y no es la primera vez que obtiene lo que quiere-me miró-y dime ¿Cuántas veces lo hicieron? ¿Cuántas veces se hizo el pobrecito para que le tengas lastima?

Iba a hablar pero escuchamos golpecitos en la puerta, él se paró y abrió la puerta.

-En 5 empezamos y necesitamos a todos en fila para salir al escenario a que empiece el concurso-hablo uno de los organizadores y salimos.

Nuestra profe de baile estaba acompañándonos, ella estaba más nerviosa que nosotros pero sabía controlarse, los bailarines eran buenísimos, tenía que dar todo de mí, el escenario era enorme y habían un montón de personas, miré a Zack.

-No creo que pueda hacerlo-dije agarrándome la panza, tenía muchísimo nervios.

-Si no lo haces no te perdonaré-dijo mirándome a los ojos.

-Eso es mucha más presión de lo que ya tenía.

-Imagina que estamos solos los dos bailando-dijo seguro de sus palabras, lo miré-imagina eso o pastillas para relajarte.

-¿Estas...?

-No, lo estoy haciendo por ustedes dos-dijo mirando al frente-No quiero que mi último día antes de rehabilitación con ustedes sea una mierda, además quiero ir a comer con ustedes.

-Zack y Jaroline-escuchamos nuestros nombres-salen en 3, síganme.

-Diviértanse-nos dice la profesora.

Seguimos al organizador y nos indicó cuando teníamos que salir, dijeron nuestros nombres y las personas aplaudieron, Zack caminó hacia en el escenario, me quedé paralizada, se dio cuenta que no lo seguí y miró hacia donde estaba, estiró su mano para que esté con él, negué, no podía moverme, el asintió y leí en sus labios "Si puedes hacerlo".

Caminé hacia él y volvieron los aplausos, agarré su mano, habían 4 jurados, dijeron la canción que íbamos a bailar y de qué salón de baile éramos, ese salón era conocido y había ganado varios trofeos en este concurso y recién me enteraba. Había muchísima más presión ya que los jueces decían que una de las mejores escuelas de baile y que nosotros al ser de ahí, iba a ser increíble.

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora