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En la semana nos juntábamos con Peter y cuando Zack se iba para no hacerlo sentir como excluidos recién nos portábamos como novios y unos días repetimos los sucedido en su casa.

Estaba en la limosina con Zack y Peter yendo a la fiesta de Austin, Zack estaba algo nervioso y Peter estaba durmiendo.

-¿Pasa algo?-le pregunté a Zack.

-Solo no me dejes tomar tanto, por favor.

Me reí y volví a ver por la ventana mientras sobaba la cabeza de Peter que estaba apoyada en mi regazo durmiendo como un bebé.

-Llegamos-dice Zack-despiértalo.

-Peter, despierta ya llegamos-dije en vos alta mientras lo movía, se despertó con los ojos rojos y algo despeinado.

-Yo no estoy hecho para las fiestas-dijo bostezando y sobándose los ojos.

El auto paró y nuestro conductor tardó un rato a llegar a nuestra puerta, salimos y Zack sabía cual era la casa de Austin, subimos unas escaleras y entramos a un departamento, había uno en la entrada que cobraba, pero Zack le mostró que fuimos invitados y teníamos entrada libre.

Estaba llenísimo y la música hacía temblar las paredes, nos fuimos a una esquina y estábamos tomando algo suave, había gente bailando el reggaetón que ponían, hablamos de cosas sin sentido como siempre, reíamos por alguna boludes.

-¡Jop!-Ludmila tocó mi hombro, nos saludó a los tres-¡Vayamos a la cocina!-nos llevó sin esperar ninguna respuesta.

Los chicos estaban ahí, todos con un cigarrillo menos Gabi que estaba con una botella.

-¡Al final vinieron!-Gabriel nos saludó y nos invitó una cerveza a cada uno, pero Peter y yo negamos.

Estábamos hablando, miré a Adam que me estaba viendo, se dio cuenta que lo miré, se volteó y siguió fumando.

-¡Vamos a bailar!-una de las amigas de Ludmila dice y fuimos a donde estaba toda la gente, empezamos a bailar al ritmo de la música.

Los chicos se quedaron en la cocina, estaba mirando a Peter, el único que conocía era a Zack y si Zack lo dejaba solo se iba a aburrir, tampoco quería dejarlo solo, Ludmila me dio un empujón para que baile con ella.

-No le va a pasar nada a Peter-dijo riendo.

Bailamos hasta que me dio ganas de mear, dejé a las chicas y fui al baño, me miré al espejo, me arreglé el pelo, salí rápido del baño y me choqué con alguien haciendo que mi remera se moje.

-¡Mierda fíjate por donde andas!-Gritó Adam, después me vio-Perdón, pensé que...

-Si, no importa-busqué papel en el baño.

-Perdón...

-Ya está, no importa-dije secándome mientras miraba mi remera por el espejo.

-Nena-me agarró del brazo, volteé a mirar su mano y después lo miré a él, me soltó-Perdón por lo que te dije...

-Esta bien, tampoco importa-dije sacándole importancia, aunque estaba nerviosa por hablar con él, en el baño, por suerte con la puerta abierta.

-Mírame cuando te hablo.

-¿Que es lo que quieres?-volteé a verlo-Estas perdonado, listo, pero no te quiero en mi camino, estuve bastante bien con dos grandes chicos, que la verdad me hacían sentir importante en su vida, no como vos-tire el papel a la basura-hago lo que me dijiste, que me aleje de ti y ya no me importas.

Salí y fui a la cocina, Zack y Peter estaban con los ojos desorbitados, mirando cualquier cosa, Gabriel y Austin se reían de los dos, me enojé con ellos.

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora