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Tóxica.
Así era nuestra relación y aunque ambos éramos consciente de ello no podíamos mantenernos alejados.
Él era fuego. Yo era aire.
Él lo era todo. Yo podría ser nada a menos que necesitara a alguien para consolarlo.
Él claramente podría ser la noche. Yo claramente podría ser el día.
Él era negro. Yo era blanco.
Un perfecto yin-yang con un punto en común: Desastre.
Podríamos ser la naturaleza; tenía sus días hermosos, cálidos y brillantes como también podía tener sus días oscuros, con relámpagos y lluvias.
Jack era y siempre seguiría siendo Jack. Un chico impulsivo, explosivo y energético.
Yo era y siempre seguiría siendo yo. Una chica insegura, temerosa y débil.
Pero cuando nuestras manos se juntaban lograban un choque eléctrico. Cuando sus labios se posaban sobre los míos era el comienzo del caos, era la caída más profunda que siempre recordaría pero que debía volar lejos...
Dicen que no existe un amor más grande que el propio y que si no te sientes bien estando en un lugar por tu felicidad debes marcharte.
No podía vivir siempre con la sombra que a él no le permitía avanzar. No podía quedarme siempre secando sus lágrimas y palmeando su espalda cuando su corazón estuviera roto.
— ¿Que quieres decir? — pregunta en un susurro comprensible.
Alzo la vista al cielo. Está muy estrellado esta noche y me da la calma que necesito.
— Que debemos dejarnos ir Jack — repito. — Debemos dejar de ser egoístas y por el bien de ambos alejarnos.
— ¿Por qué? — suspira y pasa su mano derecha por su cabello. Cuando hace este gesto muerde su labio inferior.
— ¿Por qué? — elevo una ceja. — La respuesta es simple, es sencilla Jack. Nos hacemos daño.
— No, no hables por mi — me señala. — Tu me haces bien, tanto bien que llega a asustarme.
— Pues entonces hablaré por mi — suspiro. — No puedo seguir siendo algo temporal para ti. Un día me buscas, me das toda la atención del mundo y cuando ella aparece yo paso a ser invisible, no es justo.
— ¿Y crees que lo mejor es esto? ¿Olvidarnos? —
— No hables como si existiera algo que podría colocarse en un plano plural — lo corto. — Nunca hemos sido nosotros, sin embargo, siempre ha sido tú por una parte y yo por la otra.
— Olvidando que cuando cae la noche somos siempre uno... — destaca.
— Intentas retenerme y eso no va a ocurrir más. Sería un acto masoquista quedarme a tu lado siendo consciente del daño que me causas —
— ¿Es entonces masoquista desear que te quedes junto a mí porque te quiero? — pregunta.
Proceso lo que ha dicho y antes de responder dejó un corto beso en sus labios.
— El día y la noche nunca han podido estar juntos en una misma puesta y nosotros Jack nunca hemos podido estar juntos como una pareja — murmuro.
— ¿Hay algo que yo pueda hacer para que seas feliz? —
— Dejarme ir — respondo.
Su mano suelta la mía y está claro lo que hace: Me está dejando marchar por mi felicidad.
— Deseo que empieces a brillar muñeca... —
— Y yo deseo que la oscuridad nunca opaque tu luz Gilinsky —
N/A: ¡ESPERO QUE LES GUSTE Y LE DEN MUCHO AMOR! 👀💞
Si han leído mis obras "She" y "This is me" les informo que está disponible el tercer libro de esta increíble historia.
Esta vez narrando por un personaje muy querido, inquieto y sentimental.
¿Tienen alguna idea de quién puede ser? Bueno pues, dense una vuelta por allá y verifiquen si su respuesta fue correcta. ❤️☁️
