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Caminaba con pasos apresurados buscando solo un rostro.
Mi corazón dolía y aunque aquel termino nunca sería literal era el más cercano a lo que estaba sintiendo.
La música retumbaba en mis oídos impidiendo concéntrame.
Me detuve; no para tomar un respiro, no para seguir buscándolo, no para calmarme... Me detuve porque frente a mis ojos estaba él, con una chica.
Ambos sonriendo hasta más no poder, disfrutando de la "maravillosa" noche, juntos.
Sentí que el mundo se detuvo cuando sus labios hicieron contacto.
No era una alucinación.
— Shawn — llamé en voz alta. El nombrado paso su vista por todo el lugar, hasta que dio conmigo. — ¿Esto era lo tan importante que debías hacer? ¿Donde está tu madre? Porque no la veo por aquí.
Se escucho un Ohhh en coro; aquellos eran sus "amigos".
Su mirada fue una cargada de rabia y debo admitir que no me sorprendía.
Shawn era una persona... ¿Peculiar?
— ¿Quién diablos eres? — escupió con asco.
— ¿Que quién diablos soy Mendes? — pregunté sorprendida. — Soy esa jodida persona que confió en ti, soy esa jodida persona que creyó en tus palabras, soy esa persona que... Sabe tus secretos.
— Solo voy a decirte dos cosas ¿okay? — dijo acercándose. — Número uno, si digo que no te conozco es porque simplemente no lo hago niña y número dos, decir que "sabes" mis secretos estaría poniéndote en peligro.
— He estado en peligro desde que te conocí —murmuré.
— Ahora pequeña, te aconsejo que te marches, este no es lugar para ti — susurró en mi oído.
Pestañeé varias veces procesando lo que había hecho; mi mano había salido disparada hacia su mejilla.
— Te detesto ¿escuchaste? — dije. — No vuelvas a buscarme, no vuelvas a llamarme y sobre todo no esperes a que esté cuando tu pasado y presente no te permitan dormir.
— Pequeña... No lo entenderás ahora — dijo audible solo para nosotros dos.
— Pequeña una mierda Shawn, no vuelvas a llamarme así en tu vida —
Dicho esto giré sobre mis tacones lista para marcharme.
Ya podía permitirle acceso libre a las lágrimas, ya podía llorar sin importar nada.
Ahora tenía el corazón roto, los pensamientos vueltos un lío y al chico que amaba perdido.
