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— ¿CUANTAS VECES DEBO DECIRTE QUE ÉL Y YO SOLO SOMOS AMIGOS AARON? — gritas.
Me cruzo de brazos antes de responderte.
— Lo nuestro comenzó de esa manera, ¿que me hace pensar lo contrario? — pregunto alzando una ceja.
— ¿Sabes? Estoy harta de ti, en ocasiones deseo nunca haberte conocido —
Te miro sin decir nada, permitiéndote que continúes expresando como te sientes.
Cuando finalizas te doy la espalda mientras observo por la puerta de cristal que da al balcón de tu departamento.
— Aaron... — Me llamas en susurro.
Me quedo quieto, esperando a que sigas recordándome cada error que he cometido, cada locura... Más sin embargo, no lo haces.
Te haz quedado en silencio.
Siquiera puedo girar y mirarte porque todo mi mundo se derrumbará, soy débil ante ti.
Ambos estamos rotos, pero créeme... Yo lo estoy más que tú.
— ¿No dirás nada? — preguntas.
Dejo escapar una carcajada sin gracia pero no respondo a tu interrogante.
— Lo siento ¿vale? Todos en nuestras vidas hemos dicho cosas que no son ciertas cuando nos enojamos A, no fue mi intención lastimarte y en serio lamento haber dicho eso —
Me alejo de ti cuando llegas a mi lado y me abrazas por detrás.
Tomo mi chaqueta junto a las llaves de mi auto y me digo mentalmente que lo mejor para ambos esta noche sería dejar las cosas como están.
— Buenas noches — digo.
Sueltas un sollozo y aunque me duela verte así decido que ya es momento de irme.
Camino hacia la puerta principal y me detengo en seco cuando haces mención a mi nombre una vez más.
— No — digo soltando una corta risa fingida. — No trates de hacer que me quede... O preguntar si estoy bien, porque no sé la respuesta.
— Antes de que te marches... Quiero que sepas que te amo con locura y que en serio me arrepiento — dices con la mirada perdida.
Giro el pomo de la puerta sin decir media palabra y me marcho.
Yo también te amo con locura.
Conduzco camino a casa, pensando en todo y a la vez en nada.
Siento que la carretera se ha vuelto más larga o tal vez sea porque realmente no estoy bien.
"La media noche no dura para siempre y la oscuridad se convierte en luz"
Serían las palabras exactas que utilizaría mamá.
— Buenas noches joven Carpenter, ¿se encuentra bien? — Pregunta el seguridad una vez que llego a casa.
Suspiro.
La angustia no dura para siempre, voy a decir que estoy bien.
— De maravillas — miento.
Está noche solo soy yo y una amplia cama vacía.
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