Iba a encarar a Taehyung. Ese día (antes de que se dieran los resultados de manera individual), el menor le lanzó una mirada cargada de odio mientras se daba media vuelta. Estaba seguro de que no había sido por la vez en los baños, porque el mismo Taehyung lo negó, pero ahora actuaba como el resto de sus compañeros, y necesitaba (por alguna razón) pedirle perdón si le hizo sentir mal.
—No quiere que le hables.— Se detuvo antes de chocar con SeokJin. Era uno de los entes más insistentes; nunca le dijo sus experiencias de vivo, aparecía cuando se le daba la gana, le decía cosas sin sentido y a veces hacía que Yoongi le permitiera a toda la clase escucharlo para asustarlos con “la voz que canta de la mismísima nada.”. Aún no sabía como hacía eso.
—No sé de que hablas, maldito raro superficial.— Intentó rodearle, para él, la presencia de Seok era física y no quería quedar como el estúpido que chocó con la nada.
—Hey, hablo de Tae. Lo estás dejando sin amigos, ya no quiere que te juntes con él— Le miró sobre el gran hombro del alto. Taehyung comía una ensalada de frutas, separando los rojos de los verdes para comerse los amarillos primero. Un sabor amargo le recorrió la boca.—, ¿Te agrada? A mí me agrada. Me gusta que te juntes con él.
—Cállate.— Gruñó por lo bajo, dando media vuelta. Era verdad que la actitud de Taehyung era agradable, pero no iba a morirse si no se volvían amigos y entendía si desagradaba al moreno; ¿Qué esperaba, de cualquier forma?
Viio hacia abajo, en su mano tenía una bolsa con un poco de melón que había comprado para el otro, sabiendo que ese día comía fruta.
—¿Por qué no se la das?— Yoongi se mordió el labio, esperando que el grupo de otakus pasara para poder hablar con la nada que SeokJin representaba para otros.
—Porque tú me dijiste que le desagrado.— El fantasma asintió desganado, ahora caminando a la derecha del menor.
—No exactamente, la gente te repele, y él quiere amigos— Rodó los ojos, siendo honestos, aúnque ese era su propósito no entendía como la gente en verdad le miraba con asco.—. Dejala en su pupitre, suele llegar antes para comerse algún dulce que tenga en la mochila y el melón le gusta mucho.
Yoongi dudó un segundo de las intenciones de Jin. Era esos entes que vigilaban a los vivos, los amables que podían estar pagando el purgatorio de esa forma, o los miserables que intentaban arruinarle la vida a alguien. No había forma de identificarlos.
—¿Por qué insistes?
—¿No es obvio? Ya dije que me agrada Tae, y tú luces un poco menos tenso cuando estás con él.— Se encogió de hombros. Era verdad, pero no se daba cuenta.
Antes de meditar un poco, llegó al salón de Taehyung donde se quedó buen rato observando la puerta; no quería causarle más problemas al menor, pero el melón le había costado bastante y a él no le gustaba. Se avergonzó de sólo pensar que el detalle era para el menor.
—¡Aquí viene, aquí viene! ¡Te dejo, te estaré viendo, si ocupas ayuda levanta tu pulgar!— Miró a SeokJin antes de que se cubriera la boca y tumbara de espaldas, cayendo al piso mientras desaparecía. Alcanzó a recobrar el sentido cuando escuchó la puerta del salón abrirse. Pudo tomar a Taehyung de la cintura antes de que entrara, retirando la mano cuando se dio cuenta de lo que hizo. El menor le miraba nervioso por estar a solas en el pasillo. Admitía que había sido algo grosero, y se mentalizó para dejar de rechazar los intentos de acercarse por parte de Yoongi.
—Te compré un melón.— Taehyung parpadeó confundido un par de veces. Yoongi levantó el pulgar.
—Tonto, dile que es a modo de disculpa.
—Es una manera de pedirte disculpas.— Murmuró, alzando la bolsita de papel que el menor tomó con dos manos por cortesía.
—¡¿Por qué no dices nada más!? Dile: “Lo siento por hacer que la gente te repela como me repele a mí”, ¡No lo sé! Actuas como colegiala japonesa.— Yoongi gruñó mirando al suelo, haciendo que el menor diera un respingo.
—Lo siento... Es sólo que he notado que por mi culpa no haz podido hacer amigos.— Apretó los labios, mirando la expresión angustiada de Taehyung. Seguro le iba a pedir que no volviera a hablarle.
—¡Vete, lo asustas!
Abrió la boca para responderle a SeokJin, pero recordó que él estaba muerto. Sería como hablarle a Taehyung, si lo hacía y se excusaba con el fantasma, quedaría como un loco. Prefería terminar el corto y cómodo contacto que tuvo con el menor de buena manera.
—Me voy. Lo siento, en serio.— Se dio media vuelta. Taehyung gritó su nombre justo cuando sonó la campana, así que Yoongi no le escuchó.
—Podrías darle más regalos— Yoongi gruñó—, Taehyung es bastante tierno, necesita muchos mimos— Suspiró. Sonaba bien, le agradaba la idea. Cuando era niño, siempre quiso alguien a quien querer.—, necesita amor, y cariñitos.
—Tal vez necesita amigos, y conmigo no los puede tener.
—O tal vez te necesita a ti.
Yoongi se detuvo.
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daddy issues ✾ taegi/yoontae
Acak『 Me encanta que tengas traumas paternales, y yo también los tengo.』 Yoongi tiene ese quién sabe qué, Taehyung lo nota, y sobre todo lo siente, porque con Yoongi puede refugiarse de una manera en la que nunca pudo hacerlo en casa. Y Taehyung es todo...