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Yoongi golpeó la mesa con su índice dos veces, pensando si debía contestarle o no a Jeongguk por skype. Jimin estaba recogiendo las cajas de pollo.

¡Hyeong!— Chilló Jeongguk.—, ¡Hoseok pidió que lo unieramos a la llamada cuando contestara!

—¡Pero ya son las nueve, tardó una hora en contestar, hyeong!— Fue el turno de Taehyung para quejarse, haciéndole fruncir el ceño por el uso de “hyeong” y no “papi”. Quizá las vacaciones empezaban a ponerlo de malas.

—Estoy en Seoul. Me encontré a tu amigo Jimin saliendo de turno, estamos comiendo en KFC.— El bajito apareció colocando la bandeja sobre la mesa algo extrañado de escuchar su nombre. También era un poco incómodo comer con Yoongi, puesto que apenas lo conocía. El blanquino hizo una seña para que se acercara; los ojos de Jimin se iluminaron al verle.

—¡Taehyung–ah!

—¡Jimin–ssi!— Pegó el rostro a la pantalla, dejando ver sólo uno de sus ojos y parte de su nariz. Yoongi volteó a la comida, se sentía un poco extraño gustando de ver con tanta admiración los preciosos lunares en la piel morena del chico.—, ¡Tiempo sin verte! ¿Estás enseñándole Seoul a mi papi?— El bajito rió enternecido, haciendo dos medias lunas que Yoongi apenas notó.

—Sólo vinimos a comer algo de pollo, no creo que tenga tiempo de enseñarle algo de Seoul— Ambos menores sonrieron con cariño.—, quizá si un día vienes les pueda enseñar a ambos lugares preciosos, el río Han, la torre Namsan, algún museo. Creo que también podría darles un recorrido por las instalaciones de line friends.— Taehyung tomó un brazo de Jeongguk para pasarlo sobre sus hombros con una risita.

¿Enserio? Ah, papi cocina muy rico, ¡Estoy celoso!— Jeon rodó los ojos también sonriendo, para después entrelazar sus manos con Tae.

—Tae, estamos en KFC, yo no cociné— Una mueca inconforme surcó en su interlocutor, Yoongi dejó salir una risita tierna exponiendo sus encías tras ver el puchero del menor.—, Jeongguk–ah, ¿Puedo ir a tu casa a las tres?— Miró a Jimin por el rabillo del ojo; estaba incómodo, él no era cercano a nadie y probablemente tampoco tenía a nadie.

—Sí, ¿Tres de la mañana?— Dejó salir un chillido frustrado cuando el blanquino le asintió, pero no estaba en contra. No era de tener amigos, pero siempre quiso esa clase de reuniones improvisadas.—, está bien, hyeong. ¿Se quedará a dormir?— Jeongguk volteó nervioso a otro lado cuando se dio cuenta de la pregunta estúpida que había hecho.

—Si dormimos sí, ¿Hay lugar para cuatro? Tal vez deberíamos dormir en mi casa.— Estaba un poco feliz de ver a Taehyung tan relajado luego de (literalmente) ser echado de su casa, así que quería pasar tiempo con él para asegurarse de preservar esa alegría. Jeong miró algo confundido a su mayor, sólo para alzarse de hombros.

Podemos dormir en la sala, mi apartamento no es muy grande, así que tengo una litera en mi cuarto, pero creo que podemos dormir dos en cada cama.— Jimin acomodó ambos codos sobre la mesa, sintiéndose aún más fuera de lugar. Sus falanges empezaron a jugar en el cabello esponjoso, intentando no prestar atención a la plática.

—Está bien— Ambos dejaron de ver a la cámara, el mayor reflexionando el hecho de no haber comentado nunca el porqué era que inició la videollamada.—. Empieza a comer, por favor. Voy a colgar.— Ambos menores hicieron una mueca de fastidio antes de despedirse rapidamente, a sabiendas de que el otro sólo apagaría el móvil. Jimin sacó con algo de timidez una pieza de la cubeta y abrió con la otra mano un bote de puré. Sus ojos se iban cristalizando conforme acercaba la comida a sus labios.

—... No sé qué mierda hacer— El encargado del local suspiró detrás de la barra; Yoongi miró la hora por el teléfono e igualmente suspiró, pues eran sólo tres clientes, contando a ambos. Lo más probable es que estuvieran en el cierre. —, voy a ir a la puta cárcel, ni siquiera estoy en su base de datos, no soy un empleado esclavizado que pueda levantar una demanda en contra, soy un maleante que prendió fuego a la merma más grande de la tienda.— El ruido fue disminuyendo gradualmente cuando ambos televisores en el área de niños fueron apagados. El chico que se encontraba comiendo en la otra mesa se fue a tropezones, casi cayendo en el intento. Se sentía horrible, el solo hecho de estar sentado con Jimin, podía tocar la culpa, casi temblaba del miedo.

—Ya tienes dónde quedarte— De inmediato, el blanquino mordió el shark bite, admitía que algunas veces hablaba sin pensar.—, sé que no me incumbe, pero no quieres ir a la puta cárcel, y yo puedo darte un lugar en casa.— Puso los contenedores de puré y ensalada dentro de la cubeta, el joven tras la caja los miraba mal.

—¿No sería peor... huir?— El mayor rió. Era verdad, estaba huyendo de la policía, pero de igual manera le parecía de cierta forma exagerado, quizá no tan relevante. Es decir, ¡Jimin había sufrido una injusticia enorme! No había sido la forma correcta de actuar, pero la impunidad debería tener un costo.

—Tal vez, pero eres muy joven como para ir a prisión por algo tan insignificante. Además, Daegu es bonito.— Intentó ignorar las lágrimas de Jimin, pero imaginar a su bebé en esa situación y sin apoyo de nadie, por lo que puso una mano temblorosa en su hombro.

—¿Crees que me estén buscando?— Se miraron a los ojos; era tan incómodo, sin conocerse, sin saber si debían confiar.

—No nos importa. Tú vives en Daegu.— Una sonrisa salió de sus labios, liberando la tensión.

 daddy issues ✾ taegi/yoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora