daddy issues ✾ taegi/yoontae

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Dos días después de ese incidente, Taehyung se encontraba en la zona comercial de Seoul buscando a alguien que sustituyera a Kingu. Pensó que esa era una buena forma de deshacerse de su zona de confort, que podría dar un paso a su problema, pero creyó mal, y había estado pagando muy caro por eso.

—Buenas tardes, hmn— Se cubrió la boca tras hablar, la sudadera holgada cubría sus dedos haciéndole ver un poco tierno.—, quisiera ver su colección de osos de felpa.

—Claro, ¿Para niño, o para niña?— El joven preguntó. Tae casi se sonroja por la eyesmile tan perfecta.

—Para mí.— Se vieron a los ojos un largo momento. Sin decir nada, el joven se levantó para guiar el camino a la sección de bebés, los osos eran un poco más grandes que los de niños mayores de cuatro años, todos se veían suaves, esponjosos. Sus ojos brillaron.

—¡Estos son los mejores! Soportan lavadas extremas, que sean arrastrados, maltratados, mordidos, elige el que quieras.— Dio una sonrisa nueva, le miró con los brazos cruzados, como si aquella recomendación fuera su mayor orgullo.

—Tenía un... Pequeño, lindo murciélago, sus alas eran dos corazones, lo compré aquí hace cinco años y... No sé... Si sepas de uno igual.— Ambos se mordieron el labio. Al joven le parecía más que llamativo todo de Taehyung.

—Hace un año no manejamos ese modelo, pero tenemos un caballo morado con alas en forma de corazón, es rechoncho, tiene nariz chata y sinceramente parece murciélago. — Se ríe, Taehyung baja la cabeza aún avergonzado.

—¿Puedes darme dos?— Vuelven a caminar, los estantes se vuelven más altos al avanzar, se detienen en una sección con unas cuantas cunas de muestra.

—Están en la tercera fila de la quinta columna, si me puedes hacer los honores— Señala, Tae no duda ni un segundo en tomar dos, casi chillando por lo bien que se sienten.—, por cierto... Soy Jimin. Estoy a tú servicio.— Le guiña el ojo, pero el otro apenas lo nota.

—¿Me vas a cobrar con eso?— El bajito ve donde señala; es la pistola con la que verifica los precios y productos en existencia.

—No, no. Debemos ir a caja.— Tae quiere saber más de Jimin. Le parece bastante agradable, pero se límita a comprar su vergonzoso producto y llevárselo en la mochila de rueditas que dejó en la entrada.

Mañana podía ser un mejor día.