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Jeongguk quería seguir durmiendo a pesar de que fueran las dos de la tarde; él junto a Tae se durmieron pasadas las cinco de la mañana pero aún así sentía que ocho horas (y poquito más) no eran suficientes.

—Contesta— Tae masculló, con el rostro contra la almohada y cubriéndose el rostro con la sabana hasta la coronilla. Jeon se dio la vuelta para darle la espalda e ignorar nuevamente el sonido de la videollamada de skype. No sabía, ni le importaba quien era.—, ¡Jeongguk–ah! Ten piedad y hazte responsable.— pataleó nuevamente el alto. Ambos se atrevían a decir que sentían su teléfono vibrando en la tela sobre ellos, pero no tenían ganas de nada, menos de contestar una llamada.

—Yoongi lo puede apagar.—Balbuceó, se acomodó para alejarse del mayor y cuando abrazó la almohada fue que todos los cables en su cabeza se conectaron, obligándolo a sentarse como si le hubieran pinchado con un alfiler.

¿Dónde estaba Yoongi? ¿Cómo es que Tae y él estaban tan cómodamente cubiertos e incluso con almohadas? ¿Estaban en su cuarto? ¿Habían cambiado las camas a la sala?

Yoongi... Apenas recordaba lo que sucedió la noche pasada; no sabía si su mente estaba bloqueada, o quizá sólo estaba todo tan fresco que aún no lo procesaba, no es como que hubieran hecho algo malo, sólo había desenterrado algo sumamente importante, y a pesar de tener un sentimiento de simpleza que era parecido a flotar en el agua, aún no entendía, quizá sólo no aceptaba, ¿Qué había sido todo? Los golpes en la madrugada junto con todas esas... Cosas en su casa, el llanto sin razón alguna al calmarse una vez acostados en la sala, y finalmente el cálido abrazo que le hizo caer dormido hasta hace minutos que las muchas preguntas le quitaron el sueño. Un sonrojo furioso cubrió sus mejillas cuando su mente tomó especial atención a la plática con Yoongi que aparecía borrosa en sus recuerdos, por lo que tomó su teléfono de manera agresiva y contestó sin pensarlo. Apenas logró alcanzar el último timbre.

La sonrisa radiante de Hoseok le recibió como un saludo matutino; saludándole con el brazo de un chico sobre sus hombros, le recibió sentado en un columpio, con el sol iluminandole apenas (Jeongguk suponía que estaban debajo de un árbol, o de alguna sombrilla). Se miraron varios segundos sin saber si ya estaban en vivo o la pantalla estaba congelada, fue hasta que Hoseok comenzó a reír bastante divertido que se dieron cuenta de que ya estaban en la llamada; estuvo a punto de caer por la risa, pero el chico detrás suyo le sostuvo con el brazo por los hombros y el otro por la cadera. El menor estaba aliviado de que Hoseok no se hubiera dado ese golpe con la caída.

¡Kookie! ¿Sabían que hay una feria? Abrió hace poco, a Nammie le dieron un folleto, ¡Puede que esta sea la última vez que vienen...! Ahh, pero está en Ilsan, ¿Creen poder venir?— Jeongguk negó apenas el mayor lo pronunció, la verdad si se sentía más relajado con Hoseok, y aún si la oferta era tan tentadora no podía aceptarla. Estaba muerto: no literal, pero sí que sentía cada parte de su cuerpo entumecida, los músculos tensos y la sola idea de salir de casa (sin irnos más lejos, apenas la idea de levantarse para entrar a tomar una ducha) le generaba un cansancio de los que cobraban factura antes de los hechos, esos que de sólo pensarlos te hacen sentir fatiga.—, ah, lo supuse, pero quería intentar.— Murmuró por lo bajo, haciendo pucheritos sin dejar de ver a la cámara.

Ho mostró un puchero real sin darse cuenta, no cómo los juguetones de hace un rato, si no uno verdaderamente decepcionado.
Jeon estaba curioso acerca de saber con quien estaba su mayor, tenía tantas ganas de averiguarlo que en algún momento por cortos instantes, cuando volvió pensar en la presencia de Hoseok tuvo una alegría fugaz en su estómago. 

 daddy issues ✾ taegi/yoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora