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La relación de Yoongi y Taehyung era suficientemente extraña; de un momento a otro, escucharon a ambos llamarse “papi” y “bebé”, casi no hablaban y era extraño verlos salir juntos a algún lado fuera de la escuela.

Yoongi daba miedo, no sólo por la cantidad excesiva de piercings que tenía, o porque siempre que se sentía inconforme estuviera a punto de arrancarse cualquier perforación en el labio, ni por los rumores recorriendo todo el plantel o por su ropa con estilo gótico; iba más allá: por su voz grave, por el maquillaje tétrico, actitud agresiva, por el filtro poco frecuentado en las conversaciones en las que era partícipe... Y Taehyung era el pastelito de chocolate del salón. Usualmente alegre, intentando ayudar a otros, con una sonrisa bien marcada en el rostro, hábitos extraños que mejoraban el ambiente en cualquier sitio, palabras de aliento para todos y cada uno de sus compañeros en una mala racha, sudaderas holgadas en tonos pastel a mitad del muslo que resaltaban su adorable sonrisa, accesorios en el cabello con deje infantil que lo mostraban como un chico inocente, pasitos de baile mientras se formaba para entregar un trabajo, lo que uno espera que termine en una relación formal con una chica de actitud extravagante como DaeYeon, ZhenXīau (una extranjera de estatura baja con mejillas enormes), no en una extraña amistad llamándole papi al chico que te trae comida basada en tu dieta personal, o por lo menos no esperaban que se llevaran tan bien como para abrazarse en los pasillos y repartirse besos en el rostro por la cafetería, sentarse en sus piernas, escaparse detrás de los edificios.

Celar a un nivel más allá de lo racional, en el caso de Yoongi, que no soportaba sentir el rechazo de Taehyung cada vez que se recostaba en el suelo para mensajear con Hoseok, el hijo del director con quien tuvo un más que claro clic que demostró su afinidad tras la primera broma.

—Me pregunto cuantos amigos necesitará hacer TaeTae para que te arranques el arete— El pálido soltó el labret tras escuchar a DaeYeon acostada sin muchos ánimos sobre el regazo de Jeongguk.—, ¿Quizá hasta que terminen? Quién sabe.— Suspiró, haciendo que Yoon frunciera el ceño apartando la vista de su bebé, quien estaba más que distraído escuchando un mensaje de voz con los audífonos puestos.

—¿Disculpa?— La encaró, haciendo que se encogiera de hombros.

—Sólo digo que a veces exageras mucho las cosas cuando se tratan de tu novio.— El mayor tomó una bola de papel de su mochila y se la arrojó a la cara, haciendo molestar a la pelinegra.

—No es mi novio, ni siquiera me gusta. Él absolutamente no es mi tipo.— Se justificó, mirando con mejillas rosas a Taehyung, el moreno se estaba intentando agarrar el mullet rubio con una liga amarilla de patitos. No le gustaba. Taehyung era demasiado tierno para sus estándares. Taehyung tenía demasiados lunares y él no tenía la paciencia de besarlos todos. Taehyung era demasiado ingenuo para su corazón. Taehyung era demasiado inocente como para todas las cosas que–

¿Qué demonios? Taehyung era hombre, y eso era una razón suficiente.

—Yoongi hyeong, eso fue muy cruel— Jeon se agarró el pecho con el ceño fruncido, intentando bufar pero haciendo como si un perro estornudara.—, ¿Que hubiera pasado si TaeTae le escuchaba?— Miró a SooLing asentir con tristeza apartando la vista de donde escribía su fanfic; le había roto el corazón.

—Probablemente él hubiera saltado, “¡Cómo son capaces de creer que me gusta mi papi! Es mi papi, y ya está”. Eso es lo que diría.— Subió el tono de voz para imitar a Taehyung, asustando a sus amigos. Dae le devolvió la bola de papel golpeándole con ella en la cara.

—¡Eres un estúpido! Es obvio que le gustas a Taehyung.— La chica miró al bajito rodar los ojos, como si dijera algo estúpido.

—Es más probable que le guste Jung Hoseok.— Gruñó, Soo bajó el celular con ojos brillantes sobre Yoongi. Había guñido por Taehyung, estaba actuando como un animal, y lo hacía por celos.

 daddy issues ✾ taegi/yoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora