ESTOY CONTIGO #2

CAPÍTULO 4

ALAN

Han encontrado más donantes en menos de doce horas, y la sangre que Tomas dono junto otros ya se la suministraron a Emma y solo falta esperar como su cuerpo la recibe. No me cupo la felicidad cuando una luz ilumino la mirada del doctor. Toda la familia estuvo para presenciarlo y unos contra otros se abrazaron. Mi padre estuvo al tanto de todo, tanto con las donaciones como también de la empresa, no dejaba de preguntarme sobre los negocios en Alemania, quería contarle lo de compromiso, pero si lo hago no es por la empresa, lo haría para comprometerme con Emma y tenerla completa para mí. Pero, tendré que esperar que mi bombón despierte y me diga aceptar ser mía para siempre.

Marcus y Niko propusieron ir a un pequeño bar antes de tomar nuestros caminos. Acepto por unas copas en compañía que no me saldría mal antes de ir a lo mío. El establecimiento es pequeño con pocas sillas y la luz ilumina poco, pero apta para reconocernos. La música suena bajo y hay pocas personas por lo que aprovechamos a pedir cervezas.

-¿Es que ya no tienes amigos? – pregunta con sarcasmo Niko cuando chocamos las botellas.

-Todo lo que traigo en la cabeza no me da para nada, ni para tomarme un tiempo de tranquilidad. Aprovechadme que después de esta cerveza es poco lo que me verán. – les digo riéndome de lado, pero ellos se quedan serios. ¿Qué pasa?

-No eres el mismo Alan, el que se deja ver en cualquier lado. El chico por el que las mujeres se morían y el que follaba en cada fiesta. – comenta Marcus elevando los hombros.

No puedo decir que lo extraño, porque desde que llego Emma a mi vida, las otras mujeres y mi vida de hombre rico, ha muerto. Ahora lo que me parece más fabuloso es tomar su cintura con precisión y besarla a mi manera; sentir su pulso acelerado y su boca entreabierta templando para ser arrancadas por mis labios.

Tomo más cerveza analizando lo que podre decir. Niko y Marcus han sido muy amigos míos, y desde que salí de la cárcel me han apoyado, como también nunca me han traicionado como lo acaba de hacer Scott. Siempre están conmigo sea en las buenas y en las malas, y cuando dejo de hacer algo siempre preguntan el porqué.

-Tengo motivos para hacerlo. No pienso dejar a Emma por una puta que solo me da su coño. – aprieto los labios con fuerza. – Creo que ahora me lo pudo quitar el sombrero a Niko. Puedo entender que es el amor.

Los dos ríen alzando sus botellas.

-Ya te digo que también me puedo quitarme el sombrero, porque Sara me tiene caminando en dos manos. – hace un gesto de aprobación Marcus.

Hacemos un par de bromas hasta que uno de los dos, pregunta cambiando de tema con interés sabiendo que lo puedo hacer no es nada bueno.

- ¿Qué harás con Scott?

Quiero acabar con esto de una buena vez, quiero que todos se alejan de nosotros, quiero que nos traten como personas desconocidas, quiero matarlo. Me siento fatal e irritado por todo, llevo días sin dormir y es poco lo que me alimento, mientras me intentando solucionar las cosas, pero entre más lo haga, siguen llegando malas noticias.

Me acomodo poniendo las manos sobre la mesa entrelazando los dedos.

-Removeré cielo y tierra, para matarlo.

En realidad, Scott no merece la muerte, sería como darle el descaso por todo, lo ideal sería torturarlo y hacerlo sufrir lentamente hasta que su corazón se detenga. Nada más gratificante que ver a las personas que odias pedir perdón por todo el daño. Los dos se miran extraños. Desde que salí de la cárcel piensan que dejé el vandalismo.