EMMA
Las personas giran a vernos y un mesero que pasa por nuestro lado, se detiene para vernos discutir. Me hierve la sangre de tanto enojo, no puedo creer que me haya pasar semejante humillación. Me doy la vuelta y salgo del restaurante a trotes, bajo las escaleras corriendo y tomo la avenida sin saber a dónde llegar. Los pasos fuertes de Alan se acercan y al sentirlo acelero el paso, pero es más ágil que yo y me toma del codo devolviéndome.
-¡Suéltame! – intento zafarme.
-No te vas a ir. – insiste con voz gruesa.
Al mirarlo lleva una marca roja en la mejilla, parece ser que le duele porque el rojo sigue creciendo y al tocarse hace gesto de dolor. Me entra la gana de darle un beso y pedirle disculpa, nunca lo había golpeado de esta manera, pero se lo merecía y creo que otro lo le vendría mal.
-No eres nadie para impedirlo. Te crees la mayor cosa controlando mi vida, no es así, ¡déjame en paz!
-Cortas la relación y a los días sales con chicos, ¡qué bonito!
-¿Me estas llamando Zorra? – pregunto ofendida.
-¡¿Qué?! – pregunta alarmado en tono muy grotesco. – Cuida esa boca. Jamás te trataría de esa manera. Que locura contigo. – sacude la cabeza.
-No me vengas a criticar, cuando hace un rato te dejabas tocar por una "maldita"
-No sabes lo que dices.
-Siempre a la defensiva. – blanqueo los ojos. Suspira, tocándose la frente. – Ya cortamos con esto, lo que implica que cada uno puede hacer su vida a su manera. Y lo que has hecho no es de personas maduras.
-¿Maduras, Emma? Acepta que ninguno de los dos es maduro. Para cortar la relación debes de tener encuentra una decisión mutua, y yo nunca quise eso.
-No voy a permitir estar con un mentiroso. Porque es lo que eres, ¡un mentiroso! te di mi confianza y creí que también lo harías.
-¿Es ese el problema? – pregunta ofendido con un gesto de asco.
-Mi problema eres tú. – se me corta la voz y siento las ganas de llorar. Lo extraño tanto que no puedo quitarme las ganas de darle un abrazo. Pero, me contengo.
Se toca la mejilla más colorada y aun mas que se nota por su piel pálida. Aprieta la mandíbula dejando ver sobresalir las venas de su cuello. Así como el siente dolor, yo estoy destruida. No soporto ver su dolor y, dejo caer las lágrimas.
-Desde un principio sabias quien soy y has aceptado cargar con mis cadenas, como yo con las tuya ¿ahora me sales con esto? ¿A qué juegas?
-Te acepte porque prometiste no volver a lo mismo. Porque estaba segura que odiabas tu pasado. No me enamore del Alan de antes, sino de este. – le doy un golpe con el dedo en el pecho. –Pero al parecer ha desaparecido.
Asienta cohibido. Intenta secar mis lágrimas pero le doy un manotazo lo que lo enfurece más.
-¡No me vengas con estupideces! – dice fuerte. – Te lo advertí una y miles de veces que como te causaran daño, iba a volver hacer el mismo y aun así estuviste conmigo. No te entiendo.
Me siento culpable por todo esto, no debí permitir que un hombre tan especial se acercara a mi vida, pero de cierta forma no lo deseo. Estoy tan confundida que mi cabeza se está convirtiendo en una maraña de interrogatorios e ideas que no logro captar. Quiero salir corriendo y esconderme en el lugar más oscuro y solitario para no ver, ni sentir el dolor de ver a las personas destruidas. Necesito irme, muy lejos.
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ESTOY CONTIGO #2
Romance[COMPLETA] La vida de Emma cambiara de una manera que no pensó que podría vivir, pero a pesar de las circunstancias lograra superar todos sus miedos junto con Alan, que más que su primer amor, es su amigo incondicional. Todos los secretos saldrán a...