CAPÍTULO 29

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ALAN.

Recorremos la mayoría de Inglaterra por todo un mes, caminando todas las mañanas y cenando en las noches en los mejores restaurantes. Su vientre ha crecido más y la alegría de poder ir a casa a ver mi hijo, me inquieta. Axel ha sido mi apoyo en todo el viaje arriesgando su vida por cumplir la parte e protegerme. A cualquier cuidad que fuéramos teníamos hombres y tuve el privilegio de sentirme seguro con ella. En la última noche, le dedique una cena romántica con música clásica y por ultimo una habitación, completa de rosas y globos. Tenía la ilusión de quedarse aquí con el fin de no volver a triste realidad.

-Tendré que ir a Colombia para ver si me deshago de aquella mujer. – dice Axel con un gesto triste señalando con el pulgar a una mujer lejos de nosotros.

-Y sí que lo necesitas.

Me extiende una mano tatuada y con agradecimiento tiro de ella y le doy golpes en la espalda. Nos alejamos de todos y subimos al avión. Emma desde la mañana esta baja de ánimos, hoy se despertó un poco mareada y vomitando todo lo que come, pero dice que es normal. Se acomoda y de inmediato queda dormida tumbada en mi hombro abrazándose el pecho. Reparo su aspecto angelical y me deleito admirándola. Enciendo la computadora y trabajo en algunos asuntos. No estoy convencido con las respuestas que me da el detective con respecto a Scott, algo no encaja en mí. El silencio de Grey me acelera el corazón, así fue cuando le dispararon a Emma. Tan callados eran por algo. Les informo a todos mis hombres mi llegada y Ramírez me manda por correo la respuesta de escorpión y sus hombres. Los tres están limpios. Rastrearon todos sus movimientos cuando salían de casa y se la pasaban en un bar con putas todas las noches. La bodega de Scott, está limpia y ningún registro está en su lista. Le dieron información a Ramírez que investigo y salieron válidas; la bodega siga en funcionamiento y la trata de blancas ha crecido en las últimas semanas, varias niñas están siendo vendidas en otros países. Emma siga con su nombre en la lista, convencidos de que la tendrán. Malditos.

Este mes ha sido los días más largos y con las peores noticias. Veo que esta guerra no terminara hasta que dos caigan. Miro a Emma y me la imagino en sus brazos gritando desespera, entregándosela a otro hombre. Me enoja la idea que cierro la computadora de golpe, despertándola.

-Lo siento, cariño. Duerme un poco más el viaje será largo. – le susurro, con la intensión de no responder a sus preguntas.

Se queda mirándome con expresión serena detallándome. Respiro profundo sonriendo, mostrándome tranquilo. Está claro que no lo nota.

-Quisiera quedarme aquí a comer Fish and chips hasta reventar. – bromea, restregándose los ojos. – Claro si dejo de vomitar todo lo que se me atraviese. Por cierto, tengo hambre.

Se soba el vientre y alcanzo a sonreír. Se me daño toda la felicidad apenas hable con Ramírez. Por cada vez que Scott sale con sus estupideces, me descontrolo más.

-He pedido una estupenda cena, espero que te guste. – alcanzo su vientre y lo sobo. La pequeña blusa ajustada de tirantes, moldea su vientre aparentado tenerlo más grande.

No dice nada comprendiendo mi poco ánimo. Dejo a un lado el aparto y me acomodo a su lado, nos acostamos en la cómoda cama, pegándola a mi pecho. La cabeza me duele perdiendo la noción del tiempo cuando toco la almohada y el cansancio de Emma parece ser contagioso. Juega con mi cabello, enroscándolo en sus dedos y tirando al enredársele en el anillo. Me mira fijo y yo, voy yéndome al profundo sueño.

-Veo que no soy la única con los síntomas. – me mueve. – No quiero comer sola, acompáñame.

-Cariño... - suelto un bufido al despertarme. Estaba tan cómodo descansando. – Enseguida te acompaño. – aviso sin abrir los ojos. Abrazo la almohada sin ganas de levantarme. Quiero abrir los ojos apenas digan que hemos llegado.

ESTOY CONTIGO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora