EMMA
-¿Cuál fue mi orden? – gruñe en un tono grotesco y una mirada muy penetrante.
Como una hormiga queriéndose meter en el más pequeño hueco, elevo los hombros avergonzada. El ambiente se pone extraño con el poco animo de Alan y como no es de esperar todos se quedan callado por respeto, porque la mínima palabra que salga a Alan no le gustara. Pero que no crea que me vaya a dejar.
-Estaba aburrida, ¿Algún problema? – le contesto grosera.
Se tensiona haciendo que las venas del cuello se le marquen.
-Vámonos. – ordena, moviendo el dedo con autoridad.
¿Quién se cree para hablarme así delante de todos?
-Estoy aburrada, y quiero estar aquí. – miro todo mi alrededor disimulando una sonrisa como a la vez mostrando seguridad.
Suspira llevándose las manos al cabello. Mira al chef con furia y el pobre hombre baja la mirada. Debe de pensar que es su culpa por dejarme entrar sin su permiso. Pero antes que suelto sus maldiciones me adelanto dejándole la boca abierta.
-Me robe una tarjeta junto con la clave y fui yo quien entro y quien no quiere salir.
Me observa con descaro.
-No quiero discutir aquí, vamos que hay algo más divertido por hacer.
En ocasiones Alan se pasa de protector y no me cabe duda que me quiere dar un sermón por no hacerlo lo que pide. Entiendo que debo de protegerme pero no creo que aquí me pueda pasar algo malo. Miro al chef con una sonrisa de disculpa y el hombre asintiendo nos deja solos. Se me pone la piel de gallina.
-Emma, no es divertido lo que haces. – gruñe bajo jugando con sus ojos.
-No estoy jugando, me aburre estar rodeada de madera y papeles. Mi pasión es esta y aquí me siento mejor.
-Me hubieras dicho desde antes y aquí estuvieras aprendiendo. Hay mucho peligro. – su voz turbia me pone acalorada.
-¿Pero qué malo me puede pasar aquí? – hago un ademan ofuscada.
Me hace caminar hacia un lugar más reservado cerca de las oficinas de cocinas, pretendiendo tener más privacidad.
-A esos hombres no les importa donde estés. Deja de comportarte como un aniña malcriada que me vas a volver loco. – me escuadrilla en todos los sentidos. Da un paso hacia atrás muy enojado.
Nadie nos puede oír, ni ver lo que me provoca besarlo. Desde que empecé a experimentar el mundo real con Alan, me he vuelvo de mente más abierta y atrevida, tanto que me desconozco y es como si nunca hubiera sido violada. Está claro que las marcas quedaron en mi cuerpo, pero fue él el culpable al borrarlas para volverlas caricias. Sin embargo sus rabietas como de padre, son insoportables.
-Eres un exagerado, estas traumado.
-No me digas así. – me señala con el dedo.- Y no juegues con tu seguridad. Si no te importa un mínimo tu vida, pues a mí sí. Así que hazme el favor de obedecer.
Se me sale la rabia.
-Ni creas que por protegerme me vas a hablar de esa manera. – le doy un manotazo al dedo que me señala y le doy toques fuertes en el pecho. – Te agradezco todo lo que has hecho, pero te pasas. Me asfixias.
Da un paso hacia adelante y yo uno hacia atrás.
Me frustra que por querer cambiar mi vida tenga que volver a lo mismo cuando mi madre me cuidaba. Por culpa del asqueroso padre que tengo mi vida se ha convertido en una mierda y por más que quiera resolverla, no puedo. Siempre que pienso que todo cambio, vuelve el sufrimiento.

ESTÁS LEYENDO
ESTOY CONTIGO #2
Romance[COMPLETA] La vida de Emma cambiara de una manera que no pensó que podría vivir, pero a pesar de las circunstancias lograra superar todos sus miedos junto con Alan, que más que su primer amor, es su amigo incondicional. Todos los secretos saldrán a...