[COMPLETA] La vida de Emma cambiara de una manera que no pensó que podría vivir, pero a pesar de las circunstancias lograra superar todos sus miedos junto con Alan, que más que su primer amor, es su amigo incondicional. Todos los secretos saldrán a...
La noche es fría tanto que los pies me tiemplan debajo de las tres sabanas y una pijama de algodón larga. Mientras me dejo llevar por el sueño, pienso en la noche anterior cuando mis sabanas se convirtieron en cómplices de nuestros cuerpos desnudos, cuando la cama gemía al compás de nuestros labios, aumentamos el calor y la ropa quedo a metros.
Me muerdo los labios mientras paso las manos por todas las huellas que dejo en mi cuerpo como signo de pertenecía, mientras los recuerdos me devoran. Era tan hermosa la noche que olvide ser una señorita para ser su calentona. Me arrancaba la ropa con desespero mordiéndome el cuello con devoción, y con las manos temblorosas busque su piel, parte por parte hasta encontrar mi preferida; esa que me hace gritar.
Me entregue por completo como cuando perdí mi virginidad con mi primer amor, deje que jugara y destruyera mi cuerpo con cada convulsión, llamado orgasmo. No me supe controlar, no puedo hacerlo cada vez que lo veo o lo huelo. Me encanta cuando sus manos gruesas me toman con firmeza y me guía dejándome anonadada con todo lo que me hace. Su brutalidad es perfecta porque me lleva al cielo para después tirarme por un abismo.
Me paso la lengua por los labios mordiéndome con fuerza y meto las manos dentro de mis pantalones imaginándome que es él quien lo hace. Cuando bailo en un tubo todas las noches a la misma hora detrás de ese disfraz, solo puedo imaginarme bailándole al hombre que me sabe controlar; desnudándome mientras me dejo llevar por la música y el dinero cae como lluvia.
Mis manos se mueven por si solas y puedo sentir el calor recorrerme desde la cabeza hasta los pies. Los sabanas caen al suelo y cierro los ojos con fuerza y mis labios forman una O. Su rostro se dibuja en mis pensamientos, lleno de sudor mientras me dice palabras sucias encadenándome a los tubos de la cama. Me hace repetirle que soy su "adicción" cuando sus manos experimentan mi zona íntima, y entierro la punta del tacón en el colchón.
Juego con mis dedos hasta gritar su nombre más de tres veces hasta llegar a la última fase. Abro los ojos al controlar la respiración y me encuentro sola volviendo a la realidad, extrañándolo como nunca.
Y me pregunto:
¿Cómo puedo amarlo y odiarlo a la misma vez? ¿Por qué me dejo controlar de mi jefe?
Porque soy su sumisa, y su adicción.
"LIBRO ERÓTICO, SOLO PARA MAYORES DE 18"
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