CAPÍTULO 3

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ALAN

Después de cuatro horas más en el puto hospital que ahora me esta es enfermando, no hay ninguna respuesta. Mi padre y yo decidimos armar una campaña en el hotel, desde en el hospital para que las personas aptas donen, no solo la sangre de Emma, sino las que el hospital necesite también. Emma estaría encantada estando en esta labor, y cada vez que las personas donaban me imaginaba el rostro de Emma sonriendo y agradeciéndoles a las personas. Sin embargo, para mi desgracia no había alguno que sea de la misma sangre de ella

Con diez vasos de café y unas galletas de avena me lo paso el resto de la mañana con la ayuda de los chicos que ponen manos a la obra. Las chicas no me han vuelto a insultar y echarme las cosas en cara, no saben de lo que se salvaron, porque las hubiera mandado a picar pepinos. Le pedí a los doctores que me dejaran entrar a ver por unos segundos a Emma, y se negaron; los podría amenazar, pero no creo que sea el momento. El detective me llamo varias veces para darme algunas informaciones y ofreciéndose a donar, como también avisándome que tenía detalles del supuesto verdadero padre de Sofía.

No quiero más preocupaciones, necesito estar pendiente en las donaciones y en Scott.

-Familiares de Emma Rodríguez. – pronuncia una enfermera su nombre acercándose a nosotros y una extraña sensación me recorre el cuerpo. Nos mira a uno por uno adivinando cuál de todos tiene la cara más aburrida.

De un brinco, me levanto esperando alguna noticia. Los demás hacen lo mismo despertando del aburrimiento. Me pongo firme con las manos en la cadera con el pecho duro subiendo y bajando.

-El doctor ha dado la autorización que solo una persona puede entrar a verla. – dice la mujer cambiando el tono de voz por una más sensual mirándome de arriba abajo.

La madre de Emma me mira sonriendo prefiriendo que entrara yo, y una alegría me recorre todo el cuerpo, creo que la sonrisa que se me forma en la cara lo puede decir todo. Veré a mi princesa.

-Anda y dale unas nalgadas para que despierte y deje de ser traviesa. Esto de labor comunitaria no es muy agradable. – dice Niko dándome un pequeño golpe en la espala y todos giramos hacia él fulminándolo con la mirada. – Y dile que la necesito aquí, nada de irse para el otro mundo porque ella no se manda sola.

-Sus buenas nalgadas se las dos cuando regrese a casa. – le digo devolviéndole los golpes en la espalda. Sin nada más salgo detrás de la enfermera.

El pecho se me contrae y la respiración se me empieza a quebrar cuando veo el número 211 de la habitación. Presiento que todo dentro de mí se va desprender en el momento que, de un paso hacia adelante, y antes que pueda suceder respiro hondo. La enfermera me da una tapa bocas y me desinfecto los brazos antes de entrar. Cuando abro la puerta, justo como pensé el resto del corazón herido se cae al suelo y siento romperme a la mitad al verla.

¡Dios, mío!

-Tienes diez minutos. – dice la mujer y hago caso omiso.

Camino a paso firme hasta llegara su lado y de inmediato tomo su mano fría y pálida. Lleva puesto una bata blanca con una fina sabana cubriéndola hasta los pechos, su cabello bien puesto a un lado de su cabeza descansando. Está conectada a muchos cables que parecen no tener fin y con una larga manguera que sale de su pequeña boca. Me duele verla tan sometida a vivir esto, con sus ojitos cerrados sin mostrar alguna señal de mejoría. Sus dos muñecas están moradas a causa de la medicina. Tomo una silla cercana y me siento a su lado quitándome el pasa bocas para darle un dulce beso en su brazo. No sabía que se sentía ver de frente tu vida conectada a la luz para que te ayude a vivir, sin la esperanza de algo bueno y tan frágil deseando tener su dolor y vivir esto por ella. Mi vida está aquí y no sé qué debo de hacer para salvarle la vida, por ella pagare el dinero necesario y daré lo que sea para encontrar la sangre. Necesito que me toque, que me mire, que me bese y me discuta por ser un hijo de puta. Es triste ver el día y la noche si no está, no puedo ni quiero más esto.

ESTOY CONTIGO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora