ESTOY CONTIGO #2

CAPÍTULO 25

EMMA

Mi cuerpo se maneja por si solo sin dejarme controlar el llanto. Me miro la mano con un problema mental de hace media hora. Tengo en el dedo lo que muchas mujeres desean tener, como esos finales felices de las princesas, sin embrago el mío sale de los estereotipos; con un auto de lujo que jamás pensé tener, un anillo que pesa más que mi dedo y los problemas sin resolver. Cuando vi el auto me lleve una gran sorpresa y no creía que eso fuera para mí, pero al verlo arrodillado me tomo por sorpresa y miles de cosas se me vinieron a la mente, como si realmente eso fuera para mí, o si estaba soñando y en lo profundo de mi cabeza todo pasaba tan real que maldecí mi mente por hacerme una mala jugada, pero no, ahí estaba él con su mirada contenta, contemplándome. Mi chico con apariencia mala pero con el corazón más noble cuando empezó hablar no podía respirar y quería que volviera a repetir lo dicho para creer realmente; no me hallaba y por instinto me arrodille para recibirlo.

Empezare una nueva vida donde no sabré si todo esto nos lleva a un final feliz o simplemente no será como me lo esperaba, pero si quiero compartir toda mi vida con Alan, días donde pueda levantarme y ver a mi esposo sonriente agradecido por un día más conmigo. Cierro los ojos y me visualizo el futuro; en la cocina preparando sus verduras salteadas sin salsas mientras él hace marionetas con un bebé esperando a ser alimentado y... saco de mi cabeza eso por mirarlo a sus ojos húmedos y de nuevo lo beso.

Lo que siento es una emoción que no puedo expresar por el shock en el que me encuentro, todo es tan hermoso. No estamos destinados para estar separados, soy su milagro y él mi héroe. Puedo sentir aun como todo su cuerpo tiembla sosteniéndose del auto y me pasa la mano por la espalda para tranquilizarme.

-Me quedaría toda una vida confesando lo importante que eres para mí. – me susurra en el oído. Su voz sensual me llena por completo, acariciándome las entrañas.

-Te quiero escuchar. – le pido al soltar un suspiro.

Mi vida es la suya y permitirme una vez más estar con él. Empezaremos una vida diferente porque para mí el matrimonio es la segunda fase donde se empiezan a proyectar los problemas y defectos, pero es donde demostramos que tan fuerte es la unión. Cuando me compongo recibe los abrazos de toda la familia y los besos de felicitaciones con las lágrimas marcadas en las mejillas. Lo que más me sorprendió fue tanta la felicidad de Alan que abrazo a su madre y ella me plasmo un beso en la mejilla seguido de "les deseo suerte" por el ruido de la música y los jalones de todos no puedo reparar el tono de su voz, pero no me cabe duda que lo hizo con la esperanza de establecer una buena relación con todos.

Mis hermanos me abrazan y gritan al ver al auto, no me felicitan la noticia que su hermana está embarazada y comprometida, sino que me preguntan a gritos cuando los llevare de paseo. Cuando se acerca mi madre, se me abalanza un peso de lágrimas encima y siento como el pecho se me contrae al abrazarla. El sueño que tuvo y al que dude se le cumple. Me abraza tan fuerte que se va la respiración e intento controlarla con palabras de aliento.

- Toda mi vida soñé con que olvidaras el pasado para que hicieras tu vida y mira, aquí está mi pequeña asiéndome abuela a punto de casarse.

-Oh, madre. Cálmate un poco, no es que te vaya a dar un patatús. – la hago sonreír cuando imito su voz.

-Esto es muy emocionante, ahora que todo cambio necesito que hablemos de todo...- se le apaga el tono de su voz y la respiración se me corta. – De lo que no sabes.

Respiro e intento no dañar el mejor momento de mi vida por ahora, por hacerme sugestiones falsas. Le sonrió con un aire tranquilo y asiento. No me provoca preguntar por qué o de quien, está claro que es de mi padre y Jaime, y con lo que supe espero que no haya algo que me sorprenda más. Intento fingir que nada paso y me alejo de ella sin quitarle la mirada para volver a Alan. Por ultimo miro el auto y luego mi mano antes de besarlo.