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Wonwoo llegó corriendo hasta su salón, provocando que sus cabellos azabaches sedosos y algo largos se movieran con gracia por el amplio patio; ya hacía dos meses desde que había iniciado su tercer año en la escuela primaria.

Una vez estuvo formado y esperando que el maestro les dejara pasar al salón se permitió soltar todo el aire que yacía en sus pequeños pulmones. Wonwoo era un omega delicado; al ser un gato, las actividades físicas lo agotaban más de lo que le gustaría; lo peor era que siempre que se detenía a tomar aire en clase de educación física se le acercaba un niño extraño.

Jeon sabía que Mingyu era un alfa de perro, un perro "grande y feroz" que gruñía y era territorial; aparte de que siempre procuraba acercarse lo más posible al mayor para dejarlo lleno de su fuerte olor a pinos y un poco de menta.

-- No te me acerques tanto Mingyu -los ojitos rasgados y grises lo miraron sin expresión, provocando en el pequeño niño una mirada curiosa y un dedo en la pálida mejilla de Wonwoo- No me toques Mingyu.

-- ¿No te agrado Wonu?

-- No Mingyu, los perros no me gustan.

Wonwoo entro de lleno al salón, dejando a un niño de colmillos sobresalientes solo y con un triste puchero en la cara.

Donde los colores terminanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora