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Las clases habían pasado muy rápido para el profesor Jeon, que al contrario de los niños, él temía por lo que pudiera pasar en la noche.

Dulces, malvaviscos e incluso Hot-Dogs eran el menú para la noche de campamento en el comedor de la prestigiosa primaria.

El toque de salida sacó de la explicación sobre la separación de las sílabas a sus enérgicos alumnos. Y algo que Jeon no pudo pasar por alto fueron las manitas de Mingyu y Wonwoo sujetas sin ganas de separarse.

Los gritos agudos de todos en el salón resonaron con fuerza y cuando el profesor Jimin del salón de alado toca su puerta con una sonrisa que provoca que sus ojos se vuelvan medias lunas, Jungkook sabe que el infierno se aproxima.

Los tres grupos estaban en el patio central formados por estaturas, y es que el maestro alfa era consciente de que tener el doble de niños que de niñas era más difícil. Su grupo estaba conformado por 23 niños y tan solo 9 niñas, pero que más podía hacer aparte de amar a sus lindos alumnos.

Para cuándo pasaron varias horas y era ya tiempo de suspender los juegos y pasar al área verde para hacer una pequeña fogota y así evitar accidentes, Wonwoo era quien jalaba a Gyu hasta la zona que correspondía a su grupo.

Detrás de ellos se escuchaban los reclamos de Lee Jihoon al ser arrastrado -como siempre- por Seungcheol, a su par venían Jun y Minghao, está vez tratando de convencer a Soonyoung y a Dino de que les compraran unos carritos Hot Wells.

Una vez que Vernon y Seungkwan pasaran de largo a Won y Gyu, quienes se habían entretenido con el slime con el que jugaba Seokmin, tomaron una bolsa de malvaviscos y otra de galletas solo para ellos.

Los siguientes en sentarse fueron el gatito y el perro, donde Wonnie quedó recargado en el pecho de Gyunie, disfrutando de las canciones infantiles que cantaban los tres profesores con la voz un poco elevada para no confundirse por la distancia, a quienes los casi 100 niños secundaban.

El olor a malvaviscos sancochados mantenía a Wonwoo relajado, o tal vez era el olor a menta que desprendía su compañero alfa, o solo ya estaba muy cansado.

Seguro era eso, se dijo Jungkook en su mente mientras veía el cuerpo del niño azabache tan tranquilo.

Donde los colores terminanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora