DOCE ×EDIT×

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🎄Especial de navidad y año nuevo atrasado🎄

Wonwoo y Mingyu ya son adolescentes, tienen 19 y 18 años.

🎅🤶🎅

La nieve golpeaba las calles de Seúl, eran cerca de las tres de la madrugada y las mejillas rojas de Mingyu lo sabían. También sus manos que no lograban calentarse ni con los guantes.


Había tenido que salir a la farmacia por los molestos supresores de Wonwoo para su celo.

Si bien llevaban apenas 3 meses de vivir juntos, Mingyu nunca había estado cerca de Wonwoo ni viceversa cuando entraban en celo.

Pero está iba a ser su nueva vida, así que como dijo su padre: "como alfa tolera la tentación, se fuerte"... Pero bueno, la carne es débil.

Más cuando tenía a un adorable gato cariñoso en casa desde una hora atrás.

[...]

El alfa suspiró mientras caminaba de regreso a su departamento, ya había avisado a su suegra la situacion y también le había comentado a su padre lo que ocurría.

"Eres un alfa bien educado Kim Mingyu, espero que le des todos los mimos que se merece ese muchacho. ¡Y no quiero nietos a esta edad! Aún me falta conocer el mundo."

Palabras sabias de un alfa sabio, JA, claro.

En cuanto abrió la puerta, el olor a fresas y vainilla lo golpeó de lleno, haciendo a su alfa chillar y mover la cola feliz.

— Amor...

De la única habitación salía el sonido de lo que parecía ser 'El Rey León' y los leves sollozos de su omega.

— ¡Mufasa no! ¡Simba!

Él castaño se mordió la lengua para no reírse, pero finalmente ver a Wonwoo con la nariz roja por sonarse los moquitos, los ojos irritados y levemente hinchados junto a su ceño fruncido hizo negar divertido a Kim.

— No oses burlarte de mi, ser sin corazón.

Los ojos grises le miraron con reproche, sin embargo al ver el chocolate líquido y el plato con fresas sonrió de forma tierna.

— Quiero quiero.

Mingyu se preguntaba donde había quedado aquel niño que lo alejaba siempre en primaria, pero todos esos recuerdos ahora quedaban de forma borrosa y difusa.

Solo recordaba que Wonwoo era su predestinado, y a aquel extraño maestro que se miraba borroso en sus recuerdo; pero de algo estaba seguro.

Fue su mejor etapa.

Donde los colores terminanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora