Worry - Brad Simpson.

32. Todo es culpa de Brad.

Emily.

Mi teléfono no había parado de sonar en toda la mañana, me llegaban cientos de mensajes de mis amigos preocupados por las fotos y de gente de la cual no tengo idea, preguntando sobre mi relación con Brad.

No podía dejar de dar vueltas por la habitación, la situación me tenía nerviosa y lo único que quiero es que todo pare.

—James llamó. — Dijo Beth, entrando a la habitación. — Acaba de hablar con Brad, dijo que su agente solucionará el tema de las fotos.

— ¡Ya no hay nada que puedan hacer! — Le grité. Beth se sobresaltó un poco, pero me rodeó con sus brazos. — Ya todo el mundo vio esas fotos, Beth. Probablemente sepan todo de mí en unas horas.

Quería llorar y encerrarme en la habitación hasta que todo pase. La gente había descubierto todas mis redes sociales, inclusive mi Instagram donde todas las fotos con mis amigos (y Brad) estaban publicadas, ya sabían que nos conocíamos hace algún tiempo y no paraban de comentar mis fotos, a pesar de que ya había puesto privacidad a todo, lamentablemente no lo hice a tiempo. Fotos de mi pasado, de mis vacaciones, de la universidad e, incluso, de mi familia estaban dando vueltas por internet, la gente decía cosas horribles de mí, a pesar de que en las fotos de ayer en el parque no se veía que hiciéramos nada malo, solo estábamos charlando ¿Por qué tuvieron que hacer todo esto?

—Ya no llores, Ems. Sabes que todo lo que dicen es mentira. — Me consoló, acariciando mi espalda.

—Lo odio, todo es su maldita culpa. — Lloriqueé.

Me recosté en mi cama, mi nuevo hogar por las próximas dos semanas. Me quedaré aquí, no me importa nada, el trabajo, mi familia, mis amigos... nada; es lo mejor para todos que yo desaparezca por unos cuantos días.

Beth salió de la habitación cuando golpearon la puerta principal. Y, a continuación, Monty estaba recostado a mi lado con una bolsa de papel en sus manos.

— ¿Qué haces aquí? — Pregunté, secando las lágrimas de mi rostro. No quería ver a nadie.

—Beth me contó que no estabas bien. — Dijo, besando me cabeza, ignorando mi tono. — Traje helado y palomitas.

—Gracias por tu ayuda, Monty. Pero de verdad solo quiero quedarme recostada en la cama todo el mes.

Él río.

—Qué bueno que traje suficiente helado y palomitas para que podamos disfrutar de una maratón de series en Netflix. — Se me humedecieron los ojos de nuevo y comencé a llorar, él dejó la bolsa a un lado y me rodeó con sus brazos, reconfortándome. — No llores, preciosa. Detesto verte así.

—Es el peor día de toda mi vida. — Le dije. — Quiero morir.

Monty besó mi cabeza una y otra vez, sin decir nada. Con su dedo levantó mi mentón para poder verme a los ojos, me miraba preocupado, besó mis labios y secó las lágrimas que caían por mis mejillas. Me acurruqué a él, porque me hacía sentir protegida, como si él pudiera hacer desaparecer todo el miedo que estaba sintiendo.

—No digas eso, Emily. Todo va a pasar, cariño. En unas semanas todo va a estar olvidado.

— ¿Viste las fotos? ¡Están por todas partes! ¡Ni siquiera sé porque estoy involucrada en algo como esto! Yo no quería nada de esto. — Dije con ira, enojada con el mundo por dañar a las personas. Me compadecí de Brad, porque él debe lidiar con esto a diario. —Y las fotos están fuera de contexto, todo el mundo piensa que engañó a su novia conmigo ¡Por favor! ¡Se están metiendo en mi maldita vida!