Worry - Brad Simpson.

21. Aferrarse al pasado.

Emily. 

Apenas entré al lugar, el olor a alcohol me embriagó. Estaba oscuro, solo unas cuantas luces alumbraban la barra. Habían algunas personas jugando billar al fondo del salón y uno que otro cantando y gritando de la borrachera. La mayoría de la gente aquí eran hombres altos y de grandes cuerpos y, debo admitir que me intimidaron un poco. 

Busqué a Brad con la mirada, pero no logré verlo por ninguna parte. Me acerqué a la barra, donde un chico de unos 25 años limpiaba un vaso con un paño. 

— Hola. — Le dije llamando su atención. 

— ¿Que te sirvo, señorita? — Preguntó, sin siquiera mirarme. 

— No, eh... estoy buscando a mi amigo. — Informé. Finalmente el chico posó su vista en mí. — Un chico de rulos, ojos cafés, no tan alto... Lleva una camisa azul y una cazadora. 

— Ah sí, la estrellita. — Asentí rápidamente. — Fue al baño. — Me dijo, señalando la puerta junto a las mesas de billar. Murmuré un gracias y caminé hacía donde el chico había dicho, bajo la intimidante mirada de los grandes hombres jugando. 

— ¿¡Brad!? — Grité, golpeando la puerta. No tuve respuestas así que solo entré. Brad estaba recostado contra la pared, con una cerveza en la mano y su teléfono en la otra. Llorándole a un hombre sentado frente a él. 

— ...Ella fue la única persona que amé durante años y me rompió el corazón cuando no quiso venir conmigo ¿Puedes entenderlo? Le prometí todo y aún así prefirió dejarme. — Bebió de la botella y después se la pasó a su nuevo amigo. Al parecer ninguno de los dos había notado mi presencia aún. — Pero, después está Lottie, nunca fue una chica celosa, ella entendía perfectamente lo complicada que es mi vida, pero desde que Emily esta aquí, está insegura y no deja de prohibirme cosas. 

— Brad. — Le llamé, ambos me miraron. 

— Hablando de la princesa. — Dijo, bebiendo otro trago. — Rob, está es Emily, Emily, Rod. — Levanté la mano tímidamente en señal de saludo.  — ¿Donde está James? Le dije específicamente que no quiero verte. 

Auch. 

— Mi hermano acaba de tener un accidente, Brad. Necesita descansar y ya no podemos estresarlo más de lo que está. — Le dije. — Vamonos a casa, ya estás demasiado ebrio. 

— No, yo me quedo con mi amigo Rob. 

— Brad, por favor... — Le rogué. 

—Ya veo porque te enamoraste de ella... — Dijo en un susurro que pude oír. — Puedo llevarlo si quieres. — Rob no quitaba su mirada de mí y me ponía nerviosa, me estaba analizando y quiero que pare. 

— No, gracias. Es mejor que se vaya conmigo, me sentiré más aliviada así. 

— Pero Brad ya te dijo que no quiere verte ahora ¿Acaso quieres que siga sufriendo? 

— ¿Qué? — Pregunté. Ya me están enojando. — Mira, Rod o como sea que te llames, no sabes nada de mí o de Brad, mejor no te metas en esto ¿Si? 

— Escucha, chica — Me dijo, desafiante. — De todos los lugares del mundo, Brad llegó aquí, a un bar de mala muerte, buscando desahogar sus penas, porque la chica que ama desde los quince años sigue rompiéndole el corazón. Creo que deberías ser tú quien debería mantenerse alejada, no le haces bien. 

¿Quién se cree este desconocido que es como para hablarme así? ¡No sabe nada de mí! ¡No sabe por todo lo que he pasado! ¡No sabe cuanto he sufrido y llorado por esta relación! ¿¡Quién se cree que es como para cuestionarme y tratarme de mala persona!? Ni siquiera lo conozco, no es nadie como para decirme que hacer.