38. Adiós para siempre.

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Brad

Solo me quedan dos días en Londres, dos días para que el equipo y yo nos vayamos de este lugar que tantos recuerdos me traen, pero sobretodo, dos semanas para dejar atrás lo que fue mi peor época. Pero, aún tengo asuntos que resolver, tengo que hablar con Emily y acabar con este tira y afloja que nos habíamos convertido. Le confesaré todo, le diré que la quiero, le pediré que se vaya conmigo y empecemos de cero, porque ambos lo necesitamos y nos necesitamos, no podemos dejarnos ir así, tan fácilmente.

Saqué papel y lápiz de mi mochila y me puse a escribir, escribí en ese pedazo de papel todo sobre cómo me sentía, tal como ella lo había hecho antes de dejarme en California. Metí la carta dentro de un sobre y me escabullí del hotel, sin que nadie pudiera verme, porque debía entregar esto y de manera personal.

Una vez llegué a su apartamento, tiré la carta por debajo de la puerta y me escondí cerca para poder ver cuando Emily la recibiera. Esperé durante 15 minutos, 30, una hora, 2, y no habían señales de Ella. Además, mi teléfono no dejaba de sonar, tenía cientos de llamadas y textos de mi equipo preguntando donde estoy, que debo grabar en 10 minutos, que estoy retrasado y un sinfín de textos más; por lo que tuve que dejar mi escondite y volver al hotel porque es la única forma de que dejen de molestarme.

Solo estaba seguro de una cosa... la esperaría los próximos dos días y si ella no aparece en mi habitación, entenderé que ella ya no quiere nada conmigo.

Había pasado un día y Emily no aparecía. Quizá se está debatiendo sobre mi propuesta, porque, vamos, hay que reconocerlo, ha habido tanto drama entre nosotros en el último tiempo, que hasta para mí fue difícil decidirme sobre ella.

Dos días y ninguna noticia de Emily. Partiría en unas horas y ya no estoy del todo seguro que ella vaya a aparecer.

Una hora antes de partir. Terminé de empacar las últimas cosas, con la mínima esperanza de que ella aparezca por mi puerta antes de irme.

Ya sobre la van, me di cuenta que ella no vendrá.

El mensaje está claro, le di un ultimátum y ella no lo aceptó, no hay nada más que hacer.

Hasta siempre, Emily.

Y junto a mi equipo y Tristan nos dirigimos al aeropuerto, para viajar al siguiente lugar de la gira. Pero, solo una cosa estaba en mi mente... como voy a sacármela de la cabeza.



Emily.

Domingo por la noche.

Monty y yo acabábamos de llegar a mi hogar luego del increíble fin de semana que habíamos tenido en la cabaña de sus padres. Literalmente, fueron las mejores mini vacaciones que tuve en un montón de tiempo.

— ¡Basta, Monty! — Me quejé mientras reía. El chico volvió a tirar de mi cintura por la espalda para acercarme a él, me besó el cuello y volví a reír. — ¿Puedes, por favor, dejarme abrir al menos para que podamos entrar?

Él se carcajeó y me soltó.

Cuando abrí la puerta, vi un sobre tirado en el suelo. Lo tomé entre mis manos y reconocí la caligrafía... aquella caligrafía del chico que por muchos años me quitó el sueño.

— ¿De quién es? — Preguntó mi novio tras de mí.

—De nadie importante. — Dije rápidamente. Dejé el papel sobre la encimera. — ¿Quieres pasar la noche aquí?

Worry - Brad Simpson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora