[Día 8] Esclavitud

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Au!Egyptian


La vida Bakugou siempre fue de las mejores que se podía pensar en todo Egipto.

A pesar de lo joven que era, el dios Ra lo había escogido como heredero en la ceremonia de coronación de hace cuatro años. Teniendo control total de un inmenso pueblo, viviendo los placeres de la vida y sin interrupciones a la corta edad de 15 años.

Pero nada lo sorprendían.

Era un guerrero, lo demostraba todo el tiempo cuando con solo su poder lograba derrotar a todo su ejército, siendo cabeza de este de manera avasalladora. También poseía una inteligencia de envidiar, decían que este había sido bendecido por el dios Thot y la diosa Isis, por su belleza natural.

Tenía miles de pretendientes, el género nunca le importó, a pesar de que su madre siempre le inculcó el hecho de tener una mujer pues necesitaba herederos.

Su vida era monótona.

Hasta que lo conoció.

Un pueblerino persa que sus tropas habían tomado como esclavo, de cabellos tan negros como la noche, una piel morena como la arena del desierto, y unos ojos tan rojos que se confundirían con el brillo del sol, sin ofender a los poderes del dios Ra.

De mirada angelical, una mirada esperanzada en la libertad.

A Bakugou le gustó aquella personalidad.

—Podrías ser mi sirviente, vivirías todos los lujos que ha de tener un noble egipcio. Si te unes a mí, lo serás todo. —Una vez le dijo cuando obligó a sus soldados a traerlo ante él, pero el chico lo miró con cólera.

—Nunca sería el compañero de un idiota e inmaduro faraón como tú. No eres mi jodido dios. —El azabache escupió a sus pies y los guardias a sus lados lo tomaron y empezaron a golpearlo por la tremenda ofensa que tuvo el descaro que hizo.

Bakugou hace mucho no se sorprendía.

Después de 15 años viviendo en monotonía, descubrió cuanto deseaba a aquel muchacho de ojos sangre.

Deseaba torturar aquella esperanza de libertad, destruir los sueños de su mentalidad, aquellas ideas tontas de una vida con derechos. Deseaba hacerle sentir su poder.

Lo necesitaba, como si fuera su jodido esclavo.

Hecho de Explosiones de RocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora