[Día 13] Apocalipsis

3K 600 135
                                    

—¡El apocalipsis llegó! Les dije mierda y ustedes nunca me creyeron, la reputa que les parió. —el conductor empezó a insultar a la cámara con desespero pero luego de un momento a otro, esta empezó a desenfocarse, se escuchaban gritos por parte del joven. —¡No son zombies! ¡No son vampiros! ¡Somos noso...! —y el audio se cortó.

La pareja se miró inquisitiva.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó la castaña mujer, el otro le respondió lo que todo hombre haría.

—Salvar a la humanidad.

—Silivir i li himinidid. Qué mierda, si es un puto virus que se propaga a grandes velocidades en este momento ya debería de estar dominando toda Europa y al final del día matar a latino-américa, qué estupidez.

—¡Bakuuuuuuu! No me arruines la peli ¿Va? Me gusta. —El pelirrojo lo observó con una mirada de cachorro, el rubio gruñó.

Aquella noche era justo del día Jueves, sus Jueves de películas que ambos deseaban en toda la semana solo para quedarse así de acurrucados. Comprar un película para que Bakugou se queje por ser el peor filme, Kirishima regañándolo y estando los dos abrazados bajo una manta de flamas muy masculinas. La noche perfecta con el tiempo perfecto.

Bakugou calló y ambos empezaron a prestarle atención a la película de nuevo, al parecer ahora la pareja se dirigía a la capital de México para encontrar al hombre que inventó aquel virus hace años, que era perseguido y que huyó por los mismo, ya que supuestamente él debía tener la cura.

Kirishima veía con emoción las travesías de la pareja en su búsqueda, sin embargo una duda apareció en su mente.

—Bakugou. ¿Que harías si estuviera en un apocalipsis?

—Un apocalipsis te voy a dar en este momento si no me dejas ver la película tranquilo.

—Pero...

—Joder, ¿No querías ver esa película de mierda?

—¡E–Espera, no! Solo preguntaba... —El pelirrojo pareció decaído. —Si hoy fuera el fin del mundo...

—Nunca existirá el fin del mundo.

—¿No crees en esas cosas? —Preguntó, Bakugou se acercó lentamente y tomó su rostro entre sus manos cuidadosamente.

—Mi mundo cabe en mis manos, y no creo que sea tan estúpido como para herirlo.

Kirishima enrojeció y Bakugou al contemplar su mirada de idiota ilusionado dio una risotada inocente y pura, la primera de la vida, de la cual el pelirrojo juró amar.

—No sabía que también podías ser romántico cuando te lo proponías, Suki. —empezó a molestar.

—Oh, cállate imbécil. —Y de un acercamiento, su noche terminó en un dulce beso.

Hecho de Explosiones de RocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora