Pasaron 3 largas semanas, Erika había estado lo más distante posible de Eduardo y eso a él lo mataba, no entendía como en tan poco tiempo Victoria se había metido en su corazón y en su mente, Valentina había decidido recoger algunos recuerdos de su madre que estaban olvidados en el sótano.
-Valeria: Tú mamá era demasiado linda (Sonrió).
-Valentina: Me parezco mucho a ella (Viendo fotos).
-Valeria: Es raro que no tenga ninguna foto con tú tia (Seria).
-Valentina: Pues mi tia me contó que después de la muerte de sus padres ambas tomaron rumbos diferentes (Viéndola) y no volvieron a hablar hasta que se casó con papá.
-Valeria: Que triste que no volvieran a verse (Suspiró).
-Valentina: Aún así mi tia la recuerda con amor y la defiende de lo que se dice (Dijo sonriendo).
-Valeria: Yo haría lo mismo si estuviera en su lugar (La abrazó).
-Valentina: Te quiero hermanita (La abrazó sonriendo).
Erika estaba en la empresa hablando algunas cosas con Bruno.
-Bruno: Estaba pensando en ir con la aerolínea y pedir que nos muestren el registro de compras de los boletos (Viéndola).
-Erika: No va a ser fácil encontrar pruebas contra Zoraida (Suspiró) ya pasó mucho tiempo.
-Bruno: Las cosas no han sido fáciles, pero te prometo que voy a hacer todo lo posible (Le sonrió).
-Erika: Lo sé (Sonriéndole) y confío en ti más que en nadie (Tomó su mano).
-Bruno: No te voy a fallar (Le sonrió).
En ese momento Eduardo entró a la oficina sin pedir permiso y los encontró sentados en el mueble platicando muy cerquita.
-Bruno: Tú sigue disfrutando a Valentina (Acarició su mejilla).
-Eduardo: Perdón (Entrando a la oficina).
-Erika: Pasa algo? (Viéndolo feo) creo que deberías aprender a tocar (Seria).
-Bruno: No hay problema (Sonriéndole) yo ya me iba (Dándole un beso en la mejilla).
-Erika: Cuídate (Le sonrió).
Bruno se fue y Eduardo no podía ocultar su cara de pocos amigos.
-Eduardo: Lo bueno que no son nada (Serio).
-Erika: Se te ofrece algo? (Seria).
-Eduardo: Venía para revisar unos papeles contigo pero mejor lo hago sólo (Volteandose).
-Erika: Eduardo (Lo tomó del brazo) vamos a trabajar (Dijo amable).
-Eduardo: Sin interrupciones? (Preguntó celoso).
-Erika: Sin interrupciones (Le dijo con una media sonrisa).
Comenzaron a checar varios papeles y Eduardo comenzó a sentirse un poco mal pues llevaba algunas noches sin poder dormir y algunos días sin comer bien.
-Eduardo: Podemos parar unos minutos (Dijo mareado).
-Erika: Estás bien Eduardo? (Preocupada al verlo pálido).
-Eduardo: No (Dijo cerrando los ojos).
-Erika: Toma (Dándole una botella de agua).
Eduardo tomó agua y minutos después se sintió mejor.
-Eduardo: Sigamos (Viendo los papeles).
-Erika: No Eduardo (Dijo seria) mírame (Tomó su rostro entre sus manos).
-Eduardo: Dime (Viéndola a los ojos).
-Erika: Que es lo que te pasa? (Preocupada mientras acariciaba su mejilla).
-Eduardo: Deben ser los desvelos y mi mala alimentación (Dijo sin importancia).
-Erika: Estás loco (Molesta) como que mala alimentación?.
-Eduardo: No importa sigamos trabajando (Serio).
-Erika: No, no vamos a hacer nada hasta que vayamos a comer algo y estés bien (Lo regañó).
-Eduardo: Victoria siempre eres así de mandona? (Dijo acariciando su nariz mientras sonreía).
-Erika: Sólo cuando es necesario (Sonrió nerviosa) bueno ya vamos y yo invito (Tomándolo de la mano).
-Eduardo: Si jefa (Sonriendo).
Erika llevó a Eduardo a un lindo restaurante para poder comer algo rico, ella fue la que pidió la comida y todo fue saludable.
-Eduardo: Caldo de pollo, ensalada César y limonada (Viendo todo) me siento como chiquito (Riéndose).
-Erika: No puedes simplemente comer chatarra o sándwiches (Viéndolo).
-Eduardo: Es practico (Se defendió).
-Erika: Y dañino (Seria), deberías dejar de trabajar tanto y darte tu tiempo para comer, ahora come (Sonriendo).
-Eduardo: También tú (Viéndola).
-Erika: Si eres un niño chiquito (Dijo riéndose).
Ambos comenzaron a comer, la comida fue un poco silenciosa pero nada incomoda.
-Eduardo: Listo? (Señalando los platos vacíos).
-Erika: Perfecto (Sonriendo).
-Eduardo: Victoria hace días que quiero hablar contigo (Se puso serio).
-Erika: Dime (Seria).
-Eduardo: Llevo sintiéndome un imbécil todos estos días (Viéndola).
-Erika: Pues... (Sonriendo).
-Eduardo: Lo soy (Afirmó) perdóname por todo (Tomando su mano) ya no quiero que sigamos evitandonos, estabamos comenzando a ser amigos y quiero que sigamos así.
-Erika: Está bien (Le sonrió) pero será mejor que de mi hermana no hablemos (Le advirtió).
-Eduardo: Bien (Feliz) amigos de nuevo? (Dándole la mano).
-Erika: Si amigos (Riendo mientras le tomaba la mano).
-Eduardo: Es tan linda cuando se ríe (Pensó mientras la veía) ay Eduardo no puedes negar que te gusta.
-Erika: Amo cuando se porta así de lindo (Pensó) aunque sé que me hace daño no puedo evitar quererlo (Sonrió).
-Eduardo: En un par de días tenemos una junta importante (Dijo sacándola de sus pensamientos).
-Erika: Tienes que asesorarme (Le pidió).
-Eduardo: No te preocupes yo te pongo al tanto de todo (Sonriendo).
Después de platicar un rato Eduardo pidió la cuenta, Erika insistió en pagar pero el se negó, llegaron a la empresa y se encontraron con alguien desagradable.
-Erika: Lalo te dije que yo invitaba (Dijo sonriendo).
Eduardo la miró sorprendido pues hace mucho tiempo nadie lo llamaba así.
-Eduardo: Me dijiste Lalo? (Preguntó mientras la veía).
-Erika: Si, te molesta? (Seria).
-Eduardo: No (Le sonrió) sólo que nadie me dice así.
-Erika: Bueno me debes otra comida (Le sonrió).
-Eduardo: Sólo si me convences (Abriendo la puerta de su oficina).
-Erika: Y como quieres que lo haga? (Viéndolo con una sonrisa).
Ambos se quedaron mirando hasta que una voz los hizo volver al mundo real.
-Catalina: Hola amorcito (Dijo caminando hacia Eduardo).
-Eduardo: Que haces aquí? (Serio).
-Catalina: Quería verte mi amor (Dándole un apasionado beso).
-Eduardo: Catalina estoy trabajado (Separandose de ella).
-Catalina: Te quería invitar a dar una vuelta (Sonriéndole).
-Erika: No los interrumpo (Alejandose de ellos).
-Eduardo: Victoria (Viéndola).
-Catalina: Edu hazme caso (Acariciando su cara).
-Erika: Compermiso (Viéndolo).
Erika corrió a su oficina pues no quería seguir viendo esa escena.
-Erika: Es su esposa (Cerró la puerta de golpe) ahora ella es su esposa y yo no puedo hacer nada (Celosa).
Después de rogarle varios minutos Eduardo cedió y se fue con Catalina a tomar algo, Erika estaba en su oficina quejándose hasta que Valentina la interrumpió.
-Erik: Ay si, vamos a dar una vuelta mi amor (Dijo imitando la voz de Catalina), parezco idiota quejándome (Dijo mientras acomodaba unos papeles).
-Valentina: Por que tan enojada tia? (Riendo por lo que había escuchado).
-Erika: No por nada (Dijo nerviosa).
-Valentina: Quién se fue a dar una vuelta? (Viéndola acusadoramente).
-Erika: Tú papá (Seria) teníamos trabajo y se fue con Catalina (Mintió con una sonrisa).
-Valentina: Segura que estás molesta por el trabajo? (Sonriendo).
-Erika: Si (Mintió).
-Valentina: A mi se me hace que te gusta (La molestó).
-Erika: Catalina? (Dijo con cara fea).
-Valentina: Ay no (Riendo), sabes que hablo de mi papá (Viéndola).
-Erika: Que cosas piensas (Sonriendo nerviosa).
-Valentina: No te gusta ni un poquito? (Insistió).
-Erika: Es guapo e interesante (Confesó).
-Valentina: Me encantaría que mi papá se hubiera casado con alguien como tú (Cerrándole un ojo).
-Erika: Bueno mañana termino esto (Cerrando su laptop y unos folders) vámonos a casa (Sonriendo).
-Valentina: Vámonos (Tomando su bolsa) pero no esta mal que te guste (Siguió diciendo).
-Erika: Valentinaaaa (La regaño mientras sonreía nerviosa).
Valentina condujo hasta la casa y en todo el camino no dejó de interrogar a su tia sobre su amistad con Eduardo, Erika estaba nerviosa pues era obvio que Valentina ya sabía lo que sentía por él, llegaron y ella se fue a su habitación, se ducho y se cambio por ropa más comoda, estuvo el resto de la tarde esperando a que Eduardo llegara hasta que se cansó y poco a poco se quedó dormida.
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Dulce venganza
FanfictionA veces aunque ames a alguien no siempre pueden estar juntos, puede que el destino los haga tomar diferentes rumbos, hay amores que nunca se olvidan simplemente se ocultan y se quedan en una pequeña esquina del corazón.