One Shoots *Bowers Gang (y Tú)*

Víctor Criss -Smut-

Hola, hola... Lo siento por mi "desaparición" he estado dibujando y escribiendo una novela de thriller, en unos días la subiré a ver qué os parece, y respecto al "Todos" no os preocupéis que esta noche lo continúo.

[Te fuiste de Derry hace cinco años, y ahora tienes 24, los Bowers Gang tienen 20 y "supongamos que están en la universidad"]

____
Bajé del coche y miré de nuevo Derry, hay Derry, mi ciudad, mi casa...
Estuve todo el día colocando los muebles en la casa, con ayuda de algunos trabajadores, por la tarde, sobre las ocho, salí a pasear. Mañana era mi primer día en la universidad y estaba muy nerviosa.
Llegué a mi destino, la cantera. Había cambiado un poco desde que me fui, pero me seguía encantando. También recordé los tiempos tan buenos que pasaba con mi banda favorita, los Bowers Gang. Suspiré y sonreí, ¿seguirían en Derry? ¿Estarían en la universidad?
—¿Qué hace una chica tan guapa por aquí? Nunca te había visto preciosa... —Sonreí al reconocer la voz, me giré y los 4 se quedaron asombrados.— ¿_-____?
—Hola Henry, ya veo que sigues igual de ligón que hace cinco años...
—No puede ser, ¿enserio eres tú?
—Mmm sí, a no ser que sea un fantasma... Sí.
—Oh Dios ____. —Todos vinieron a abrazarme.— ¿Cómo lo haces? Estás mucho más buena que antes.
—Gracias. —Sonreí.
—¿Te quedas aquí? —Asentí.
—Para siempre. ¿Y qué tal? ¿Vais a la universidad o algo?
—Pues sí.
—¿Enserio? —Asintieron.— Madre mía chicos, qué orgullosa estoy de vosotros. —Los volví a abrazar.
—Sí, bueno, mañana salimos, que yo me tengo que ir, creo que mi padre ya está en casa.
—Henry... —Le miré tristemente.— Te ayudaré, te lo prometo.
—Es imposible... Pero igualmente, gracias. —Me abrazó y se fue.
Se marcharon Belch y Patrick, y quedamos Víctor y yo.
—Adiós Pat. —Le di un beso en la mejilla y este se fue cocrriendo.— Bueno Víc. Cuéntame, ¿qué has hecho estos 5 años? ¿Cuántas relaciones has tenido? ¿Con cuántas te acostabas por día?
—____... No me he acostado con ninguna...
—Víctor, el "pacto" fue hace cinco años, no importa que me lo digas. Somos mayores, tú eres libre, yo también... Y así nos va.
—Bueno, tampoco con muchas enserio... Sólo con unas 20.
—¿En cinco años? ¿Enserio? —Dije riéndome.
—Pues sí ____, yo te echaba mucho de menos, y no me gustaba acostarme con otra que no fueras tú.
—Ya... Lo siento Víctor. —Le abracé.— Te quiero, ¿vale?
—Asintió.— ¿A qué universidad vas?
—A la oficial de Derry, ¿y tú?
—¡A la misma! El lunes empiezan las clases, ¿paso por tu casa y vamos juntos?
—Sí, claro.

***

Llegó el lunes y cogí mis cosas, esperé a Víctor y cuando llegó le saludé con un beso en la mejilla.
—Y seguís haciendo pellas o... ¿Habéis empezado a estudiar?
—Estudiamos para aprobar, ni que fuéramos empollones. Pero lo de ligar sí que lo seguimos llevando.
—Bueno, sois universitarios, es lo vuestro.
—Supongo.
Llegamos, fuimos a la clase y le dije a Víctor que entrara, que yo tenía que ir al baño.
Fui, la campaña sonó y me paré en frente de la puerta de clase.
—Tú puedes...
Entré despacio y todos me miraron.
—____, la profesora no ha llegado todavía, siéntate.
—No Víctor... La profesora sí ha llegado. Soy yo.

***

—¿¿CÓMO QUE ERES MI PROFESORA?? ¿¿POR QUÉ NO ME LO DIJISTE??
—Víctor. Tranquilo, soy tu profesora, el mundo no se acaba.
—¡NO PUEDES SER MI PROFESORA ____!
—Criss, cállate, tengo poder sobre ti.
—¡Es que no lo entiendo!
—Víctor Criss, sólo te enseño historia, no tienes que montar un drama por eso.
—Pero, es que, ¿cómo...? Tienes cuatro años más que yo, y me das clase, ¿eres superdotada o algo?
—No Víctor, he estudiado mucho, y he sacado la carrera. Y ahora doy clase aquí.
—Está bien... Pero me costará acostumbrarme.
—Piénsalo en positivo, no será incómodo estar con tu profesora, te ayudaré con los deberes y los exámenes, ¿qué hay de malo?
—Que no me podré acostar contigo... —Susurró.
—¡Joder Víctor! ¡No volví a Derry para acostarme contigo! ¡Vine aquí, para dar clase en mi pueblo, en mi hogar! ¡No sólo volví por ti! ¿¿Sabes?? ¡Sé que cuando estaba en Derry sólo follábamos, que me la sudaban los estudios y el resto! Pero asenté la cabeza... Acéptalo, ya no somos los mismos que antes, bueno, yo no.
Fui la sala de profesores, la mayoría tenían 40 años, algo menos, pero eran todos muy amables.
—Siento llegar tarde, había unos chavales que no sabían callar... —Un chico de unos 30 años apareció por la puerta.— Eh... Eres nueva, supongo. Me llamo Jerry, pero me suelen llamar Jer.
—____, encantada.
—Y... ¿No eres muy joven para ser profesora? Podrías ser estudiande perfectamente.
—Sí, la verdad. Pero bueno, ya tengo la carrera y el título, así que...
Estuvimos hablando un rato, la campana sonó, teníamos que volver a clase.
—Bueno, hablamos a la salida.
—Sí, claro. Adiós Jer.
—Hasta luego.
Entré en clase con una sonrisa, e ignorando a Víctor.
Terminó la clase y tenía hora libre, así que me tocaba vigilar a los que estaban en detención.
—Vale, no quiero que habléis en toda la hora, me da igual lo que hagáis, pero que no se oya nada.
—¿Así que tú eres la nueva profesora? ¿Estás muy buena para eso no?
—Cállate.
La hora fue horrible, di la última clase y salí acompañada de Jer.
Llegué a casa y fui a mi habitación, para mirar unas fichas de los alumnos.

***

Llevaba 6 meses ya dando clase en Derry, y estaba encantada, me gustaba mucho.
Víctor y yo solucionamos nuestros problemas y Jerry me confesó su atracción por mí.
—Que ese idiota ¿qué? —Víctor puso una cara extraña.
—Me dijo que le gustaba, y que si aceptaba salir un día con él.
—¿Y qué dijiste?
—Le dije que lo pensaría...
—Mierda... ¡Mierda!
—Hola ____.
—O-Oh. H-Hola Jer.
—¿Ayudando a Criss eh? Tendrás que esforzarte, no hace nada.
—Oye no se le insulta a los alumnos, da igual que estudien o no. No me gusta esa actitud, Víctor se esfuerza mucho, y eso es lo que importa.
—Ya, bueno... —Sonó el timbre anunciando la siguiente clase, Jerry se fue y yo no tenía nada, así que me dispuse a irme pero Víctor me cogió el brazo y me metió en su clase.
—¿Qué haces Víctor? Tienes que ir a clase.
Cerró la puerta con seguro y me miró.— Lo siento ____.
—¿Por? Oh, no es tu culpa,  Jerry se... —Víctor me interrumpió con un beso que en el corto tiempo que me lo dió, recorrió toda mi boca con su lengua.
—No le menciones por favor... —Se quitó la camiseta.
—Víctor no podemos hacer esto, está... Mal.
—¿Por qué no? Yo te quiero ____, y mucho. Y no sólo para follarte, eres como la mejor persona que he conocido en el mundo, pero es que también eres muy caliente.
—Pero...
—Por favor ____... Quiero volver a hacerte mía...
—Víctor ¿entiendes que soy tú profesora?
—Me dijiste que daba igual, así que da igual. —Le miré por unos segundos y al ver su sonrisa no tan inocente pero aún así tierna, y su cuerpo más marcado que nunca, no me aguanté y mandé las normas a la mierda.
Volví a besarle, y él sonrió ante el gesto, recorrí su torso con mis manos, y luego las enredé en su cabello rubio perfecto.
Me cogió del trasero y me levantó para sentarme en la mesa, sin parar de besarme.
Me quitó la camisa y el sostén juntos, y fue bajando delicadamente sus besos a mis pechos.
—Mmm... Henry tenía razón, estás más buena que hace 5 años. —Reí.
—Gracias, tú también. —Me sonrió y procedió a lamerlos y succionarlos mientras yo tiraba levemente de su pelo.
—Víctor... —Susurré. Bajé mi mano a su pantalón acariciándolo por encima.
—Espera. —Se separó de mí e inconscientemente me acerqué, pidiendo más.— Hace mucho que no lo hacemos, quiero que disfrutes tú. —Sonreí al saber su intención, no podía ser más perfecto.
Llevaba falda, así que la subió y bajó mis bragas, pasó un dedo por encima y lo metió lentamente, sacándome un pequeño gemido.
Lo sacó y se bajó los pantalones quedando sin nada debajo, entró en mí y me mordí el labio para no gritar, empezó a moverse pero...
—Ah... Víctor...
—¿Hola? ¿Hay alguien? —Se oyó detrás de la puerta.
Ambos nos alarmamos, él salió de mí y nos vestimos rápidamente.
Volvieron y abrieron la puerta.— Oh, lo siento no sabíamos que estaban aquí.
—No te preocupes, estaba repasando con Víctor para el próximo examen, porque cree que está perdido.
—A bien no se preocupen, sentimos la interrupción, sigan con lo suyo. —Tom y las conserjes se fueron.
Nada más cerrar la puerta suspiramos, pero luego nos reímos.
—No me acordaba lo gracioso que eran estas cosas. Me encanta hacer esto contigo ____.
—Sonreí.— A mi también Víctor.
—Y... Ahora que lo hemos aceptado... ¿Podríamos ser algo?
—¿Sabes? Sí, sí que podríamos. —Le besé y luego abrí la puerta.— Te espero en mi casa por la tarde, ya sabes para qué. —Le guiñé un ojo y me fui.